Celta y Betis no se descorchan

Empate sin goles en un duelo con demasiadas prevenciones que aleja a los verdiblancos de la tercera plaza

Iago Aspas pugna por un balón con GermÁn PezzellaSalvador Sas (EFE)

No hubo goles, pero fue grato el partido entre Celta y Betis, sin demasiada acción en las áreas, pero a ratos bien jugado. Al final sin excesivo premio para ambos equipos. Quizás el cuadro andaluz valoró más la igualada, dolorido como venía de la eliminación continental y con siete bajas (Fekir, Tello, Montoya, Camarasa, Álex Moreno, Ruibal y Guardado). Tampoco es sencillo puntuar en Balaídos, donde el combo que adiestra Coudet se había hecho ...

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No hubo goles, pero fue grato el partido entre Celta y Betis, sin demasiada acción en las áreas, pero a ratos bien jugado. Al final sin excesivo premio para ambos equipos. Quizás el cuadro andaluz valoró más la igualada, dolorido como venía de la eliminación continental y con siete bajas (Fekir, Tello, Montoya, Camarasa, Álex Moreno, Ruibal y Guardado). Tampoco es sencillo puntuar en Balaídos, donde el combo que adiestra Coudet se había hecho fuerte para ganar cuatro de sus últimos cinco partidos y ya suma seis sin caer. Lejos ya de cualquier ilusión europea y sin apuros que le hagan estar pendiente del retrovisor, los celestes juegan con un sosiego que ayuda a que emerja el talento. Y ahí se ponen en primera fila Iago Aspas y Brais Méndez, protagonistas de un tramo inicial de partido apto para gourmets.

Fino e incisivo, Brais es un futbolista delicioso. Jugó e hizo jugar y además siempre llena el ojo. Pudo marcar apenas superado el cuarto de hora con una volea que encontró adecuada respuesta de Claudio Bravo. El Betis creció en un partido de largo aliento, trabajado desde un trivote que le dio músculo por dentro y en el que brilló el novel Paul mientras William Carvalho se descolgaba a la primera línea de presión en un remedo de aquello que Lotina denominó en su día como “mediapunta defensivo”. Se tapó el Betis de inicio, pero siempre estuvo presto a realizar excursiones en ataque. Un error de Fran Beltrán le dio una opción de gol a Juanmi que pasó de largo.

El Celta se manejó en esa incertidumbre que le invitaba a buscar la portería rival, pero también valoraba el potencial que tenían para dañarle. Porque el Betis fue a más tras el descanso. Encontró la pelota y la manejó con cierta sustancia hasta que los relevos le dieron un nuevo aire a los locales. Galhardo aportó presencia en el área. Y el equipo, por momentos, se desató. Lo hizo, por ejemplo, Hugo Mallo, siempre listo para pisar el área rival. La mejor ocasión de gol del partido llevó su firma, un remate cruzado que se fue a un palo del poste.

Por ahí cerca también estuvo Aspas, que sacó a pasear su zurda desde el pico del área en una de sus suertes favoritas. El Betis palideció ante ese arreón, se guardó de nuevo y dio por bueno el puntito, que le aleja de la tercera plaza, posición que durante tantas jornadas ocupó y que ahora tiene a cuatro puntos. Exigido por su presencia en tres competiciones durante meses, el meritorio cuadro que dirige Pellegrini afronta ahora el reto de que el reprís con el que llega a la primavera le conduzca hasta un buen final de temporada. En Vigo, al menos, no le dio para ganar.

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