Ancelotti: “Los pitos son buenos”
El entrenador del Madrid entiende el malestar de la afición por el juego del equipo y asegura que la exigencia del público les sirve para motivarse
Pasar del silencio en la llanura de Valdebebas al público del Bernabéu no le está resultando un tránsito sencillo al Madrid. Después de tres choques seguidos sin ganar en casa (empates ante Osasuna y Villarreal, y derrota frente al Sheriff), en una tarde-noche heladora en la Castellana, a los locales les entraron sudores fríos para abatir al Shakhtar, que se presentó sin ningún gol a favor en Champions y tuvo a los muchachos de Carlo Ancelotti sometidos durante un buen t...
Pasar del silencio en la llanura de Valdebebas al público del Bernabéu no le está resultando un tránsito sencillo al Madrid. Después de tres choques seguidos sin ganar en casa (empates ante Osasuna y Villarreal, y derrota frente al Sheriff), en una tarde-noche heladora en la Castellana, a los locales les entraron sudores fríos para abatir al Shakhtar, que se presentó sin ningún gol a favor en Champions y tuvo a los muchachos de Carlo Ancelotti sometidos durante un buen trecho, marcados también muy de cerca por unas gradas que hicieron sonar los primeros pitos del curso.
“Es normal que la afición quiera que lo hagamos bien, que ataquemos y metamos goles. Pero jugamos cada tres días y es difícil”, justificó Benzema, que con su doblete impidió que los silbidos no pasaran de una advertencia. “Son muchos partidos de alto nivel. A veces no se puede jugar bien y hay que ganar así. No estuvimos a tope como en la ida (0-5). Ellos también son un buen rival. Fue difícil para nosotros y sufrimos juntos”, añadió el francés.
El fútbol regresó al Bernabéu en obras hace un mes y medio, pero hasta este miércoles no recuperó todas sus constantes. Faltaban los pitos, elemento imprescindible para entender cómo y por qué pasan muchas cosas en la Castellana. Había aplaudido goleadas (Mallorca), se había frustrado (Osasuna) y hasta alucinado (Sheriff); sin embargo, Chamartín no está plenamente de vuelta hasta que no hace notar su disconformidad con algo o alguien. Esta vez, razones no le faltaron para la queja porque durante un largo tramo el Madrid hizo mutis por el foro.
El público habló y a los protagonistas les pareció normal. “Lo entiendo”, reaccionó Ancelotti, en la misma que línea que Benzema. “Conozco bien este ambiente. Es una afición que exige y es bueno para motivarnos. Esto puede pasar, es bueno que el público nos despierte con algunos pitos. Nos ayuda”, señaló el técnico italiano, que subrayó que la estrategia de los suyos cambió por las características del rival. “El Shakhtar es un equipo distinto a todos. A ellos les gusta ser presionados y jugar entre líneas. Por eso, la idea era no saltar con Kroos y Modric. Lo de hoy ha sido un planteamiento concreto para este rival y este partido”, matizó el técnico blanco. El inicio no le disgustó —”empezamos bien, agresivos”—; sin embargo, el paso de los minutos torció el paisaje. “Tras el 1-0 necesitábamos esperar un poco, como hemos hecho, pero con más agresividad. Y con el balón hemos tenido el control sin hacer daño”, lamentó.
Al final, la medicina del Madrid ante las dificultades fue su monocultivo de estos tiempos: Benzema y Vinicius. 13 goles y siete asistencias el primero, y nueve y cinco del segundo. Este miércoles, dos tantos del francés tras sendos pases del brasileño (en el 2-1, previo tacón de Casemiro). Una alianza de nuevo cuño que se regala chocolatinas y goles solo unos meses después de que el nueve blanco mirara al joven extremo zurdo con el morro torcido. Pero, llegados a este punto, los datos indican que de las 20 asistencias de Vinicius como blanco, ocho han sido para Benzema, que ha marcado 12 dianas en los últimos 11 encuentros europeos.
Su facturación en pareja contra el Shakhtar sirvió, además, para poner una pica en la estadística blanca: el 1-0 supuso el gol número 1.000 en la historia del club en la vieja Copa de Europa, el primer equipo que lo consigue. Las anteriores cifras redondas (900 y 800) se las apuntó Cristiano Ronaldo; el 700, Higuaín en 2010; el 600, Beckham en 2003; el 200, Puskas en en 1965; y el 100, Di Stéfano en 1960. Nombres que definieron una época, como ahora hace Benzema con la nueva compañía de Vinicius.
Entre ambos evitaron que los pitos llegaran a más. Los que no tuvieron ni palabra fueron Hazard y Asensio, que ante la baja de Rodrygo por lesión se vieron esta vez a la sombra de Lucas Vázquez. Ancelotti pensó que para este encuentro fronterizo en las aspiraciones de cerrar cuanto antes la clasificación el equipo no estaba para asuntos de fe —la que hace falta, según él, para creer en la resurrección del belga— ni para el balear, que claramente no figura entre sus prioridades.
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