Iñaki Williams reactiva al Athletic

El Athletic volvió a sumar tres puntos de una tacada. Parecía que el equipo rojiblanco había perdido el olfato desde hacía dos meses, como algunos enfermos de la covid, y que no tenía síntomas de poderlo recuperar. Sin embargo, con sus dos mejores baluartes, Unai Simón e Iñigo Martínez, confinados tras su positivo, y ante un Betis ambicioso por momentos y que se puso por delante en el marcador en la segunda parte, remontó con un Iñaki Williams supersónico, autor de dos goles y revitalizante de su equipo.

Comenzó el partido como si se hubiera lanzado un cohete camino de las estrellas, pe...

El Athletic volvió a sumar tres puntos de una tacada. Parecía que el equipo rojiblanco había perdido el olfato desde hacía dos meses, como algunos enfermos de la covid, y que no tenía síntomas de poderlo recuperar. Sin embargo, con sus dos mejores baluartes, Unai Simón e Iñigo Martínez, confinados tras su positivo, y ante un Betis ambicioso por momentos y que se puso por delante en el marcador en la segunda parte, remontó con un Iñaki Williams supersónico, autor de dos goles y revitalizante de su equipo.

Comenzó el partido como si se hubiera lanzado un cohete camino de las estrellas, pero luego resultó que no fue más que el chupinazo de las fiestas del barrio. A los dos minutos ganaba el Athletic con un gol de Williams que ratificó el VAR y a los seis ya había empatado el Betis con un remate de Juanmi, que prolongó en San Mamés su estado de gracia, con siete goles en los últimos cinco partidos.

Frenético, apasionante, el duelo de la Catedral prometía, pero cumplió a medias en una primera parte que, tras los ardores iniciales, se fue apagando a medida que los dos equipos ajustaban su juego a lo que pedía el rival. Después de una carrera de Iñaki Williams, que dejó el balón para su hermano y que no llegó por unos centímetros, se amansaron las aguas.

Se firmó una tregua momentánea. Betis y Athletic se olvidaron de las áreas y, aunque a los rojiblancos les inquietaba la clarividencia de Fekir y Canales cada vez que amagaban con acercarse, los béticos prefirieron aguardar acontecimientos para evitar las sorpresas de los hermanos Williams, cuchillos por las bandas.

Con el fuego casi en rescoldos, el Betis comenzó vivaz la segunda parte. Se acercó con peligro. Fekir disparó desde el borde del área para que Agirrezabala, sustituto de Unai Simón, desviara a córner, pero el francés no perdonó la segunda vez, cuando Carvalho le ganó la posición a Yeray. Le dejó la pelota a su compañero, que sentenció con un disparo seco, imposible para el portero bilbaíno. Canales también probó al guardameta, que desvió su disparo.

Marcelino se giró hacia el banquillo y movió el árbol en busca de soluciones. Dio entrada a todo su arsenal ofensivo, pero fue uno de los que ya estaba en el campo, Iñaki Williams, el que se animó otra vez a correr hacia la portería de Rui Silva, después de recibir un pase de Sancet. Casi sin ángulo, al futbolista del Athletic le salió un tiro violento que se coló por el poste del guardameta bético, sorprendido por el obús.

El gol animó al Athletic y deprimió al Betis. Los de casa acrecentaron su ofensiva. Williams, otra vez, lo volvió a intentar de forma parecida a la del empate a dos, pero esta vez Rui Silva adivinó la trayectoria. Luego fue Nico Williams quien tuvo la ocasión de marcar el tercero, pero sacó el portero, que no pudo hacer nada con el disparo de Óscar De Marcos, después de una asistencia de Sancet. Golpeó en Víctor Ruiz y despistó al portero para sellar la victoria del Athletic, que lo mismo pudo perder, aunque no se rindió ante un Betis al que le faltó fe. Los verdiblancos, que llegaron terceros a la Catedral, en plena racha triunfal con cuatro victorias seguidas en Liga (incluido el triunfo en el Camp Nou y la goleada a la Real Sociedad hace una semana), se marcharon escaldados a Sevilla. Mientras, los rojiblancos volvieron a cantar victoria siete encuentros ligueros después, en los que acumularon cinco empates y dos derrotas.

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