España se clasifica para cuartos del Euro sub-21 con más oficio que buen juego
La selección se medirá con el segundo clasificado del Grupo D (Portugal, Croacia, Suiza o Inglaterra) el próximo 31 de mayo
España se clasificó para la fase final del Europeo sub-21 como primera del Grupo B después de una trabajada victoria ante la República Checa (2-0). El próximo 31 de mayo se enfrentará en cuartos de final al segundo clasificado del Grupo D, que se dirimirá este miércoles entre Portugal, Croacia, Suiza e...
España se clasificó para la fase final del Europeo sub-21 como primera del Grupo B después de una trabajada victoria ante la República Checa (2-0). El próximo 31 de mayo se enfrentará en cuartos de final al segundo clasificado del Grupo D, que se dirimirá este miércoles entre Portugal, Croacia, Suiza e Inglaterra.
El camino se llenó de obstáculos porque España no se encontró. Ni contra Eslovenia, ni contra Italia, ni ante la República Checa logró crear las empatías y las complicidades necesarias para dar brillo al juego. El viaje de la selección a disputar la fase de grupos de la Eurocopa sub-21 a Maribor y Celje fue una sucesión de actos inconexos de búsqueda de una línea de actuación. La carga de tres partidos en una semana sin margen de preparación ni de descanso, unida a la juventud de la plantilla, añadió dificultades a la misión.
Sin Cucurella por descanso ni Zubimendi por lesión, el último partido, el decisivo, fue una travesía sin timón. Mermado por un golpe en las costillas, el pequeño Zubimendi se quedó en el banquillo y en el puesto del contramaestre se paró Moncayola, un roble navarro que ofició de eje en el sentido más riguroso del término. Se clavó en el mediocentro y ordenó la salida de balón de forma que nadie se lo dio. Unas veces porque lo taparon Karabec, Bucha y Lingr, y otras porque él no se ofreció a tiempo. Como el equipo no recurrió a una alternativa más elaborada, los centrales españoles, verdadero motor del equipo, acabaron lanzando en largo a sus laterales, cuando no al nueve, Abel Ruiz. La consecuencia fue inexorable: los interiores, Gonzalo Villar y Manu García, intervinieron con dificultad y durante más de una hora la vigente campeona del torneo perdió el control del partido mientras en el otro encuentro del Grupo Italia se ponía primera sumando goles (4-0) en la portería de Eslovenia.
La clasificación de España estuvo en el aire durante un buen rato. Los checos hicieron un trabajo serio. No necesitaron más para desactivar las pobres maniobras de La Rojita, apenas sostenida por el oficio de sus jugadores. Especialmente de un Guillamón infranqueable en su línea con Cuenca, un Manu García empeñado en encarrilar el convoy, y un Barrenetxea impenitente que no dejó de fabricarse situaciones de mano a mano contra unos rivales que acabaron agotados de sus amagues. La entrega del extremo de la Real Sociedad cobró su fruto pasada la hora de partido, cuando Guillamón lo habilitó con un envío raso al espacio. El centro medido de Barrenetxea fue explotado a un toque por Dani Gómez, que entró en la segunda mitad para transformarse en el liquidador.
Diez minutos después del 1-0, Dani Gómez volvió a explotar con un zurdazo una jugada de Barrenetxea y un servicio de Manu García. El madridista giró sobre sí mismo y fulminó al portero por su primer palo, sin ángulo, sin tiempo. Fue un gol de depredador. El banquillo de Luis de la Fuente saludó el 2-0 con un festival de abrazos. Los técnicos saben que lo mejor de esta semana fueron los marcadores y la clasificación.
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