Pecco Bagnaia: “No deberíamos haber corrido, por respeto a Jason y a su familia”

Los pilotos de MotoGP salieron a correr media hora después del minuto de silencio y recién conocida la noticia de la muerte de Dupasquier

Fabio Quartararo, en el podio, recuerda a Jason Dupasquier.CLAUDIO GIOVANNINI (EFE)

Los pilotos se fueron a dormir el sábado con mal cuerpo. Uno de ellos estaba en el hospital peleando por su vida. Sus cuentas en redes sociales se llenaron de mensajes de esperanza mientras sus cabezas trataban de desconectar de la retina, donde quedó grabada la imagen de Dupasquier rodeado de médicos, sábanas y ambulancias. Había llegado otro domingo de carreras y tocaba dar el callo. Así lo asumieron los pilotos de...

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Los pilotos se fueron a dormir el sábado con mal cuerpo. Uno de ellos estaba en el hospital peleando por su vida. Sus cuentas en redes sociales se llenaron de mensajes de esperanza mientras sus cabezas trataban de desconectar de la retina, donde quedó grabada la imagen de Dupasquier rodeado de médicos, sábanas y ambulancias. Había llegado otro domingo de carreras y tocaba dar el callo. Así lo asumieron los pilotos de Moto3, los primeros en salir a pista al abrirse el telón. Hasta que se derrumbaron ante las cámaras nada más terminar la carrera y conocerse la noticia. Había muerto. En pleno barullo, la parrilla de Moto2, sin embargo, se formó sin que nadie avisara a esos corredores de lo sucedido. Todos —con la salvedad del suizo Thomas Luthi, que era amigo de Dupasquier, sabía lo que había ocurrido y no corrió: quiso acompañar a la familia, que se había desplazado a Florencia— salieron a competir como si nada.

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No ocurrió lo mismo con los de MotoGP. Conocida la noticia, se convocó para las 13.30 un minuto de silencio. Faltaba solo media hora para que se pusieran a 340 kilómetros por hora. Pero nadie les pidió su opinión. “No deberíamos haber corrido, por respeto a Jason y a su familia. Se toman decisiones a la ligera y no me parece bien”, dijo Pecco Bagnaia, piloto de Ducati ya por la tarde. El italiano fue muy crítico con la organización del Mundial, que no consultó a los pilotos ni debatió sobre la idoneidad de celebrar una carrera inmediatamente después de una noticia de semejante calibre.

“Le dije al equipo que prefería no correr, que era irrespetuoso y equivocado, pero me dijeron que este es nuestro trabajo. Intenté pensar en la carrera, pero era imposible; no podía concentrarme. Es uno de los días más duros de mi vida”, explicó Bagnaia, que se cayó en la segunda vuelta cuando iba primero. La suya fue una de las pocas voces críticas, aunque no la única. “¿Qué hubiera pasado si hubiera muerto un piloto de MotoGP?”, se preguntaba Petrucci. “Estaríamos hablando de él, no de la carrera, porque no habríamos corrido”, sentenció Bagnaia.

La mayoría de pilotos de la parrilla, sin embargo, no juzgaron la decisión de la organización del Mundial y asumieron que su deber era correr y que no había mejor manera que rendirle homenaje a Dupasquier. Compitieron, sin embargo, con la cabeza en otro sitio. Lo asumió también Fabio Quartararo, líder del Mundial y ganador en Mugello: “Cuando empiezas a tener cierto margen sobre tus rivales empiezas a pensar en cosas y hoy pensaba en Jason. Era un crío, era uno de los nuestros”. “No te preparan para nada así”, reconocía Oliveira, segundo en carrera. “Este es un deporte peligroso. Fue un día difícil en la oficina”, añadía Joan Mir, tercero y vigente campeón del mundo. También fue un día duro para Marc Márquez, otro de los que terminó por los suelos a las primeras de cambio, como Bagnaia: “Fue un fin de semana desastroso. Cuando se va un compañero siempre es difícil. Hemos perdido a una joven promesa”.

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