El Alavés respira aire puro

El equipo vitoriano suma su segundo triunfo consecutivo, frente a un Elche que fue de más a menos

Mamadou Loum, en la acción del gol del Alavés.David Aguilar (EFE)

El fútbol se ha convertido en un deporte muy extraño para quienes lo conocen desde hace muchas décadas. Hasta hace un lustro, los goles se celebraban al instante, y los no goles se olvidaban en un segundo, en cuanto el banderín del linier se elevaba al cielo. Ahora no. Los goles, pese a la celebración inicial, se ponen en duda hasta el saque de centro, y los goles anulados al equipo visitante, los celebra la afición local como si fuera un gol de su equipo, como este martes en Mendizorroza, cuando en el minuto 80 Carrillo creyó que empataba el partido pero el VAR dispuso otra cosa. Feliz por su...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

El fútbol se ha convertido en un deporte muy extraño para quienes lo conocen desde hace muchas décadas. Hasta hace un lustro, los goles se celebraban al instante, y los no goles se olvidaban en un segundo, en cuanto el banderín del linier se elevaba al cielo. Ahora no. Los goles, pese a la celebración inicial, se ponen en duda hasta el saque de centro, y los goles anulados al equipo visitante, los celebra la afición local como si fuera un gol de su equipo, como este martes en Mendizorroza, cuando en el minuto 80 Carrillo creyó que empataba el partido pero el VAR dispuso otra cosa. Feliz por su gol en el inicio de la segunda parte, feliz por el no gol del Elche en el desenlace del partido, el Alavés suma seis puntos consecutivos y respira aire puro.

Al calorcito del vestuario, con el fresquito de la noche en Vitoria, los jugadores del Elche se adormecieron en el descanso, como la abuelita en la mesa camilla después de su jícara de chocolate de la merienda. Salieron despistados tras el cuarto de hora de tregua y, a los 22 segundos, Casilla tuvo que meter una mano milagrosa después de la jugada inicial, en la que Pellistri dejó atrás para Joselu, que remató implacable desde el punto de penalti. Pero la opción diáfana del Alavés no sacó de su letargo chocolatero a los futbolistas visitantes, que no cerraron el saque de esquina, permitieron que Laguardia peinara en el primer palo y Loum rematara en el segundo para adelantar a su equipo.

Después de una primera parte en la que el Elche quiso primero poner en valor sus maneras y luego se dejó ir ante el empuje alavesista, que se sustanció en un par de buenas ocasiones, sobre todo una doble que tuvieron primero Ximo Navarro, con intervención de Casilla, y luego Pere Pons, que disparó ajustado al poste. La llegada más sustanciosa del Elche se concretó en un disparo de Lucas Boyé que adivinó Pacheco.

Pero salieron los equipos tras el descanso, se despistó el Elche en el inicio, marcó el Alavés y comenzó un partido muy distinto. En principio, enrabietado, presionó el equipo visitante y por unos momentos dio la sensación de que a los vitorianos se les iba a hacer muy largo el partido, pero los cambios que decidió Calleja reactivaron al Alavés, que se colocó mejor en el campo, frenó las acometidas ilicitanas, robó en la medular y se apuntó las mejores llegadas de la segunda parte, gracias al dinamismo del uruguayo Pellistri, que dio un par de pases magníficos que no terminaron en gol porque Joselu no tuvo la tarde goleadora de la que disfrutó su equipo en Cádiz.

Luego llegó el no gol de Carrillo, que otra vez alimentará la polémica, porque en principio se asemejó al de Mbappé frente a España que tanta polémica suscitó, pero Gil Manzano fue a verlo al VAR y cambió su primera decisión para señalar fuera de juego. En esa misma acción se retiró lesionado Pacheco, que se había lastimado el tobillo unos minutos antes, pero el Elche no inquietó ya a Sivera. El Alavés, en tres días, ha sumado más puntos que en las nueve primeras jornadas.

Puedes seguir a EL PAÍS DEPORTES en Facebook y Twitter, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.

Archivado En