A la ola de Vinicius también se sube Asensio

El brasileño firma las dos asistencias y el balear confirma su mejoría

Vinicius se disputa el balón con Marcos Llorente en el partido del Real Madrid contra el Atlético.Denis Doyle / Getty Images

El partido, mientras hubo chicha, se celebró en una habitación cerrada. Dos veces se abrió la puerta para que entrara el aire, dos veces encontró Vinicius sus queridas praderas y dos goles del Madrid. Una operación de eficacia supervisada por un Modric que volvió a reivindicar una edad mentirosa de menos de 30.

Nada más empezar, al brasileño le habían puesto los grilletes por tres sitios. Perseguido por Marcos Llorente y Correa y vigilado de cerca por De Paul, no había oxígeno para él. El partido se jugaba en un espacio claustrofóbico y él siempre prefiere los horizontes. Era el clásico...

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El partido, mientras hubo chicha, se celebró en una habitación cerrada. Dos veces se abrió la puerta para que entrara el aire, dos veces encontró Vinicius sus queridas praderas y dos goles del Madrid. Una operación de eficacia supervisada por un Modric que volvió a reivindicar una edad mentirosa de menos de 30.

Nada más empezar, al brasileño le habían puesto los grilletes por tres sitios. Perseguido por Marcos Llorente y Correa y vigilado de cerca por De Paul, no había oxígeno para él. El partido se jugaba en un espacio claustrofóbico y él siempre prefiere los horizontes. Era el clásico plan de Simeone en el Bernabéu. Hasta que, al cuarto de hora, Vini encontró pista por la otra costa, la derecha. Se dio justo el peor escenario para el Cholo. Si el argentino jugaba al error del rival, fue el Madrid el que halló el tesoro en una pifia rojiblanca.

Modric cazó un pase en el medio y los blancos hallaron los espacios que no habían tenido hasta entonces. Asensio prolongó para el brasileño por el ala diestra que, desencadenado por primera vez en la noche, enlazó con Benzema para el 1-0. Fue el tanto número 45 este año para el francés entre su equipo y la selección, a distancia de Lewandowski (66), pero en empate técnico con Mbappé (47), Haaland (47) y Cristiano (46). Una diana con la que el Madrid le empezó a dar un mordisco considerable a la Liga y muy simbólica de los nuevos aires que corren en el conjunto blanco, subido a lomos de dos amigos de nuevo cuño, que desde agosto se entienden como si llevaran veraneando juntos toda la vida cuando hace un año apenas se miraban de reojo. Nadie en el fútbol español ha metido más goles que ellos en todas las competiciones: 18 el francés y 12 Vini. Y en la faceta de asistentes, solo el rayista Trejo iguala las siete de ambos.

El galo llegó con el gancho al derbi tras la lesión de hace una semana en Anoeta y le bastó la primera que le cayó para amargar a Oblak. Ya no tuvo más porque en el descanso fue sustituido por Jovic al encontrarse un poco sobrecargado. Estaba pactado, matizaron desde el club. Y con el serbio en el campo, se volvió a abrir otra puerta para Vinicius. Empujaba el Atlético tras el intermedio, con Courtois comprometido por dos disparos de João Félix y Cunha. Hasta que los blancos volvieron a cazar otra contra. Jovic abrió para el extremo y este se apuntó su séptima asistencia de la temporada al conectar con Asensio para el 2-0.

El Madrid anda subido a una ola, y ahí también surfea Asensio. El balear se ganó la oportunidad en la gran pasarela del derbi. Empezó la temporada sin sitio en la delantera —por detrás de Bale, Rodrygo y Lucas Vázquez—, y de prácticas en el centro del campo, —a rebufo incluso de Isco—. Sin embargo, a la chita callando, gol a gol (ya seis en lo que va de curso), Ancelotti le hizo sitio a Asensio por la derecha, el único puesto del equipo que aún no tiene membrete. Con su elección, el italiano prefirió los pasillos interiores para que enfocara a Oblak de lejos a la velocidad por banda de Rodrygo, que hasta ahora parecía contar con un cuerpo de ventaja. Luego, sobre el terreno, no probó al esloveno desde fuera del área, pero lo mismo dio; lo hizo desde dentro y acertó. El resultado le dio la razón porque el Madrid lleva dos meses que siempre termina con la razón, la tenga o no. No había dicho mucho Asensio en la primera mitad, sin embargo, no dejó pasar el billete que le mandó Vinicius. El último en subirse a la ola del brasileño es Asensio.

La noche empezó a congelarse en Chamartín, especialmente para el Atlético, y la gente le tomó la matrícula al Cholo, al que le pidieron desde la grada que se quedara, como si la cuestión estuviera en duda. También hubo broca para Luis Suárez a su salida. Para entonces, con los visitantes obligados a encimar en busca de una remontada que siempre les quedó lejos, la puerta para el Madrid ya se quedó abierta hasta el final, aunque los blancos prefirieron guardar la ropa al ritmo de Modric.

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