El silencio y la lápida de Loris Karius
El portero del Liverpool que precipitó la victoria del Madrid en la final de 2018 se niega a mencionar el tema tres años después
El día que lo presentaron se formó una ronda de reporteros respetuosos de la distancia de seguridad pero inquietos por formular la gran pregunta del modo más directo posible. Loris Karius escuchó atentamente a sus interlocutores de pie sobre la hierba del An der Alten Försterei, el pasado 13 de octubre, cuando la cuestión resonó como un trueno.
—¿Has superado la final de Kiev o temes que aquella noche acabe grabada en tu lápida?
Se hizo un silencio dramático y el nuevo portero del Unión Berlín se...
El día que lo presentaron se formó una ronda de reporteros respetuosos de la distancia de seguridad pero inquietos por formular la gran pregunta del modo más directo posible. Loris Karius escuchó atentamente a sus interlocutores de pie sobre la hierba del An der Alten Försterei, el pasado 13 de octubre, cuando la cuestión resonó como un trueno.
—¿Has superado la final de Kiev o temes que aquella noche acabe grabada en tu lápida?
Se hizo un silencio dramático y el nuevo portero del Unión Berlín se esforzó por parecer impasible. “Lo superé hace tiempo”, declaró.
Habían transcurrido dos años desde la final Madrid-Liverpool y lo único que quería saber la gente congregada a su alrededor era si había logrado recuperarse de algo que percibían como una especie de enfermedad incapacitante. La actuación más desastrosa de un portero en la historia de las finales de la Liga de Campeones había sido —y sigue siendo— aquella extraña sucesión de gestos que comenzaron en el minuto 51, cuando le cedió el balón con la mano a Karim Benzema en el área, de forma que el francés metió el 1-0 sin dar ni un paso. Sencillamente, la pelota le pegó en el pie y se metió en la portería. Media hora después, Bale disparó desde 30 metros y el portero interceptó la pelota de tal modo que se la introdujo en su arco. Fue el definitivo 3-1.
La pregunta de los enviados al estadio del Unión Berlín era pertinente en octubre y sigue siendo pertinente ahora, pues el Liverpool —club que paga parte del millón largo de euros anuales del salario de Karius— vuelve a enfrentarse al Madrid mañana en los cuartos de final de la Champions. Pero el hombre prefiere guardar silencio. Dice su agente, de la empresa Sports Excellence, que su cliente prefiere no hablar de la final de Kiev. Cuando le preguntan si quiere hablar sobre sus orígenes en Ulm, de qué fue exactamente lo que lo motivó a convertirse en portero, de cómo vivió en el Mainz su época de gran promesa de los guardametas de la Bundesliga, o de qué le dijo Jürgen Klopp cuando le fichó para el Liverpool en 2016, también se niega. Tras una semana de reflexión, responde simplemente que “no quiere” responder a nada. Tampoco le interesa hacer comentarios de ninguna clase. Como si su oficio le espantase, sentimiento completamente razonable, dada la situación.
Karius no volvió a jugar con el Liverpool. En el verano de 2018 el club lo cedió al Besiktas, pero allí tampoco pudo ser objeto de nada más relevante que de los abucheos de su hinchada —lo eliminó el Erzumspor de la Copa tras meterle seis goles— y de los rumores sobre sus licencias en la noche de Estambul. En 2020 el Besiktas lo liberó después de que recibiera 95 goles en 67 partidos. Antes que volver a Liverpool a sentarse en el banquillo a la espera de cumplir su contrato en junio de 2022, prefirió ir prestado a Berlín, lugar donde se empadrona su novia, la llamativa estrella televisiva Sophia Thomalla.
El día de su presentación —tras la cuestión del epitafio— anunció que su propósito en el Unión Berlín era hacerse con el primer puesto bajo los palos. Pero Karius nunca pudo arrebatarle la titularidad a Andreas Luthe, un oscuro arquero de 34 años que se había pasado media vida en el Bochum, en la Segunda División, y que debutaba este curso en la Bundesliga. Marginado a las noches de Copa, tampoco tuvo mucho trabajo: el Paderborn lo eliminó a partido único: 2-3.
26 de 30
El único que mostró interés por revisar el pasado fue Klopp. Según el técnico alemán, fue a instancia suya que Karius se sometió a una revisión neurológica después de la final de Kiev. “Seis días después de aquel partido Loris tenía 26 indicadores de 30 de haber sufrido un traumatismo craneoencefálico”, declaró Klopp en 2018, tras denunciar que los errores que cometió su portero fueron consecuencia de una agresión de Sergio Ramos, que le propinó un codazo en el minuto 47. “Derribaron al portero de un codazo como si esto fuera lucha libre y después ganaron el encuentro”.
Karius filtra que no le gustó que Klopp hiciera esta denuncia. El hombre espera que el futuro le depare un argumento más honroso para defender la causa de su carrera, ya que el pasado, y el presente, le condenan. Pero como el futuro de momento no existe, y como él va camino de cumplir los 28, cabe preguntarse si el portero sigue estando ahí o de verdad yace bajo la lápida de Kiev.
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