Carlos Alcaraz: “Voy a ser el mismo de siempre”

El campeón de Barcelona dice que la ambición le viene de familia, por su padre y su abuelo, y que entre un partido y otro recuperó y se echó “una siesta de media hora”

Carlos Alcaraz se baña en la piscina del RCTB con los recogepelotas del torneo de Barcelona.JOSEP LAGO (AFP)

Aunque el presente y el éxito le obliguen a ir por delante de su edad, Carlos Alcaraz conserva la esencia de un chico de 18 años. Nada más encumbrarse en Barcelona se dirigió hacia la piscina del Real Club de Tennis Barcelona y, como manda la tradición, se dio un chapuzón junto a los recogepelotas del torneo, encantados con un chico que todavía conserva la espontaneidad en el trato y el discurso, y que apareció con una sonrisa de oreja a oreja delante de los periodistas. Gana e impacta pe...

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Aunque el presente y el éxito le obliguen a ir por delante de su edad, Carlos Alcaraz conserva la esencia de un chico de 18 años. Nada más encumbrarse en Barcelona se dirigió hacia la piscina del Real Club de Tennis Barcelona y, como manda la tradición, se dio un chapuzón junto a los recogepelotas del torneo, encantados con un chico que todavía conserva la espontaneidad en el trato y el discurso, y que apareció con una sonrisa de oreja a oreja delante de los periodistas. Gana e impacta pero, dice, la fama y los trofeos no van a cambiarle. De ninguna manera.

“Para nada. Estoy tomándome todo esto con normalidad. Yo voy a seguir siendo el mismo chico de siempre y no voy a cambiar mi forma de ser. Al final, cuando voy a casa sigo siendo el mismo”, decía el campeón, feliz pero contenido; también fatigado porque la de Barcelona ha sido una semana de elevadísima exigencia, día sí y día también lluvia, suspensiones y reprogramaciones que han puesto a prueba la paciencia y el físico de los tenistas, obligados a doblar turnos dos veces.

“He intentado hacer ver que no estaba tan cansado”, bromeó cuando le preguntaron por el desgaste hacia la final. “He tenido menos tiempo que Pablo [Carreño, que selló su semifinal dos horas antes que él e invirtiendo dos horas menos de juego], pero he tratado de tomármelo como una ventaja y he querido salir con las cosas muy claras”, continuó antes de detallar lo que hizo en la transición de un partido a otro. Resumido: “Bici, un batido, ducha, comida y una siestita de media hora para estar lo más ready [preparado] posible para la final”.

Preguntado sobre la ambición que volvió a demostrar durante la ceremonia en la pista –“las finales no se juegan, se ganan; es lo que me han inculcado desde pequeño”–, señaló a casa. “Me viene de familia. Mi padre y mi abuelo siempre me lo han dicho. Hay que ir a por ello, la final debe pasar por ti y eso es lo que he hecho”, explicó antes de retirarse al hotel y poner rumbo a Grecia para participar en una exhibición y viajar luego a Madrid para competir en la Caja Mágica, siguiente gran aliciente.

Carreño: “Tiene 18 años...”

“¿Qué cómo estaré mañana? Cansado, eso seguro. Voy a estar con mi familia y mi equipo, y después no se sabe”, precisó. “¿El mismo día que Rafa? Es mi ídolo, así que es increíble”, se refirió a la coincidencia de ambos en el acceso al top-10, un 25 de abril y con la misma edad. Nadal lo consiguió en 2005 y Alcaraz dejó su primera huella en Barcelona este domingo, 17 años después.

Previamente, Carreño, con el que comparte algunas fases de preparación y risas en Villena, donde se entrenan ambos, le piropeó. “Le conozco mucho y sabía cómo hay que jugarle, pero está demostrando que este año está a un nivel muy alto”, apuntó el asturiano, de 30 años. “Veníamos de una semana muy dura y ha sido complicado plantarle cara hoy. Tiene 18 años y eso hace que con las ganas, la ilusión y el físico que tiene pueda recuperar bien. Ojalá que nos enfrentemos muchas veces más, sobre todo en finales”, zanjó.

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