El City manda en Stamford Bridge
El equipo de Guardiola domina con amplitud y se adelanta gracias a Gabriel Jesús en el reencuentro con el Chelsea, el rival que le arrebató la final de la Champions
El reencuentro de los finalistas de la última Champions se resolvió 0-1 a favor del Manchester City. Los perdedores de Oporto dominaron el partido hasta adueñarse de la casa del Chelsea, campeón de Europa pero incapaz de controlar otra cosa que no fuera su propia área este sábado al mediodía en Londres. Encerrado sin más respuesta que la llamada a la resistencia del mandón Azpilicueta, si el equipo de Tuchel no fue barrido a goles fue porque su rival tampoco está tan fino. El gol de Gabriel Jesús, de rebote a la salida de un córner, premió al equipo más valiente y ordenado tras un duelo que ex...
El reencuentro de los finalistas de la última Champions se resolvió 0-1 a favor del Manchester City. Los perdedores de Oporto dominaron el partido hasta adueñarse de la casa del Chelsea, campeón de Europa pero incapaz de controlar otra cosa que no fuera su propia área este sábado al mediodía en Londres. Encerrado sin más respuesta que la llamada a la resistencia del mandón Azpilicueta, si el equipo de Tuchel no fue barrido a goles fue porque su rival tampoco está tan fino. El gol de Gabriel Jesús, de rebote a la salida de un córner, premió al equipo más valiente y ordenado tras un duelo que exhibió más deficiencia que opulencia en el albor fatigoso de una temporada marcada por la saturación del calendario. El derroche físico fue incuestionable. La espesura futbolística también.
Pep Guardiola se puso en pie frente al banquillo y arrojó contra el césped el botellín de agua que tenía entre las manos. El 0-1 había abierto los espacios y en el transcurso de la segunda parte los equipos intercambiaban jugadas hacia una y otra portería cuando Kevin de Bruyne se apresuró a contragolpear. Sin esperar a que la defensa del Chelsea le presionase y se desencajase, el belga abrió el juego hacia Grealish. La pelota fue interceptada por Azpilicueta y el contra-contraataque acabó en un barullo en el área de Ederson para disgusto de Guardiola, furioso con la falta de lucidez del hombre que se supone debía liderar a su equipo en los metros decisivos.
La rigidez de De Bruyne, ancho, rojo y sudoroso tras un periodo de baja, resumió los problemas del City en Stamford Bridge. Puesto a presionar en campo rival, el conjunto de Manchester hizo un despliegue incansable y metódico del que no se escabulló ninguna de sus figuras. Todos, De Bruyne el primero, acudieron a hostigar la salida de pelota del Chelsea cuando Jorginho, Kanté y Kovacic intentaron hilar esos pases prefabricados pensados para conectar rápidamente con Lukaku. En esas cosas, las cosas que dependen del adiestramiento, el City fue brillante. En las decisiones de los jugadores que se conforman principalmente por su naturaleza, el juego se atascó. Foden se mostró lento y poco imaginativo en sus iniciativas; Grealish las pidió todas pero improvisó demasiado e incurrió en más toques de los necesarios; Cancelo desplegó todo su plumaje en la banda izquierda, más llamativo que eficaz; y en la derecha Gabriel Jesús tampoco gozó de la visión necesaria para imprimir claridad en las jugadas. La consecuencia fue que el City se impuso al Chelsea en la presión, bien dirigido por Rodri, pero una vez que recuperó la pelota no consiguió darle la velocidad de circulación necesaria para romper el meticuloso entramado defensivo que ha construido Tuchel frente a su arco.
Si hay un bloque capaz de bascular 90 minutos sin desarmarse, ese es el Chelsea de Jorginho y Kanté, dos núcleos de presión infranqueables cuando el rival les mueve la pelota sin la velocidad y el ritmo adecuados. En la habilidad para cerrar espacios que ostentan sus dos pivotes se refugió Tuchel para preparar otra celada. Así pudieron aguantar horas replegados y dominados, si con un poco de suerte conseguían minimizar los riesgos de tanta especulación. Gabriel Jesús a pase de Grealish tuvo la primera ocasión. Se revolvió en el punto de penalti ante Rüdiger, bestial en su persecución, y remató fuera.
Puede que Gabriel Jesús no sea el más brillante de los creadores de jugadas pero es pertinaz. No paró. No se dejó intimidar por Rüdiger. Sufrió golpes de todo tipo. Hasta que en el minuto 53, a la salida de un córner, Cancelo tiró desde fuera del área y él recogió el rechace. Aguantó la pelota ante Rüdiger y Jorginho, se giró y remató. De rebote, el balón fue al palo más alejado de Mendy. El 0-1 fue un premio a su audacia y a la de su equipo, siempre dominante en Stanford Bridge ante unas gradas abarrotadas de aficionados expectantes. Después de la larga espera de la pandemia, los hinchas blues han regresado a su casa con una Champions nueva, solo para descubrir que el equipo exitoso que vieron por la tele es más aburrido cuando lo ven personalmente.
Manchester United, 0; Aston Villa, 1
La victoria del City, que este martes visita París para medirse al PSG, le eleva a la segunda posición de la tabla de la Premier al cabo de la sexta jornada. El equipo de Guardiola suma 13 puntos, uno menos que el Liverpool, que se encaramó al liderato tras empatar 3-3 con el Brentford.
También con 13 puntos y relegado a la cuarta plaza se rezaga el Manchester United, que fue incapaz de asaltar la muralla del Aston Villa en Old Trafford. El Villa se adelantó en el minuto 88 a balón parado, gracias a su central Hause, y se llevó los tres puntos después de recibir 28 tiros y replicar con siete.
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