Cruce de golpes entre Betis y Rayo

Los de Pellegrini se adelantan con dos goles, reciben el empate y resuelven de penalti (3-2)

Juanmi Jimenez remata a portería ante los defensores del RayoAFP7 vía Europa Press (Europa Press)

En dos minutos mágicos de la primera parte, el Betis creyó resolver el partido, pero después tuvo que sudar para recuperar lo que primero pensó ganado y luego se estropeó. Un tobogán de emociones.

En el 21, Álex Moreno disparó duro, por alto, la pelota que le regaló Rodri, que se había pegado un paseo paralelo al área buscando un amigo al que entregarle el presente. Poco más tarde, Canales buscó desde medio campo a Juanmi, que controló con el, trasero primero, con la rodilla después, y según los jugadores del ...

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En dos minutos mágicos de la primera parte, el Betis creyó resolver el partido, pero después tuvo que sudar para recuperar lo que primero pensó ganado y luego se estropeó. Un tobogán de emociones.

En el 21, Álex Moreno disparó duro, por alto, la pelota que le regaló Rodri, que se había pegado un paseo paralelo al área buscando un amigo al que entregarle el presente. Poco más tarde, Canales buscó desde medio campo a Juanmi, que controló con el, trasero primero, con la rodilla después, y según los jugadores del Rayo Vallecano, también con la mano. Su disparo se coló junto al poste y el VAR, después de muchas disquisiciones, apuntó que no hubo infracción del delantero, así que el Rayo se quedó pasmado ante un castigo tan importante en un periodo tan breve después de que no hubiera pasado nada relevante hasta entonces.

El Betis había exhibido la capacidad de Bellerín de convertirse en el cuchillo que corta la mantequilla por la banda; la de Canales para dibujar como un compás con su diestra clavada en el césped y la zurda ejecutando figuras perfectas; la de Fekir para tener el carácter de una fiera y movimientos de mariposa. Pero el Rayo había absorbido el estruendo bético como las paredes de un estudio de grabación. Hasta que en el minuto 21, alguien abrió la puerta y se escapó el ruIdo bético. Pudo ser peor para los hombres de Iraola, que, aturdidos, observaron la carrera y el disparo de Bellerín que Dmitrievski frenó con su parada.

Pero el Betis pensó que estaba todo hecho. Controló sin problemas y esperaba el descanso, cuando en el descuento, después de un par de despistes, Álex Moreno cometió el error de cederle la pelota a Claudio Bravo mirando a la grada, como si octubre fuera abril y el Villamarín la Maestranza y en vez de Bravo, allí andaba Trejo subiéndose las medias cuando le llegó la pelota inesperada. Sorteó al portero y se la dejó a Nteka para que empujara.

Y mediada la segunda parte, cuando no pasaba nada, que era lo que quería el Betis, Álvaro García culminó una combinación entre Trejo y Ntteka, pareja letal, para empatar el partido. Lo tenía todo el Betis y de repente se quedaba con casi nada, aunque Willian José arregló el estropicio de penalti cometido por Baillú, al que Álex Moreno, protagonista en un área y en la otra, le robó la cartera.

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