Xavi orienta al Barcelona

El técnico devuelve a los jugadores al campo de prácticas y apela al sentido común y a la imagen del club para aplicar la normativa interna en el vestuario del Camp Nou

Laporta y Xavi, durante la presentación del nuevo técnico del Barça.AFP7 vía Europa Press (Europa Press)

La euforia del lunes en la grada del Camp Nou se convirtió en ilusión al día siguiente en la ciudad deportiva del Barça. Hubo mucho atropello, demasiadas caras nuevas para asimilar el cambio en una jornada, y en contrapartida se notó la ausencia de los internacionales, circunstancia que condicionó la presentación del entrenador, Xavi Hernández, por parte del presidente, Joan Laporta. El técnico repitió a la plantilla las palabras que ya escucharon los aficionados: “¡Quiero que seáis inten...

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La euforia del lunes en la grada del Camp Nou se convirtió en ilusión al día siguiente en la ciudad deportiva del Barça. Hubo mucho atropello, demasiadas caras nuevas para asimilar el cambio en una jornada, y en contrapartida se notó la ausencia de los internacionales, circunstancia que condicionó la presentación del entrenador, Xavi Hernández, por parte del presidente, Joan Laporta. El técnico repitió a la plantilla las palabras que ya escucharon los aficionados: “¡Quiero que seáis intensos y competitivos¡ Hay que ser autoexigentes”. Quedó claro en cualquier caso que almorzar y comer en las instalaciones azulgrana ha dejado de ser voluntario para pasar a ser de obligado cumplimiento y que al entrenamiento se llegará a las 9.30 horas en lugar de a las 10.00.

El técnico conoce la casa y a los empleados, en tanto que exjugador y excapitán, y por tanto la diferencia está en unas ordenanzas que hay que actualizar después del adiós de Messi y de las múltiples actividades que ocupan a capitanes como Piqué. Habrá sanciones cuando se vulnere el código interno y también se multarán las actividades externas que afecten al “sentido común” y a la imagen del Barça.

La cultura del esfuerzo. No se trata de una leyenda sino de una certeza que ha sido confirmada por los futbolistas y entrenadores que han abandonado el club últimamente: se entrena poco, o menos de los que se debería, condicionados los jugadores por el ritmo y la agenda de los veteranos, pendiente la mayoría hasta hace poco de los gestos de Messi. El presidente llegó a anunciar incluso que contrataría a un profesional especialista en “alto rendimiento” antes de encomendarse a Xavi. El entrenador confía en su equipo y consultará a los departamentos del club, especialmente el médico y el de metodología, para mejorar la preparación de un equipo que cuenta con hasta 11 lesionados, alguno muy importante como Ansu Fati. Xavier Roca ha dejado de ser el preparador físico y se anuncian novedades en el equipo de recuperadores hasta ahora dirigido por Juanjo Brau —varios jugadores cuentan con su cuidador particular— a la espera de evaluar el posible regreso como médico de Ricard Pruna. Xavi apuesta por la calidad más que por la cantidad, pendiente sobre todo de la intensidad, y está expectante con las rutinas y hábitos del vestuario por si se imponen cambios en el liderazgo y en el núcleo de capitanes (Piqué, Busquets, Sergi Roberto y Jordi Alba).

El juego de posición, posesión y presión. Xavi rinde culto a los centrocampistas y a los extremos a partir de la posesión de la pelota y también de la presión, ambas innegociables por más que el dibujo pueda variar en 3-4-3 o 4-3-3. Aprovechará el partido de Vigo para subrayar la necesidad de llenar el medio del campo y saber descansar con el balón, con independencia del rival y del escenario, también de si es la Liga o la Champions. La lesión de Eric García en Balaídos ayuda a comprender los mecanismos del equipo azulgrana: el central suma cuando se trata de dar salida al balón y su presencia es cuestionable si defiende a campo abierto o en el área de Ter Stegen. El Barça no sabe correr hacia atrás, torpe en el repliegue, y necesita aplicarse en el trabajo táctico para evitar las pérdidas de balón, reiterativas en partidos que se le han escapado como el del Celta.

El sentido de la orientación. Muy pocos jugadores han sabido perfilarse mejor en la cancha que Xavi. No solo convivió con un medio centro clásico sino que encontró su sitio natural en el interior derecho o posición del 8. Aprendió a asociarse y también a tener la pausa y el control de los tiempos de juego necesarios para que el equipo se ordenara a su alrededor, consciente de que marcaba el estilo de Barcelona. La afirmación de Sergi Barjuán en su despedida fue tremenda para un plantel como el azulgrana, repleto de jugadores de La Masia. “Quizá los jugadores que salieron no sabían muy bien cómo posicionarse ante la presión”, concluyó para explicar el empate de Vigo. Habrá que practicar de forma más regular en el campo de entrenamiento Tito Vilanova.


Xavi remata ante Casillas y la mirada de Sergio Ramos en 2010.ALEJANDRO GARCÍA (EFE)

El aprendizaje. Aunque se trata de un entrenador joven, Xavi es admirado por los futbolistas procedentes de la cantera y, por tanto, no hay dudas sobre su ascendente ante jugadores como Gavi, Nico o Ansu Fati. También se supone que sus consejos puden ayudar a volantes todavía en fase de crecimiento como Pedri. El mayor desafío del técnico será seguramente descifrar a Frenkie de Jong para que alcance la cumbre que se divisó en sus tiempos de volante del Ajax. El centrocampista neerlandés desborda energía y, en cambio, no controla el nervio para calmar el juego, desbocado en la mayoría de partidos, un defecto fácil de advertir para un interior como fue Xavi. No ha opinado todavía sobre De Jong ni tampoco respecto a Memphis y sí ha sido muy optimista respecto a Dembélé, al que considera candidato a mejor extremo del mundo si “se trabaja” su potencial y se le enseña a jugar como necesita el Barcelona. La apreciación incide en que el equipo necesita un entrenador y no un gestor después de que se descapitalizara con la partida de Messi, Luis Suárez y Griezmann.

El sentido de equipo. Habla Xavi de bloque y equilibrio después de la fragilidad mostrada por el equipo en las áreas, especialmente en la propia, agravada por el delicado momento de Ter Stegen. El portero ha dejado de ser decisivo desde que en verano fue operado y el equipo encaja goles con mucha facilidad, al mismo tiempo que le cuesta encontrar la portería rival, sobretodo en ausencia de Ansu. Xavi aspira a compactar al grupo y encontrar por fin una pareja de centrales fiable para un plan futbolístico que en su inicio afrontará dos partidos exigentes contra el Espanyol y el Benfica. El entrenador ha instado a los veteranos, precisamente a los compañeros con los que compartió equipo, a marcar el camino y, por tanto, a recuperar la excelencia vivida sobre todo en tiempos de Guardiola y Luis Enrique.

La consigna siempre será tener la pelota, una práctica en la que Xavi fue único tanto en el equipo azulgrana como en la selección que no paró hasta alcanzar la Copa del Mundo. Aunque aprendió de Cruyff y de Guardiola, Xavi no se olvida de Del Bosque ni de Luis Aragonés. Aseguraba Guardiola que a veces conviene distanciarse un poco para entender mejor al Barça, consejo que también ha seguido Xavi.

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