Lección de estabilidad del Betis en Vallecas
Con uno menos por expulsión de Álex Moreno desde el minuto 32, el equipo de Pellegrini marca el 0-1 y resiste hasta el 1-1 frente a un Rayo que sigue invicto en su campo
Vallecas puso a prueba al Betis. El test de resistencia empujó al grupo verdiblanco al punto en el que tantos visitantes se quebraron. Primero con once, y luego con un jugador menos durante más de una hora, el Betis no solo salió del aprieto muy entero sino que a punto estuvo de conquistar tres puntos frente a un Rayo que no perdió sus rasgos definitorios, la tenacidad, el orden,...
Vallecas puso a prueba al Betis. El test de resistencia empujó al grupo verdiblanco al punto en el que tantos visitantes se quebraron. Primero con once, y luego con un jugador menos durante más de una hora, el Betis no solo salió del aprieto muy entero sino que a punto estuvo de conquistar tres puntos frente a un Rayo que no perdió sus rasgos definitorios, la tenacidad, el orden, las llegadas en masa al área rival. El empate a un gol repartió honores al cabo de dos horas de sufridos contrastes. El Rayo salvó la condición de invicto que ostenta en su campo esta temporada y el Betis demostró que su ascensión en el campeonato refleja una estabilidad defensiva que hasta el verano pasado se le desconocía.
“Seguimos con la racha” dijo Iván Balliu, autor del 1-1, señalando a las gradas repletas todavía, tras el encuentro. “Ha sido un partidazo y este es un puntazo”, celebró Canales, “hoy hemos luchado contra todo y contra todos”.
Canales ironizó sobre Alejandro Muñiz, el árbitro, protagonista del incidente más espectacular de la tarde. Pasada la media hora, cuando el partido se consumía sin dueño en escaramuzas de mediocampo, un balón dividido agitó el instinto territorial de dos oponentes. Isi Palazón se fue a llevar la pelota con tanto ímpetu que al ver que bajaba sobre su pecho dobló el espinazo y la empujó con la cabeza en el momento en que Álex Moreno embalaba su bota para despejar, incrustando un taco en el cráneo del extremo. Isi se desplomó con la cabeza bañada en sangre y, tal vez enardecido ante el clamor popular, el árbitro mostró la roja directa a Moreno.
Mientras el VAR repasaba la acción, en la banda de Vallecas se suscitó la cuestión jurídica: ¿cuál es el límite, pasado el cual, el ángulo de una pierna que se levanta debe ser considerado juego peligroso? ¿Cuál es el grado de flexión vertebral más allá del cual debe entenderse que un futbolista incurre en imprudencia al bajar la cabeza? Cuestiones sin respuesta que abocaron a Alejandro Muñiz a la arbitrariedad de la roja definitiva y a la consiguiente ira de Manuel Pellegrini, que también fue amonestado por protestar.
La melena desaforada de Pellegrini se sacudía agitada por el ventarrón madrileño mientras ordenaba cambios sin inmutarse. Fuera Borja Iglesias, el punta, dentro Andrés Guardado, a oficiar de lateral-volante. El retoque estabilizó al Betis, que siguió manejándose tan seguro con la pelota como sin ella, primero gracias a sus infalibles mediocentros, Guido y Carvalho, después gracias a la claridad de Fekir, y a partir de estos cimientos, con la suma de hombres como Canales y Bellerín, dos actores imprescindibles en el sorprendente 0-1.
El Rayo intentaba hacerse con el control de la situación cuando en el tiempo de prolongación, antes del descanso, Catena pegó un pelotazo frontal en busca de Falcao. Despejada, la pelota acabó en poder del rival cuando los jugadores rayistas salían en dirección contraria. Tello aprovechó el desequilibrio con un pase de 40 metros hacia Canales, que se movía frente al área local hostigado por Fran García, y que supo combinar rápido con Fekir. El francés abrió a Bellerín y el centro al segundo palo descubrió solo a Canales porque para entonces Fran García ya no seguía al hombre sino que miraba al balón.
Pellegrini: “Este césped es una falta de respeto”
El gol obligó al Rayo a una reacción. Al calor del público animoso, a la luz de una tarde soleada, Iraola fue desmontando y montando hasta organizar el asedio que reclamaban las circunstancias. Con Trejo retrasado a la posición de mediocentro en reemplazo de Óscar, el equipo ponderó mejor las decisiones, dosificó los centros y mezcló el juego largo con el corto con un criterio que hasta entonces no había tenido. Con Bebé de mediapunta, con Álvaro devuelto al extremo izquierdo, con Fran doblándole, con Balliu por el otro costado, y con Guardiola y Facao repartiéndose el área, el Rayo derramó acciones peligrosas sobre campo del Betis hasta provocar el error de rigor.
Sucedió en el minuto 69, cuando Bartra se olvidó de pegarse a Falcao y el colombiano cabeceó al poste un centro de Bebé. El rechace fue a parar a Balliu, que lo mandó a la red para jolgorio de los Bucaneros.
El 1-1 pudo ser la antesala de la remontada. Si no fue así fue gracias al orden, la serenidad, y el oficio conque se administró este Betis de la mano de Guido, Carvalho y Fekir, tres maestros capaces de compensar la inferioridad numérica y mucho más, fundamentales para explicar la presencia del Betis en los puestos altos de la clasificación.
Manuel Pellegrini concluyó su conferencia de prensa en Vallecas pronunciándose contra el mal estado del césped, cuestión que ha generado más de un conflicto en el seno del propio Rayo, tras las obras de remodelación del estadio del verano pasado. “Me parece una falta de respeto al espectáculo que un equipo de Primera tenga un césped así”, dijo el técnico del Betis. “Una Liga de este nivel, que se retransmite a todo el mundo, tiene que tener unos requisitos básicos para tener campos acordes a Primera”.
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