Tessy Ebosele mantiene la moda del triple español
La atleta alavesa, de 19 años, plata en los Mundiales sub-20 de Nairobi, tiene, según los técnicos, el potencial para ser una grande de la especialidad
No hay apenas historia que se escriba de Tessy Ebosele que no comience con su travesía del Mediterráneo en patera y su llegada a España en brazos de su madre cuando tenía año y medio. “Y eso de la patera ya me cansa, y no porque no esté orgullosa de mis orígenes africanos, que lo estoy, y mucho”, dice Ebosele, de 19 años recién cumplidos, quien en un tuit cuenta cómo un día que estaba a la puerta de un súper esperando a una amiga se acercaron unas señoras que pensaban que estaba pidiendo y le...
No hay apenas historia que se escriba de Tessy Ebosele que no comience con su travesía del Mediterráneo en patera y su llegada a España en brazos de su madre cuando tenía año y medio. “Y eso de la patera ya me cansa, y no porque no esté orgullosa de mis orígenes africanos, que lo estoy, y mucho”, dice Ebosele, de 19 años recién cumplidos, quien en un tuit cuenta cómo un día que estaba a la puerta de un súper esperando a una amiga se acercaron unas señoras que pensaban que estaba pidiendo y le quisieron dar dos euros. “Y fui tonta, porque se los rechacé”, cuenta. “Y tenía que haberme quedado con ellos. Dos euros son dos euros”. Y luego, ya más seria: “Pero si soy noticia, es por mis logros deportivos, y eso es lo que hay que contar. Si buscan historias de superación y esas cosas, que cuenten la historia de mi madre, que tuvo que salir de Nigeria, y aquí me crio y trabaja, y gracias a ella estoy en la universidad”.
No son pocos, precisamente, los logros deportivos de Ebosele, criada en Vitoria, hecha atleta desde niña en el club La Blanca de la mano de los entrenadores Jokin Azkoaga y Jesús Zúñiga, y establecida en San Sebastián, donde la prepara Asier San Sebastián, estudia Derecho y vive en un colegio mayor. No cuenta con ayuda ni beca de la federación y en pocas semanas de un verano caluroso ha conseguido ya, en categoría sub-20, antiguamente llamada júnior, ser subcampeona de Europa de longitud en Tallin (6,63m), subcampeona mundial de triple salto (13,63m) y quinta en longitud en Nairobi, en ambas ocasiones por detrás de la fenomenal sueca Maja Askag, que es su amiga y quiere ir a entrenarse unas semanas a San Sebastián con ella. “Y solo por conocer gente diferente, por viajar, por competir con el equipo, por compartir la ilusión, siento muchísima felicidad”, cuenta Ebosele desde Nairobi por teléfono. “Es un sueño hecho realidad. Nunca había tenido la oportunidad hasta ahora”.
“Apenas si ha entrenado en serio, cinco días a la semana, solo un año, y con dolores en el tendón de Aquiles y molestias más debidas a la falta de costumbre de entrenamientos duros”, dice Asier San Sebastián, de 30 años, quien, ya entrenador, aún no deja de ser atleta de longitud y triple también. “No he hecho nada excepcional con ella como entrenador, pero Tessy tiene un potencial muy grande, un gran margen de mejora técnica que seguro que avanza, porque pilla muy bien, a la primera las cuestiones técnicas, y es muy competitiva, se pica para ganar. En cuatro o cinco años estará muy, muy arriba a nivel internacional”.
Se moja más, quizás porque no le preocupa esconder su pasión, o su entusiasmo, el sabio del atletismo Ramón Cid. “Tessy puede llegar dentro de nada a los siete metros en longitud y a pasar bastante de los 14 metros en triple, marcas ya de gran nivel mundial, y es también muy rápida y buena para los 100m y los 200m”, pronostica Cid, triplista olímpico en Moscú, sucesor de Areta en la tabla de récords de España, director técnico nacional largos años, preparador de la combinera, y triplista y velocista, María Vicente y de la vallista también olímpica Teresa Errandonea, y maestro de Asier San Sebastián. “Solo necesita asentar la energía tremenda que tiene, y la canalice. Cuando lo haga, será la bomba”.
Surge solo, inevitable, el recuerdo de Ana Peleteiro, campeona mundial júnior en 2012 y nueve años más tarde medallista olímpica, y Ebosele, admitiendo que entre la gallega y Yulimar Rojas han hecho que el triple femenino sea la especialidad de moda en España, lo resuelve rápida. “No tengo ídolos, pero Yulimar y Ana son mis referentes. Ya me gustaría competir con ellas algún día”, dice Ebosele, quien también representa en cierta forma lo que los norteamericanos llaman la nueva feminidad negra y poderosa en el deporte, la que tiene como líderes a Allyson Felix y Simone Biles, como muestra en otro tuit, escrito el 5 de agosto, unos días después de que Peleteiro y Ray Zapata fueran medallistas en Tokio: “Qué más dará el color o la orientación sexual del deportista, El deporte debería ser un espacio seguro y abierto a la diversidad. Y si tu ideología te nubla tanto como para no poder alegrarte del éxito de un atleta, es que estás lleno de odio”.
Hace un par de años, ante Ebosele se abrieron dos caminos. Uno la llevaba a Madrid, a la residencia Blume, al que ella renunció. No quería convertir su vida en atletismo y solo deporte y solo estar con deportistas todo el día. El otro era irse a San Sebastián, a llevar vida de universitaria y atleta, el camino que eligió, y le dijo a Asier San Sebastián: “Aquí puedo ser feliz. Si soy feliz, salto más”.
Todos le hablan de un futuro espléndido en el atletismo, pero ella a veces lamenta, sobre todo si le ha ido mal, que el tiempo que gasta yendo a las competiciones es tiempo que pierde de estudiar, y que las notas se resienten. “Me gustaría tener alguna ayuda o beca para ser más independiente y poderle dar más al atletismo e, incluso, no presionarme tanto con los estudios, pero dependo de la ayuda de mis padres, y quiero que su esfuerzo y sacrificio se vean recompensados”, dice Ebosele, quien tiene una gran curiosidad por la historia y la cultura el atletismo pero eso no es lo más importante. “El tiempo dirá lo que soy, pero por ahora le doy más importancia a los estudios porque no sé qué pasara, si llegaré a ser profesional del atletismo o no... Ahora mismo me importa más terminar Derecho y hacerme abogada o jurista…”.
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