Elche y Athletic, feliz empate
Ambos equipos empiezan con brío, pero acaban espesos en el cierre de la jornada
Cuánto ha cambiado el fútbol desde los tiempos en los que el Athletic temía las visitas al viejo Altabix, donde se encontraba siempre un rival correoso y un terreno de juego duro como una carretera, pero con peor asfalto. Ahora todo es muy distinto, pero doblegar al Elche sigue siendo un ejercicio complicado. Por eso el empate a cero no es un mal resultado para ninguno de los dos equipos. Con varios debutantes en Primera, Marcelino progresa adecuadamente con su trabajo y Fran Escribá, que ya salvó al equipo ilicitano en un final de Liga frenético hace unos meses, parece haber imprimido su sell...
Cuánto ha cambiado el fútbol desde los tiempos en los que el Athletic temía las visitas al viejo Altabix, donde se encontraba siempre un rival correoso y un terreno de juego duro como una carretera, pero con peor asfalto. Ahora todo es muy distinto, pero doblegar al Elche sigue siendo un ejercicio complicado. Por eso el empate a cero no es un mal resultado para ninguno de los dos equipos. Con varios debutantes en Primera, Marcelino progresa adecuadamente con su trabajo y Fran Escribá, que ya salvó al equipo ilicitano en un final de Liga frenético hace unos meses, parece haber imprimido su sello en el Martínez Valero.
A Muniain le tocó elegir campo y le robó su portería de toda la vida al Elche. Lo quería robar todo el Athletic, ese era el plan de Marcelino, y le salió bien en los primeros minutos en los que se quedó también con la pelota. Es verdad que en las estadísticas figura un paradón del debutante Agirrezabala, pero Bigas estaba en fuera de juego y el gol no lo habría sido.
Robaba el Athletic, pero lo regalaba luego, siempre al borde del área, donde se enredaba entre la velocidad y la precipitación. En todas las acciones les salía cruz a los rojiblancos, al contrario que en el sorteo de campos, y el Elche, que se resguardaba bien, pese al agobio de cuatro córners en contra consecutivos, intentaba hacerlo todo más sencillo. Le bastaba con correr, sobre todo por su banda derecha, en la que Mojica era un cohete, para inquietar a la zaga del Athletic, a la vez que Verdú le impartía un máster acelerado de Primera División a Vivian, un central de 22 años que debutaba y que aprendió la lección enseguida.
No había goles, pero sobraba brío. En ambos bandos, aunque mientras el Elche fue centrándose más en su trabajo, el Athletic se dispersó un tanto. El partido se inclinó ligeramente hacia el equipo de Escribá. Milla tuvo una buena ocasión, a dos metros de la portería, pero el balón se le quedó atrás. Fue la mejor del Elche, a la que replicó el Athletic con un remate desde fuera del área de Balenziaga que Casilla desvió a córner.
Fue entretenida la primera parte, pero la segunda amaneció espesa, con niebla en los ojos de los futbolistas, y ni el viento de los jugadores de refresco logró disiparla. Tuvo la pelota el Elche más, pero sin chicha, y el Athletic trató, por momentos, de recuperarla y estirarse hacia Williams, pero el delantero no estaba ni se le esperaba, así que los esfuerzos de Berenguer resultaban baldíos. Un centro suyo que remató mal Dani García, fue la más diáfana oportunidad bilbaína. El Elche tampoco tenía mucho más. De hecho, la única que tuvo fue en el descuento, después de un error de Lekue que le dejó la pelota franca a Morente, que disparó duro para que Agirrezabala completara su buen estreno con una atajada magnífica.
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