Los suplentes del Liverpool paralizan al Milan

El líder de la Serie A no se clasifica ni para la Liga Europa, impotente (1-2) contra la mezcla de suplentes y canteranos que presentó Klopp

Oxlade-Chamberlain (izquierda) protege el balón ante Bennacer.MIGUEL MEDINA (AFP)

Solo Franck Kessie dio señales de vida en San Siro. El marfileño fue el único integrante del Milan que pareció rebelarse contra la plácida invasión del Liverpool, ganador por 1-2, sin réplica, de su sexto partido sucesivo en la fase de grupos de la Champions. Sin especular, orientado por el adolescente Tyler Morton en su mediocentro, el equipo de Klopp hizo un trabajo limpio y honr...

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Solo Franck Kessie dio señales de vida en San Siro. El marfileño fue el único integrante del Milan que pareció rebelarse contra la plácida invasión del Liverpool, ganador por 1-2, sin réplica, de su sexto partido sucesivo en la fase de grupos de la Champions. Sin especular, orientado por el adolescente Tyler Morton en su mediocentro, el equipo de Klopp hizo un trabajo limpio y honrado para reafirmarse en un liderato que conquistó dos jornadas atrás. El público milanista venía de esperar ocho años para ver a su equipo en la máxima categoría de la UEFA. La ilusión por alentar el progreso fue palpable hasta que la evidencia convenció a los hinchas de que era mejor enfilar los vomitorios y eludir el atasco. La multitud permaneció paralizada ante la confirmación de lo que todo el mundo ya sabía: que el fútbol italiano se ha quedado rezagado en una carestía que la Premier solo ayuda a resaltar.

La ciudad de Milán se vistió de gala para acoger una velada que prometía embarcar al Milan hacia octavos por primera vez desde la temporada 2013-14. La evidencia resultó penosa. El MIlan no clasificó ni para Liga Europa. Transcurrida la primera parte del partido se hizo evidente que el líder de la Serie A se mostraba impotente para contrarrestar a los suplentes del Liverpool, animados acaso para lucirse ante su entrenador y estirar las piernas en Lombardía. Les acompañaron tres titulares. El portero Alisson y los delanteros Mané y Salah. Demasiado para este Milan sin corazón ni fútbol, presidido por el viejo Ibrahimovic y el indescifrable Brahim Díaz, capaz de brillar en una baldosa y perderse en 50 metros cuadrados de césped.

Un córner mal despejado por Minamino acabó en la red de Alisson. Lo cabeceó Tomori antes de la media hora y por unos segundos el marcador alumbró una fantasía de concurrencia. Puro espejismo hasta que el Liverpool adelantó la presión y desveló que su adversario era incapaz de jugar a un toque en la salida del balón. La consecuencia fue que Ibrahimovic, Brahim, Tonali, Messias y Krunic perdieron cada pelota que tocaron, si es que la tocaron. Nunca pudieron romper el empuje coordinado de los jugadores visitantes, más animosos que ordenados en una sesión que debió remitirles al entrenamiento.

El Liverpool tardó menos de diez minutos en empatar. Había invadido el campo contrario cuando Oxlade-Chamberlain probó con un tiro desde fuera del área. El despeje de Maignan fue al imán de Salah, que desvió la pelota al arco con un toque de bailarín. Durante la hora que siguió el Milan dio una exhibición de agotamiento espiritual y futbolístico ante un adversario que lo dominó sin alardes con un ramillete de canteranos y sustitutos. El Milan languidecía cuando Tomori hizo un mal control en el borde de su área y Mané se lo robó y remató. El despeje de Maignan fe a la cabeza de Origi, que convirtió el definitivo 1-2.

Más récords de Haller

La erosión que obra el calendario en la mente y en el cuerpo de los futbolistas, el poder disuasorio del frío, y el contraste entre los equipos que compiten por algo y los que participan para cumplir con el contrato televisivo, provocó situaciones extrañas en la última jornada de la fase de grupos. Lo más raro fue la prolongación de la racha de Sébastien Haller. El nueve del Ajax, que no se jugaba nada, recibió al Sporting, que tampoco se jugaba nada. Pero Haller aprovechó la ocasión para acribillar al Sporting como acribilló al Dortmund y al Besiktas. Por el camino, este francés de 27 años que en su paso por Holanda e Inglaterra nunca destacó por su poderío rematador, estableció récords estadísticos absolutos.

Este martes Haller igualó a Cristiano como único jugador en toda la historia de la Champions que logró marcar en cada uno de los primeros seis partidos de la fase de grupos. Lo hizo superando al portugués en el número de goles. Diez sumó en la que ha sido la temporada de su debut. Hasta ahora, el más rápido en llegar a los diez goles había sido Haaland, que tardó siete jornadas. A Cristiano le llevó 37, según Mr.Chip.

Menos sorprendente fue que el Paris Saint-Germain goleara al Brujas en el Parque de los Príncipes. Los anfitriones se jugaban el prestigio ante su público. Los visitantes peregrinaban para conocer a Messi y, con suerte, intercambiarle la camiseta. Messi metió dos goles y Mbappé otros dos en el curso del 4-1. La victoria no alteró el segundo puesto del club parisino en el Grupo A. Tampoco la derrota del City modificó su condición de líder. El equipo de Guardiola apenas modificó su alineación habitual para visitar al Leipzig, que acababa de despedir a su entrenador. Acabó imponiéndose por 2-1.

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