Un mediodía productivo para el Athletic
El equipo de Marcelino vence en casa al Elche y mantiene su objetivo de acercarse a Europa
En San Mamés había niños. Siempre los hay, claro, pero esta temporada casi de forma testimonial. De los 14 partidos anteriores en la Catedral, solo uno se jugó dentro de los límites que permiten que los padres no rocen la posibilidad de enfrentarse a los servicios sociales. Porque andar de madrugada con niños por Bilbao y al día siguiente colegio es casi un delito. Así que esta vez había niños, en cantidades industriales, se podría decir. Con madres, padres, abuelos, abuelas y demás familia. Con su camiseta del Athletic debajo...
En San Mamés había niños. Siempre los hay, claro, pero esta temporada casi de forma testimonial. De los 14 partidos anteriores en la Catedral, solo uno se jugó dentro de los límites que permiten que los padres no rocen la posibilidad de enfrentarse a los servicios sociales. Porque andar de madrugada con niños por Bilbao y al día siguiente colegio es casi un delito. Así que esta vez había niños, en cantidades industriales, se podría decir. Con madres, padres, abuelos, abuelas y demás familia. Con su camiseta del Athletic debajo del plumífero, que hacía frío y no se me resfríe el niño. Hasta con camisetas del Elche había, que es más exótico.
Es que el fútbol es un juego de niños, como quiso demostrar el Athletic contra el Elche, que perdió pronto a Boyé por lesión. Aunque para que lo parezca, y que a simple vista sea algo sencillo, hacen falta muchas horas de práctica. Lo quiso hacer fácil el equipo de Marcelino, que se dedicó la primera parte a correr y chutar, cuestiones básicas en el balompié; a enseñarle las zarpas a su rival adueñándose de las bandas, con la inspiración de Sancet y Berenguer, repartiendo juego, incansables como furgonetas de Amazon, indetectables para los defensas. Colaron unos cuantos balones hacia Iñaki Williams, que no tuvo el día de cara al gol, pero mantuvieron en vilo a Badía, siempre atento a las acometidas rojiblancas, que fueron muchas en la primera mitad. Hasta que la perseverancia bilbaína se concretó en el gol de Berenguer a la media hora en una semichilena que discutió el banderín levantado de la auxiliar, a la que el VAR corrigió después de trazar líneas.
El gol no frenó a Sancet, duda entre semana por unas molestias de pubis, que siguió disfrutando como un niño jugando con escuadra y cartabón, y que volvió a ponerle otro balón espectacular a Williams, que remató a la virulé con la cabeza, muy desviado.
Siguió con su recital el navarro hasta que Marcelino optó por la prudencia y lo retiró del campo. Para entonces, el Elche había intentado dar un paso hacia delante como sugiriendo que buscaba el empate, aunque sin demasiado peligro, mientras el Athletic buscaba algún contragolpe letal que cerrara el partido. Consiguió su objetivo a medias, cuando en el minuto 85 Villalibre le propuso una pared a Raúl García, que la aceptó. El barbudo delantero centro se zafó del defensa, que le agarraba de la camiseta, y buscó el palo contrario de Badía para hacer, con poco ángulo, el segundo gol del Athletic.
Quedaba muy poco, pero el equipo bilbaíno no cerró el resultado y vivió en la incertidumbre los últimos minutos, porque en el descuento Josan aprovechó un error de cálculo de Yuri para acortar diferencias y ponerle picante al desenlace, aunque nada ocurrió después, y el Athletic, ante más niños que en cualquier otro partido, sumó los tres puntos y se acerca un poquito a la zona noble. El Elche, por el momento, y pese a la derrota, sigue tranquilo.
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