Charles Leclerc vence en Baréin: Ferrari ha vuelto de verdad

El monegasco y Carlos Sainz le dan a la ‘Scuderia’ su primer doblete en casi tres años en un domingo fatídico para Verstappen y Red Bull

Carlos Sainz, por delante de Hamilton.OZAN KOSE (AFP)

El apoteósico final de Mundial que se precipitó en Abu Dabi hace tres meses tuvo una réplica a su altura en el arranque del nuevo curso, en un Gran Premio de Baréin que anticipa una temporada de alto voltaje, precisamente aquello que los promotores del Gran Circo habían planeado a consciencia. La prueba del algodón dio la razón a los impulsores del zarandeo dado este invierno al reglamento técnico de un Mundial que tiene un color distinto al de los últimos tiempos. El triunfo que logró Charles Leclerc supone también el primero para Ferrari en dos años y medio, y la constatación de uno de los p...

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El apoteósico final de Mundial que se precipitó en Abu Dabi hace tres meses tuvo una réplica a su altura en el arranque del nuevo curso, en un Gran Premio de Baréin que anticipa una temporada de alto voltaje, precisamente aquello que los promotores del Gran Circo habían planeado a consciencia. La prueba del algodón dio la razón a los impulsores del zarandeo dado este invierno al reglamento técnico de un Mundial que tiene un color distinto al de los últimos tiempos. El triunfo que logró Charles Leclerc supone también el primero para Ferrari en dos años y medio, y la constatación de uno de los pálpitos que dejó la pretemporada: la Scuderia está de vuelta.

Las dos victorias anteriores en la hoja de servicios del monegasco, ambas en 2019 (Italia y Bélgica), fueron una anomalía si se tiene en cuenta la inercia instalada entonces en un campeonato completamente en manos de Mercedes. Esta tercera deja un poso absolutamente distinto porque concede todo el crédito del mundo al trabajo llevado a cabo por la tropa de Maranello en el F1-75, un monoplaza que, además de precioso, también está de lo más afilado.

La segunda plaza de Carlos Sainz verifica la buena salud del bólido de Il Cavallino Rampante, que no veía a sus dos pilotos en el cajón desde el Gran Premio de Singapur de 2019. De cualquier forma, la machada de la estructura italiana solo puede explicarse a partir del gatillazo de Red Bull.

La escudería energética tenía el segundo puesto asegurado con Max Verstappen, antes de que el coche del actual campeón del mundo se quedara frito a dos vueltas del final, la misma suerte que corrió Checo Pérez a pocos metros de la bandera de cuadros y cuando ya acariciaba el podio. Un auténtico mazazo para el equipo del búfalo rojo, que encaró este estreno como el principal favorito y que se fue de allí con el cesto completamente vacío, sin poder articular palabra. Favorecido por los abandonos del neerlandés y el mexicano, Lewis Hamilton completó el cajón y salvó los muebles de Mercedes, que en Baréin confirmó la pila de deberes que tiene por delante si no quiere perder el paso. Fernando Alonso finalizó el noveno, un resultado más que bueno si se atiende al proceso de centrifugado en el que vive instalado Alpine.

Los ensayos de pretemporada advirtieron del acierto de Ferrari y Red Bull, y del charco en el que parecía haberse metido el constructor de la estrella. La carrera en Sakhir validó el primero y el tercero de estos puntos, a la espera de ver si la marca austríaca puede encontrar el detonante de la debacle que sufrió en esta primera parada del calendario.

Leclerc dominó la escena de cabo a rabo –algo que un piloto de Ferrari no conseguía desde Bélgica 2018, con Sebastian Vettel– y no hay mejor forma de probarlo que los números: victoria, pole position y vuelta rápida para el nuevo líder del certamen, el primer monegasco en hacerlo. Tras llevar a cabo una salida prácticamente quirúrgica, el corredor de Ferrari solo se vio amenazado por Verstappen tras el primer cambio de gomas, momento que el neerlandés aprovechó para sacar los colmillos y tirarse al cuello de su rival, que pudo contener a la bestia y, además, provocar que machacara los neumáticos de su prototipo.

La irrupción del coche de seguridad como consecuencia del incendio en el Alpha Tauri de Pierre Gasly (vuelta 46 de 57), le dio otra baza al muchacho de Hasselt. En condiciones normales, Mad Max habría atacado sin pestañear, de no ser porque comenzó a notar que el volante de su RB18 pesaba más de lo normal, un problema técnico que, de cualquier forma, nada tuvo que ver con el que le llevó a abandonar después.

“Estoy muy contento porque los dos últimos años fueron muy complicados para nosotros. El equipo sabía que esta era una oportunidad y nos ha dado un coche estupendo”, convino Charles Leclerc, que con este triunfo rompió la segunda sequía más larga en la historia de los bólidos rojos –45 carreras–. “Ferrari ha vuelto y ha vuelto de verdad. Y eso que no fue un fin de semana fácil para mí, porque no tuve el ritmo necesario”, completó Sainz. “Con la cantidad de información que hemos recopilado, estas cosas no deberían pasar”, resumió Verstappen, que el domingo que viene, en Arabia Saudí, tendrá la primera oportunidad para resarcirse.

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