La retirada de Barty descabeza el cuadro femenino

Llegó al Bois de Boulogne justa, con la cadera al límite. Aun así, Ashleigh Barty, la número uno más sólida del tenis femenino en los últimos tiempos, salvó la ronda inicial y ganó algo de tiempo hasta que por fin su físico le dijo basta. Dolorida y resignada, la australiana guerreó hasta donde pudo, hasta donde se lo permitió su cuerpo. Sin remedio, se vio obligada a renunciar cuando la polaca Magda Linette ya se había adjudicado el primer parcial de forma holgada y el marcador reflejaba un 2-2 tramposo en el segundo, d...

Llegó al Bois de Boulogne justa, con la cadera al límite. Aun así, Ashleigh Barty, la número uno más sólida del tenis femenino en los últimos tiempos, salvó la ronda inicial y ganó algo de tiempo hasta que por fin su físico le dijo basta. Dolorida y resignada, la australiana guerreó hasta donde pudo, hasta donde se lo permitió su cuerpo. Sin remedio, se vio obligada a renunciar cuando la polaca Magda Linette ya se había adjudicado el primer parcial de forma holgada y el marcador reflejaba un 2-2 tramposo en el segundo, después de que la jefa del circuito hubiera precisado ya de la asistencia médica.

“Es desgarrador, lo he hecho absolutamente todo para tener una oportunidad”, lamentó después, en la conferencia telemática con los enviados especiales. “Fue un pequeño milagro que pudiera jugar el otro día, y también que hoy [por ayer] pudiera entrar en la pista, pero durante el fin de semana noté algo y ahora ha empeorado”, expuso la australiana, de 25 años y cuyo adiós abre todavía más un cuadro tan imprevisible como el femenino; más en Roland Garros, donde desde 2013 se han registrado ocho campeonas diferentes.

Barty, líder anual en el registro de victorias –con 28, por delante de Aryna Sabalenka (27) y Garbiñe Muguruza (23)–, venía sufriendo problemas desde hace tres semanas, cuando compitió en Madrid. Allí, la australiana finalizó el torneo con un vendaje en la pierna izquierda y después lo lució en el Foro Itálico de Roma y en el arranque del grande parisino. Sorteó el estreno del martes contra Bernarda Pera, pero terminó superada por las punzadas que afectan a su cadera e irradian hacia la pierna y la zona baja de la espalda.

“Es decepcionante terminar así aquí. Que mi cuerpo me falle ahora es realmente descorazonador Había hecho una preparación fantástica y una gira sobre arcilla brillante [ganó en Stuttgart y fue finalista en la Caja Mágica, y previamente triunfó en el cemento de Miami], así que esto no debe arruinar los tres meses previos. He llorado lo mío esta semana, pero todo sucede por algo”, expresó la campeona de 2019, pensando ya en recuperarse lo antes posible porque el reloj apremia y el próximo día 28 arranca Wimbledon.

Su adiós se añade al de otras cuatro de las diez primeras cabezas de serie: Naomi Osaka, Bianca Andreescu, Karolina Pliskova (7-5 y 6-1 para Sloane Stephens) y Belinda Bencic. Pero no queda ahí la nómina de eliminaciones. Entre las 32 favoritas también enfilaron la puerta de salida jugadoras de referencia como Petra Kvitova —lesionada durante una rueda de prensa, al apoyar mal un tobillo al descender de una tarima— y Garbiñe Muguruza, expulsada a la primera por Marta Kostyuk, la 81ª del mundo.

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