Alcaraz: “Aunque no lo parezca, me lo he pasado muy bien”

El murciano es el tenista más joven que alcanza los octavos de un grande desde Medvedev en el Roland Garros del 92. En julio logró su primer trofeo de la ATP y ya figura virtualmente entre los 50 mejores

Alcaraz, sobre el cemento mientras Tsitsipas acude a la red para felicitarle.Frank Franklin II (AP)

Apoyado desde hace dos décadas en el enorme impacto de una pequeña pandilla de jugadores irrepetibles, el tenis se devana los sesos en busca de relevos que si no sean capaces del alcanzar el estratosférico nivel de Nadal, Federer, Djokovic o las Williams, misión prácticamente imposible, al menos sí puedan dar una continuidad en condiciones al relato. Así que no se trata solo de juego, sino también de carisma, de personalidad, de gancho. Y Carlos Alcaraz lo tiene. Chico humilde y sencillo, pero de estilo profundamente irreverente,...

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Apoyado desde hace dos décadas en el enorme impacto de una pequeña pandilla de jugadores irrepetibles, el tenis se devana los sesos en busca de relevos que si no sean capaces del alcanzar el estratosférico nivel de Nadal, Federer, Djokovic o las Williams, misión prácticamente imposible, al menos sí puedan dar una continuidad en condiciones al relato. Así que no se trata solo de juego, sino también de carisma, de personalidad, de gancho. Y Carlos Alcaraz lo tiene. Chico humilde y sencillo, pero de estilo profundamente irreverente, su sonado triunfo contra Stefanos Tsitsipas produjo una convulsión placentera a su deporte.

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“Creo que sin el público no hubiera tenido la oportunidad de jugar un gran quinto set y poder vencer a Stefanos”, apreciaba el murciano en la sala de conferencias, convertido ya en el primer tenista menor de 19 años que derrota a un top-3 en un Grand Slam desde que lo hiciera Rafael Nadal en el Roland Garros de 2005, cuando el mallorquín batió a Roger Federer. Solo un mes después de que el suizo lograse su primer trofeo en Wimbledon nació él, señalado ahora y más tras la presentación mundial que hizo en la Arthur Ashe, donde exhibió todo su catálogo; esto es, fuerza, calidad e imaginación a raudales.

“No tengo palabras para explicar esto, no sé qué ha ocurrido en la pista. Es un sueño hecho realidad”, comentaba, acordándose también de sus familiares y sus amigos del Palmar, de donde viene, y de todas aquellas personas que han participado en su desarrollo; ninguna como Juan Carlos Ferrero, el técnico que ha tutelado sus pasos en los tres últimos años y con el que emprendió la transición hacia el profesionalismo, emocionado el preparador cuando el chico selló el duelo y se metió definitivamente al público norteamericano en el bolsillo.

“Juan Carlos siempre me dice que tengo que pasármelo bien en la pista y creo que con una sonrisa en la cara, da igual el momento del partido, juego mejor”, expresó. “Aunque parezca que no, me lo he pasado muy bien durante todo el partido y he disfrutado como un crío pequeño. Es un sueño hecho realidad”, proseguía Alcaraz, desde este viernes el jugador masculino más joven (18 años y 130 días) que alcanza los octavos de un major desde que lo consiguiera el ucraniano Andrey Medvedev (17 y 281) en el Roland Garros del 92.

Pero la cosa no queda ahí. El español, virtualmente ya entre los 50 mejores de la ATP, su propósito a comienzos de este 2021, forma parte de un reducido grupo de tenistas que han logrado batir a uno de los tres mejores del mundo con menos de 19 años. Ahí brillan los nombres de los mismísimos Borg o Nadal, e ilustres de la categoría de Wilander, Becker, Chang, Ivanisevic, Medvedev o Pérez-Roldán. “En tres años máximo, Alcaraz será número uno”, augura el ruso Yevgeny Kafelnikov, tronista en 1999. “He creído en mí y en mi juego en todo momento”, subrayaba él, que el 26 de julio engarzó su primer título en la élite sobre la arena de Umag (Croacia).

No obstante, Alcaraz es un tenista camaleónico, que disfruta en la tierra y todavía más en el cemento, donde su golpe plano y su voluntad de ir siempre hacia adelante cobra más brío. Quedó demostrado ante Tsitsipas, consumido por una ofensiva que incorporó hasta 61 tiros ganadores. “No copio a ningún jugador, simplemente hago mi tenis. Pero si tengo que decir uno, es Federer porque trato de ser agresivo todo el tiempo tanto con la derecha como con el revés, aunque debo mejorar el saque”, responde cuando se le pide un paralelismo estilístico.

Enérgico de principio a fin, sufrió unos problemas musculares –”me sentí físicamente al límite en el tercer set”– que no le impidieron cerrar el partido, apoyado en experiencias previas como cuando se midió a Alexander Zverev en Acapulco o a Nadal en Madrid. “He intentado jugar a mi nivel, ganara o perdiese. Creo que esa ha sido la clave, el jugar alegre en los momentos complicados”, indicó sin conformismo alguno: “Ha sido una victoria muy importante para mí, pero el torneo no ha terminado. Me espera un rival que está jugando muy bien y espero seguir ofreciendo este buen nivel”.

TSITSIPAS: “NUNCA HE VISTO A NADIE PEGARLE TAN DURO A LA BOLA”

Protagonista en esta primera semana del torneo por sus polémicas visitas al vestuario, Tsitsipas multiplicó los elogios que le había dedicado a Alcaraz en la previa del choque. “En el primer set, su velocidad de bola era increíble. Nunca he visto a nadie pegarle tan duro a la bola”, precisó el ateniense.

“Y nunca he visto a nadie jugar un quinto set tan bueno”, continuó. No obstante, lo que más la sorprendió del español fue su “consistencia” pese a que él le presionó constantemente.

“No sé cuánto más duro le tenía que devolver… Pero lo ha manejado muy bien, cómodamente, produciendo ganadores después de mis restos, controlando todo el rato. No esperaba un nivel tan alto”, se sinceró.

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