Tunda histórica de la intrépida Swiatek: 6-0 y 6-0
La polaca endosa a Pliskova un doble ‘rosco’, que no sucedía en una final relevante desde 1988
A ojos del gran público, Iga Swiatek comenzó a dejar rastro, y de qué forma, cuando conquistó la última edición de Roland Garros a lomos de un torbellino. Entonces, la polaca firmó un arrasador recorrido por París para levantar su primer grande y decir a todo el mundo que ella no está aquí para pasar de puntillas ni dejar otra de esas muescas pasajeras que se han sucedido en los últimos años del circuito femenino. Swiatek ha venido para pisar fuerte. Y reincidió en la apuesta este domingo en Roma, do...
A ojos del gran público, Iga Swiatek comenzó a dejar rastro, y de qué forma, cuando conquistó la última edición de Roland Garros a lomos de un torbellino. Entonces, la polaca firmó un arrasador recorrido por París para levantar su primer grande y decir a todo el mundo que ella no está aquí para pasar de puntillas ni dejar otra de esas muescas pasajeras que se han sucedido en los últimos años del circuito femenino. Swiatek ha venido para pisar fuerte. Y reincidió en la apuesta este domingo en Roma, donde dejó un registro histórico en la final ante Karolina Pliskova: doble 6-0, en solo 46 minutos.
No sucedía algo así en una final de un torneo de esta categoría (WTA 1000) o superior desde que la alemana Steffi Graf, una de las grandes instituciones de la raqueta, lo consiguiera en el Roland Garros de 1988, cuando sonrojó a la bielorrusa Natasja Zvereva con idéntico resultado. Mientras la checa Pliskova todavía digería el marcador y expresaba un trágame, tierra con la mirada, ella, 19 años, sonreía feliz, se colgaba en brazos de sus acompañantes y bromeaba con el trofeo.
“En cada descanso, visualizaba que el partido estaba empatado para no bajar mi nivel. Fue un poco divertido, porque le pregunté a mi entrenador cuál había sido el marcador tras el partido”, contó a los periodistas la campeona, que viaja a todos los torneos con una psicóloga y ganó Wimbledon como júnior, en 2018. Sobre la arena, la dedicatoria del título y el mordisco histórico en el Foro Itálico tenían una destinataria clara: “Mi gata Grappa. No está aquí conmigo y he pensado en ella cada día”.
Esa mezcla de ingenuidad y ferocidad competitiva han hecho que su tenis y si figura hayan ganado adeptos. Admiradora de Rafael Nadal, la polaca irrumpe como una consolidada competidora sobre tierra batida. El curso pasado desfiló de forma militar por el Bois de Boulogne, donde no cedió un solo set, y esta semana ha tenido que apretar los dientes en Roma para ir salvando obstáculos de camino a la final. Este domingo, sin embargo, no tuvo mayor oposición que la presencia de Pliskova, desdibujada de principio a fin, silbada incluso por la grada romana al entender que estaba dejándose llevar.
En el primer set, la checa (29 años y nueve del mundo) arañó apenas cuatro puntos; en el segundo, el botín fue igualmente exiguo: nueve. Estrelló un raquetazo contra la arena y se rindió sin pudor. Swiatek, que con su juventud es capaz de resistir a raciones dobles como la del sábado, cuando tuvo que intervenir dos veces –frente a Elina Svitolina y Coco Gauff, dos rivales de alta exigencia–, atrapó con una dentellada histórica el título del torneo y este lunes aparecerá en el décimo peldaño del listado mundial. Es decir, emitió todo un aviso de cara a Roland Garros: puntual y con fuerza, Swiatek está aquí otra vez.
10 ‘ROSCOS’ EN FINALES DESDE 1971
- Chris Evert a Linda Tuero (Cleveland, 1973)
- Chris Evert a Gail Sherriff (Indianápolis, 1974)
- Chris Evert a Martina Navratilova (Amelia Island, 1981)
- Etsuko Inoue a Beth Herr (Tokio, 1984)
- Steffi Graf a Natasha Zvereva (Roland Garros, 1988)
- Elena Reinach a Caroline Kuhlman (Auckland, 1993)
- Marion Bartoli a Olga Puchkova (Quebec, 2006)
- Agnieszka Radwanska a Dominika Cibulkova (Sidney, 2013)
- Simona Halep a Anastasija Sevastova (Bucarest, 2016)
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