Zubimendi, el líder silencioso de la Real Sociedad
El mediocentro donostiarra, de 23 años, que se enfrenta este jueves al Barcelona, se afianza en los planes de Imanol
Contaba jocoso en una entrevista Martín Zubimendi (San Sebastián, 23 años) que hay una clasificación entre los jugadores de la Real Sociedad en la que ocupa plaza entre los cinco primeros. La de las broncas que reciben los jugadores de Imanol, su entrenador. “Creo que soy el segundo después de Januzaj”, confesaba a Noticias de Gipuzkoa. Pero esas reprimendas tal vez sean porque el mediocentro del equipo donostiarra tiene la total con...
Contaba jocoso en una entrevista Martín Zubimendi (San Sebastián, 23 años) que hay una clasificación entre los jugadores de la Real Sociedad en la que ocupa plaza entre los cinco primeros. La de las broncas que reciben los jugadores de Imanol, su entrenador. “Creo que soy el segundo después de Januzaj”, confesaba a Noticias de Gipuzkoa. Pero esas reprimendas tal vez sean porque el mediocentro del equipo donostiarra tiene la total confianza de su entrenador. “Yo me lo tomo como algo bueno, porque quiere mantenerte alerta. El día que no te chille, malo, ya no le interesas mucho”.
El mediocentro de la Real, que se enfrenta este jueves al Barcelona en Anoeta (21.00 horas, Movistar), interesa y mucho. A su técnico actual o al que le dio paso en las categorías inferiores, Xabi Alonso. “Cuando coincidimos, sea en la cocina o en el pasillo, siempre se acerca y tiene ganas de decirme cosillas. Me da consejos de que sea más líder, hace más hincapié en ese aspecto”, cunta Zubimendi. También está en el punto de mira de varios equipos, aunque su cláusula de rescisión de 60 millones de euros, y un contrato hasta 2025 son disuasorios.
Todos los técnicos de Zubieta, la factoría donostiarra en la que ha escalado desde los 12 años en que ingresó, hasta el primer equipo, han querido que el jugador criado en el barrio de Ulia sea una referencia por su forma de actuar en el césped, aunque él apunte a líder silencioso, desde el equilibrio que da al juego de la Real. Lo de imponerse a sus compañeros le cuesta más. “Sigue siendo una cuenta pendiente porque no es algo que me salga natural”, confiesa. “No soy de hablar en alto pero más o menos, mensajes individuales o cortos sí que voy dando, pero sí es una cosa que debo mejorar”.
Zubimendi, siete veces internacional sub-21 y subcampeón olímpico con España, es el tercer jugador que más minutos ha disputado esta temporada con la camiseta de la Real Sociedad. Poco a poco, sin hacer demasiado ruido, se ha hecho con la titularidad, por delante de Ander Guevara o un futbolista tan carismático como Asier Illarramendi. Cuando el capitán regresó al equipo después de su prolongada ausencia por lesión, se empezó a dudar sobre la continuidad de Zubimendi en el puesto de director de tráfico del juego de la Real. Encadenó cuatro partidos saliendo desde el banquillo, pero en el último mes ha regresado a la titularidad. “Está caro ser mediocentro, delantero y lo que sea. Esta plantilla está hecha para eso, para que haya competencia en todos los puestos”, asegura.
Imanol sigue confiando en él, que además ya se ha destapado con sus dos primeros goles con la camiseta txuriurdin, uno ante en Leipzig, en la Liga Europa, y otro contra el Alavés, que supuso la victoria de la Real en Anoeta. Siempre llegando desde atrás, pasando desapercibido, aunque marcar no es algo que le quite el sueño. “Me gustaría llegar más al área pero mi puesto no me deja llegar tanto como quisiera, tengo que estar haciendo otras labores que son buenas para el equipo”, apunta. “Los goles te dan otra visión pero no tengo que perderme tampoco de mi labor que son otras cosas. No es algo prioritario para mí”.
La aspiración de la Real Sociedad es clasificarse para Europa. Incluso la Champions está relativamente cerca. Todo pasa por ganar al Barça, y Zubimendi recuerda lo complicado que resulta pisar la moqueta de la zona noble: “A veces esta buena dinámica de estos tres años se olvida de lo exigente que es clasificarnos [para Europa]. Yo llevo dos años y parece normal entrar pero me doy cuenta de todo lo que nos ha costado en los años anteriores”, apunta. “Esta normalidad es buena, porque quiere decir que estamos dando un buen nivel y optamos a ello todos los años, pero no deja de ser difícil y exigente”.
Puedes seguir a EL PAÍS Deportes en Facebook y Twitter, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.