Athanasiadis sobrevive a un bombardeo en el Bernabéu: 31 tiros, 29 centros, 13 córners y 11 paradas

Solo Keylor Navas con el PSG sumó contra el Madrid tantas paradas como el portero del Sheriff

Kolovos abraza a Athanasiadis después de la victoria del Sheriff en el Bernabéu.JAVIER SORIANO (AFP)

Hasta la visita de Georgios Athanasiadis (Grecia; 28 años), ningún portero había salido del Bernabéu en la Champions tan bien parado después de un bombardeo de semejantes proporciones. El guardameta del Sheriff de Tiraspol, en la exótica Transnistria moldava, vio al Real Madrid dispararle 31 veces, centrar a su área 29 y lanzarle 13 córners, un asedio por todos los caminos según los registros de Opta. El griego, cedido esta temporada al debutante más raro de la Copa de ...

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Hasta la visita de Georgios Athanasiadis (Grecia; 28 años), ningún portero había salido del Bernabéu en la Champions tan bien parado después de un bombardeo de semejantes proporciones. El guardameta del Sheriff de Tiraspol, en la exótica Transnistria moldava, vio al Real Madrid dispararle 31 veces, centrar a su área 29 y lanzarle 13 córners, un asedio por todos los caminos según los registros de Opta. El griego, cedido esta temporada al debutante más raro de la Copa de Europa por el AEK de Atenas a cambio de 250.000 euros, detuvo todos los tiros que fueron a puerta en juego: 11 paradas de todo tipo.

Una incluso pareció haberlo dejado fuera de combate. En el minuto 75, con 1-1 en el marcador, Luka Modric le reventó el balón en la cabeza casi a quemarropa desde el borde del área pequeña. Athanasiadis quedó tumbado sobre la hierba y los servicios médicos del Sheriff, el equipo fundado por un exagente del KGB, acudieron a reanimarlo con litros de agua, frío y un inhalador que le acercaron medio segundo y terminó de despabilarlo como si hubieran reiniciado una máquina.

El último guardameta que había acumulado más paradas que él en una visita europea al Bernabéu fue Keylor Navas en noviembre de 2019 con el Paris Saint-Germain, la noche que Meunier destrozó el tobillo de Hazard. Detuvo 11 de los 13 disparos que recibió a puerta en juego, en un partido que terminó empatado (2-2). Según los registros de Alexis Martín-Tamayo, Míster Chip, ningún portero visitante ha ganado nunca un partido de Champions en el Bernabéu con más paradas que Athanasiadis. Su equipo se impuso por 1-2. Los que más cerca estuvieron fueron Dida, que detuvo ocho tiros con el Milan en 2009 y Akinfeev, del CSKA, también con ocho en 2018.

La desesperación del Real Madrid la resumió su entrenador, Carlo Ancelotti: “Les salió todo bien y a nosotros todo mal”, dijo. “Hemos tenido muchísimas oportunidades. Se podía estar más fino en los últimos 30 metros, pero es difícil de explicar esta derrota por el partido jugado”. Tampoco Casemiro logró descifrar el batacazo recién sufrido: “Así es el fútbol. Un equipo que tira más de veinte veces y juega bien. El otro ha tirado dos veces y ha metido dos goles”, dijo.

Ancelotti apenas trató de encontrar explicaciones técnicas al sopapo europeo: “Trato de ser objetivo en la valoración del partido y se puede decir que hemos tenido mala suerte”, dijo. “Hemos tenido presión, hemos chutado a portería. A veces hay mala suerte en los partidos, como otras hay suerte”.

En esa línea de fenómenos casi paranormales que se acumulan sobre un estadio patas arriba por las obras y sin fútbol durante año y medio, más que cualquiera del mundo después de la pandemia, cabe otro dato raro: el Real Madrid solo ha ganado uno de sus últimos siete partidos europeos en el Bernabéu, un 6-0 al Galatasaray un par de semanas antes de la exhibición de Keylor Navas. El resto son un empate (2-2 contra el Brujas con Courtois mareado y sustituido al descanso) y cinco derrotas, contra el CSKA, el Ajax, el Manchester City y el Sheriff. Las dos últimas dibujan un trayecto sugerente: del opulento club-estado con diseño de Pep Guardiola, al oscuro producto de una región en un limbo post soviético cuya puerta guarda un griego exiliado que se fue de Chamartín con el trofeo de mejor jugador del encuentro. Y cierta conmoción en el cráneo. Solo logró batirlo, y de penalti, Benzema, que se colocó como cuarto máximo goleador de la historia de la Copa de Europa, con 72 tantos.

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