Dani Alves: “Yo no nací para ser segundo, vengo a jugar”
El lateral, arropado por más de 10.000 personas en su presentación como jugador del Barcelona, se muestra ambicioso y con el objetivo de que el “equipo se vuelva a obsesionar con el balón”
Un cuarto de hora antes de que el jugador compareciera sobre el césped del Camp Nou, riadas de jóvenes se agolpaban en las inmediaciones del estadio. Jarana importante para Daniel Alves (Bahía, Brasil; 38 años), que regresa a casa 13 años más tarde de su primera llegada. Pretende combatir contra su mejor versión, después de que el club haya buscado sin demasiado éxito en otros ocho laterales (Aleix Vidal, Douglas, Semedo, Wagué, Sergi Roberto, Mingueza, Dest y Emerson) lo que ofreció él. “Es obvio que la gente va a esperar...
Un cuarto de hora antes de que el jugador compareciera sobre el césped del Camp Nou, riadas de jóvenes se agolpaban en las inmediaciones del estadio. Jarana importante para Daniel Alves (Bahía, Brasil; 38 años), que regresa a casa 13 años más tarde de su primera llegada. Pretende combatir contra su mejor versión, después de que el club haya buscado sin demasiado éxito en otros ocho laterales (Aleix Vidal, Douglas, Semedo, Wagué, Sergi Roberto, Mingueza, Dest y Emerson) lo que ofreció él. “Es obvio que la gente va a esperar lo mejor de mí y voy a responder”, señaló el que fuera el mejor socio de Messi, carrilero de luces largas además de quiebro, aspersor de centros y hasta lanzador de faltas lejanas. “¡Culers, soy uno de vosotros!”, gritó con entusiasmo Alves nada más coger el micro y después de dedicar alguna reverencia a los 10.378 aficionados -más incluso que en la presentación de Xavi como nuevo técnico (9.422)- que se reunieron en el Camp Nou. Un baño de masas, cariños y piropos bien adornados por la sempiterna sonrisa del futbolista. “Me hice querer”, admitió el futbolista; “y quiero que sepan que yo no les voy a fallar”.
“Aquí me hice muy grande y ya decía que el sueño no había acabado. Por eso estoy aquí y el vestuario está mejor ahora que estoy yo. Pero os necesitamos a todos para poner al Barça arriba”, soltó al tiempo que hasta se marcaba algún paso de baile a coro con los cánticos que le dedicaba la entregada hinchada. Después, ya con la camiseta azulgrana -escogió el 8, dijo, por Stoichkov e Iniesta-, se marcó unos toques sin virguerías pero sin que se le cayera el balón para intentar sin éxito enviar tres balones a la segunda gradería.
Ya en silencio, en la rueda de prensa, Alves se mostró más pausado y con unas extravagantes gafas de ver, aunque estridente en su vestir, con chaqueta granate, pantalones negros y Havaianas [chanclas]. “Físicamente es un superdotado. Le encanta competir y contagiará su carácter de ganador al equipo. Gracias por regresar al Barça”, señaló Laporta como bienvenida. Y añadió: “Le dije a Xavi que estaba disponible y él desde el principio me dijo que lo quería en el equipo”. Alves cogió el testigo: “Me puse muy pesado con el presi diciéndole e insistiéndole que quería volver y ayudar al club. Este club me ha dado todo y quería ayudar. Luego recibí la llamada de Xavi y me dijo si quería venir. No importa lo que vaya a ganar de dinero, nunca tuve nada. No es el momento de pensar en eso, sino de ver al Barça más arriba en la tabla y hacer una rúa porque eso es que se ha ganado”.
Ambicioso como pocos, pues es el jugador con más títulos en la historia (45), aclaró el estatus que quiere en la plantilla. “No nací para ser segundo. Vengo a guerrillear, no para pasar el tiempo. Vengo para jugar, para pelear. Y lo voy a conseguir. Yo me veo dentro del campo, no fuera. La edad para mí es un número”. Y amplió: “Tengo menos pelo, pero las ganas son las mismas. Quiero traer alegría e ilusión para ellos. En los últimos tiempos, el equipo se ha cargado de cosas negativas y es hora de que esto cambie. El reto es grande, pero la voluntad también”.
Después de hablar con Xavi, admitió que venía para jugar en la retaguardia de la banda derecha, aunque no rechazaba otros lugares, acaso de extremo. “Quiero ganarme mi espacio”, persistió. “Soy especial, no hay nadie como yo”, bromeó cuando le recordaron la lista de jugadores que intentaron ocupar su vacío, al tiempo que señaló que está para ayudar a Dest, quien en varias ocasiones ha señalado a Alves como su ídolo. “Es que en este equipo se pueden mejorar las cosas, jugar más como equipo que esa es la marca de este club. El balón es la obsesión y necesitamos volver a tener esa obsesión porque nosotros debemos ser los que ponen las reglas”. Eso intenta Xavi. Los jóvenes deben entender eso rápido”.
Recordó el brasileño un partido en el que Xavi no perdió un solo pase en los 90 minutos. “Se va a poner firme con eso. Pienso que nos hemos juntado de nuevo, él como entrenador y yo como jugador para cumplir esa misión. El objetivo es levantar trofeos”, convino el futbolista. A Alves, en cualquier caso, también le preocupa entenderse con Dembélé: “Tiene que entender que es un pedazo de jugador y que puede hacer grandes cosas en el club. Se lo tiene que creer”.
Alves ha firmado hasta junio. “Debo sacar nota alta para continuar porque si no, yo mismo cogeré la maleta y me iré”, zanjó.
“A día de hoy, no podemos fichar más”
El director deportivo de la entidad, Mateu Alemany, reconoció la precaria situación económica en la que se encuentra el club. “Vamos a poder inscribir a Xavi y a su cuerpo técnico. Pero no nos sobra nada. A ver si hay salidas y podemos lograr más margen en el Fair Play”, reconoció; “estamos trabajando en diferentes situaciones. A día de hoy, no existe esa posibilidad, pero veremos el 1 de enero”.
Laporta, sin embargo, no fue tan comedido. “No descarto que vuelvan jugadores como Iniesta o Messi. En la vida nunca se sabe porque tienen contrato con sus clubes. No puedo predecir el futuro y son jugadores que han hecho grande nuestro club. Ha sucedido con Alves, que ha hecho un esfuerzo económico importante y quería ayudar”, resolvió.
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