“Jugaba con Cruyff en el jardín de su casa”

John van’t Schip reflexiona sobre sus años de formación en el Ajax y su misión como seleccionador de Grecia, rival de España en el grupo de clasificación

John van't Schip dirige un partido de Grecia.NurPhoto (Getty Images)

John van’t Schip (Fort St. John, Canadá, de nacionalidad holandesa; 57 años) se formó como extremo en la escuela del Ajax. Una mañana de 1981, en un entrenamiento, se vio jugando con Johan Cruyff, a quien conoció sucesivamente como compañero, rival en el Feyenoord y entrenador en el Ajax. Fue campeón de Europa con Holanda en 1988 y segundo de Van Basten en el banquillo de la selección. Actualmente dirige a Grecia.

Pregunta. Usted j...

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John van’t Schip (Fort St. John, Canadá, de nacionalidad holandesa; 57 años) se formó como extremo en la escuela del Ajax. Una mañana de 1981, en un entrenamiento, se vio jugando con Johan Cruyff, a quien conoció sucesivamente como compañero, rival en el Feyenoord y entrenador en el Ajax. Fue campeón de Europa con Holanda en 1988 y segundo de Van Basten en el banquillo de la selección. Actualmente dirige a Grecia.

Pregunta. Usted jugó al fútbol con Cruyff, aunque ya retirado...

Respuesta. Éramos jóvenes y teníamos un ídolo al que admirábamos, que resulta que era el mejor jugador del mundo. Se acababa de retirar y nos invitaba a Marco van Basten y a mí a su casa a charlar. Como no hacíamos más que hablar de fútbol acabábamos jugando en su jardín. Ese tipo de cosas se convirtió en algo normal. Comprendimos que detrás del ídolo había una persona muy amable que quería enseñar. Lo transmitía como entrenador, sentías su presencia constante. Si Rinus Michels contemplaba los ejercicios en un costado, Johan se involucraba, participaba, estaba encima.

P. ¿Cómo era su método?

R. Johan siempre te hablaba de espacios. El entrenamiento se centraba en aprender qué espacios ocupar con relación a tus compañeros y al rival. Cuando él se convirtió en nuestro entrenador fue como si volviéramos a la escuela a aprender a leer. Al principio fue difícil porque Johan siempre pensaba más rápido que todos nosotros. Pero al final todo lo que él predicó encajó como las piezas de un puzle. Comenzamos a entender lo que quería de nosotros cuando nos pedía pasar la pelota hacia adelante y movernos en el momento justo a la posición justa. Una de las cosas que decía siempre era que el 80% de las cosas que haces en un campo las haces con la cabeza, y el 20% con el cuerpo. Todos podemos entrenar nuestro cuerpo al límite de sus posibilidades, pero lo que hace la diferencia en la alta competición es el modo en que piensas. Para jugar así necesitas tener a alguien que te lo explique, que trabaje contigo, que te muestre sobre el terreno qué pretende, luego practicar, competir, y continuar practicando hasta que al final integras eso en tu subconsciente. Recuerdo que cuando volvía a casa después del entrenamiento, en mi cabeza seguía escuchando la voz de Johan.

P. ¿A qué daba más importancia Cruyff, al toque o al desmarque para ofrecerse?

R. Es un equilibrio. El tiqui-taca es el balón al pie: pasas, pasas, pasas. Pasas para que tu rival se acerque a la pelota y genere un espacio en su espalda, y ahí es cuando te mueves a ese espacio para recibir. La posesión solo sirve si hay cambios de ritmo.

P. ¿Cómo adapta su filosofía del Ajax a la cultura griega?

R. Es uno de nuestros desafíos. Si miras las estadísticas de pases, remates y posición del equipo en el campo, hemos cambiado muchas cosas. Jugamos más al ataque, y seleccionamos jugadores dispuestos a cambiar de filosofía. Pero también hemos contemplado las buenas cosas del fútbol griego: siempre están defensivamente bien organizados, son luchadores. Debemos aceptar que la selección griega en los últimos años sufrió un declive muy severo en su juego. Nosotros desde hace tres años intentamos devolverles la confianza para jugar de un modo distinto.

P. ¿Cuál es la diferencia de carácter entre el futbolista holandés y el griego?

R. Aquí hay una gran presión. Olympiacos, Panathinaikos, PAOK, AEK… Están mucho más preocupados por ganar los partidos. Tanto que cuando un equipo va ganando 1-0 o 2-1 cambian completamente su planteamiento para proteger la ventaja. En Holanda la mayoría de los equipos que meten el 1-0 continúan buscando el 2-0, el 3-0… En Grecia empiezan a recorrer el camino del cambio que inició Italia hace unos años. Vivimos en una era en la que los equipos que quieren conseguir cosas importantes descubren que necesitan controlar el balón como lo hace el Liverpool, el City, el Barcelona, el Madrid o el Bayern. Ya no puedes decir: “Vamos a cerrarnos atrás y a contragolpear”. No digo que todos tengan que jugar como el City, pero necesitas algo más que meterte atrás. Eso es lo que intentamos conseguir aquí: darle a la selección una nueva identidad. Mantener todo aquello que los griegos pueden hacer bien añadiendo un modo más aventurado de jugar con la pelota. Contra España el partido será especial: España es el favorito y asumimos que tendrán la pelota más que nosotros. Eso es algo a lo que nos tenemos que adaptar sin dejar de buscar un resultado.

P. ¿Los jugadores griegos que nacieron en este siglo quieren más balón?

R. Los jóvenes han cambiado de mentalidad. Hoy, el fútbol es un fenómeno globalizado en el que cualquier niño tiene acceso a los partidos de la Champions y las ligas extranjeras. Los jóvenes futbolistas griegos llevan años viendo cómo se juega en España, Inglaterra o Italia, y, lo más importante, los nuevos entrenadores de la cantera griega también.

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