De Björn a Leo, vuelve Borg
El hijo del legendario sueco debuta en los júniors de París, 40 años después del último grande logrado por su padre
Aunque lo pretendiera, difícilmente podría el joven Leo pasar desapercibido porque él y su padre, Björn, son como dos gotas de agua: tez blanquecina, cabellera dorada, gesto pétreo. Rebobina París, marco hace 40 años del último triunfo del legendario sueco en un gran escenario, su fortín de tierra batida hasta que dos décadas después irrumpió Rafael Nadal y lo hizo completamente suyo, mordisco a mordisco.
El 7 de junio de 1981, Borg (Estocolmo, 65 años) desfiló por última vez sobre la arena del Bois de Boulogne. Ese...
Aunque lo pretendiera, difícilmente podría el joven Leo pasar desapercibido porque él y su padre, Björn, son como dos gotas de agua: tez blanquecina, cabellera dorada, gesto pétreo. Rebobina París, marco hace 40 años del último triunfo del legendario sueco en un gran escenario, su fortín de tierra batida hasta que dos décadas después irrumpió Rafael Nadal y lo hizo completamente suyo, mordisco a mordisco.
El 7 de junio de 1981, Borg (Estocolmo, 65 años) desfiló por última vez sobre la arena del Bois de Boulogne. Ese día, el nórdico batió a Ivan Lendl por 6-1, 4-6, 6-2, 3-6 y 6-1, y elevó en la Chatrier la que sería su última Copa de los Mosqueteros; en paralelo, el que sería su último grande, el sexto en París (1974, 1975, 1978, 1979, 1980 y 1981) y el undécimo de una de las carreras más fascinantes de la historia del tenis. Tenía 25 años entonces.
Ahora es su hijo Leo, con 18, quien deja rastro deslizándose sobre la arcilla francesa en la categoría de los júniors. “Siempre me da consejos, aunque prefiere mantenerse en un segundo plano. Estoy aprendiendo a saber gestionar todo lo que supone ser tenista y que mi padre sea Björn Borg”, dice el joven, que ya contabiliza dos triunfos y en los octavos se batirá con el chino Shang Juncheng, el primer cabeza de serie del torneo; “es algo que voy a tener que manejar durante toda mi carrera y que deberé hacer bien si quiero lograr mi objetivo, que es estar entre los diez mejores”.
Actualmente, Leo Borg ocupa el 21º puesto en el ranking de los júniors y el próximo año, por normativa, tendrá que medirse ya en challengers contra rivales que intentan abrirse paso en la antesala a la élite o aquellos otros que apuran sus días en el circuito. Se prepara en Estocolmo, aunque ya se ha dejado ver varias veces por la academia de Rafael Nadal en Manacor. No es casual. Al fin y al cabo, el mallorquín es su ídolo y su deseo es poder medirse algún día contra él. “Quiero seguir adelante porque el jueves viene mi padre, y me gustaría que me vea jugar aquí”, dice.
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