Higgins derrite al Madrid y el Barça encarrila la Liga
Los azulgrana resisten la embestida inicial de los de Laso, desatan su potencial en la segunda mitad, y se colocan a un paso del título (75-89)
El Barcelona se apuntó el primer asalto de la final exprés de la ACB al mejor de tres ante el Real Madrid y salió del WiZink Center con el título de Liga encarrilado. El talento de Cory Higgins desató el potencial azulgrana en un tercer cuarto de museo y a los blancos les fallaron las fuerza...
El Barcelona se apuntó el primer asalto de la final exprés de la ACB al mejor de tres ante el Real Madrid y salió del WiZink Center con el título de Liga encarrilado. El talento de Cory Higgins desató el potencial azulgrana en un tercer cuarto de museo y a los blancos les fallaron las fuerzas en el momento clave. La rotación azulgrana impuso su mayor profundidad y mejor estado físico ante un rival mermado y magullado, sostenido por la cabeza y el corazón pero achatado por la falta de piernas. Los recursos y el depósito le aguantaron medio partido a los de Laso, apuntalados por Tavares. Pero la jerarquía de Pau Gasol y Calathes encauzó al Barça, la solidez de Hanga lo hormigonó, y la clase de Higgins (26 puntos, 14 de ellos en el tercer cuarto) lo hizo despegar en una segunda mitad sobresaliente. Hubo dos partidos en uno y el importante lo ganó el Barça. Del 36-33 del primer tiempo al 39-56 del segundo.
Salió el conjunto de Laso con un punto más de voracidad y concentración al primer asalto de la final y en apenas dos minutos marcó un 7-0 de parcial (9-0 después) que obligó a Jasikevicius a llamar a los suyos a la silla de pensar para repasar la lección. La aplicación defensiva y el dominio del rebote permitieron a los blancos hacerse con el ritmo de las operaciones. Recurrió Saras a Pau Gasol para poner orden en su zona y, con cuatro puntos y dos rebotes en menos de dos minutos, el pívot de Sant Boi comenzó a templar a los suyos. Del 11-4 al 14-12 en un santiamén. Pero se creció Tavares y Llull se encargó de seguir alimentando la intensidad madridista hasta el cierre del primer cuarto (20-15, m. 10). Entendió el Madrid que elevar el nivel de agitación era la única manera de contener el potencial azulgrana, pero no le aguantó con el depósito en la reserva.
La preocupación del Barça era encontrar orden, la del Madrid prolongar la bravura. Llull, Rudy y Poirier aportaron más energía y soluciones que Bolmaro, Abrines y Smits y, a pesar de la acumulación de faltas, los de Laso no rebajaron la presión. Alocén se cargó con tres personales y Abalde asumió la dirección blanca con el mismo nivel de revoluciones. Para entonces, la estadística reboteadora reflejaba un 23-14 para los madridistas (43-39 al final). Sin embargo, los bajos porcentajes de tiro (3 de 12 en triples al descanso; 8 de 27 en total) y la colección de pérdidas de balón (siete a esas alturas) frustraron el intento de despegue de los locales. Los puntos de Kuric y un par de vueltas de tuerca en defensa enderezaron paulatinamente al Barça. Y, en otra sístole y diástole del clásico, el marcador pasó del 32-24 del minuto 17 al empate, 32-32, apenas dos más tarde. Conduraron los dos entrenadores los minutos de Pau Gasol y Tavares y el pulso entre la embestida del Madrid y la reacción del Barça llegó en un puño al descanso (36-33, m. 20).
En un duelo cerrado y equilibrado, la importancia de los pequeños detalles y las sorpresas de guion comenzaron a tener un valor diferencial. Y, en la reanudación, el Madrid intentó esprintar de nuevo antes de que el Barça rompiera de nuevo a sudar. Pero el brío de Alocén se vio interrumpido por su cuarta falta, Calathes comenzó a exprimir el yo-yo para activar definitivamente a Higgins y los de Jasikevicius se agigantaron rumbo al tramo decisivo.
Ocho puntos consecutivos del escolta estadounidense alteraron definitivamente los biorritmos del partido. Del 41-33 al 44-43. Con un dos más uno del propio Calathes el Barça se colocó por primera vez por delante y, acto seguido, apareció Mirotic por primera vez con un triple que le rescató del diván (44-49, m. 26). Hanga y Davies desplegaron su repertorio defensivo y fortificaron a su equipo. Garuba se perdió en el camino. En plena tormenta azulgrana el Madrid se quedó seco. Higgins alcanzó los 21 puntos y su equipo los 10 de ventaja (44-54, m. 28). El tercer cuarto se cerró con un parcial demoledor de 16-29 a favor del Barça. El Madrid no encontró fuerzas ni soluciones para levantarse. El martes, segundo episodio en el Palau y primer match ball para el Barça.
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