El Bayern se lleva el clásico alemán después de que Boateng lesione a Haaland
El central hace caso a la recomendación de Jens Lehmann, que dijo que para parar al delantero noruego, autor de los dos goles del Dortmund, lo mejor era “mostrarle los tacos”
Jens Lehmann, portero legendario del Arsenal, directivo del Hertha y embajador de la Bundesliga, respondió este jueves a una cuestión sencilla: ¿cómo frenaría a Erling Haaland? “Le metería un planchazo, ¿me explico? Le mostraría los tacos de punta, a ver si así se atreve a enfrentarme”, respondió, para sorpresa de los asistentes a una conferencia vía Zoom de promoción del clásico del fútbol alemán.
Der Klassiker, el duelo que enfrentó este sábado al ...
Jens Lehmann, portero legendario del Arsenal, directivo del Hertha y embajador de la Bundesliga, respondió este jueves a una cuestión sencilla: ¿cómo frenaría a Erling Haaland? “Le metería un planchazo, ¿me explico? Le mostraría los tacos de punta, a ver si así se atreve a enfrentarme”, respondió, para sorpresa de los asistentes a una conferencia vía Zoom de promoción del clásico del fútbol alemán.
Der Klassiker, el duelo que enfrentó este sábado al Bayern con el Borussia Dortmund, tuvo un resultado predecible y un desarrollo inesperado. Casi todo lo que reservó de relevante el partido giró alrededor de lo que hizo, dejó de hacer, o le hicieron a Haaland. Ganó el Bayern, como casi siempre, después de que Boateng siguiera la chocante recomendación de Lehmann. Pasado el minuto 50 el central encimó a Haaland en el mediocampo y, como vio que el noruego se le revolvía con el balón controlado, le metió un planchazo en el talón. La FIFA recomienda que los árbitros castiguen estas faltas al menos con tarjeta amarilla. El juez Marco Friz solo señaló falta. El marcador lucía un 2-2. Haaland, con el tobillo abierto con un tajo, no pudo seguir en el campo. El Bayern acabó imponiéndose por 4-2 y recuperó el liderato con 55 puntos, tras perderlo durante unas horas en favor del Leipzig, que suma 53.
Si por algo se ha destacado Edin Terzic, el entrenador interino del Dortmund, es por proteger a su capitán, Mats Hummels, nexo fundamental entre el vestuario, la directiva, y los medios de comunicación que acompañan al club. Desde que asumió el cargo, este empleado de tercera fila del segundo club más rico de la Bundesliga ha dedicado toda su energía a crear un entramado capaz de soslayar las notables carencias físicas del veterano central. El resultado ha sido imperceptible. El Dortmund de Terzic acumula gente atrás sin ganar solidez a cambio y en el proceso desnaturaliza una plantilla diseñada para brillar en campo contrario. Ni Hummels tapa sus miserias ni el equipo juega bien, sino que todo se libra a lo que produzca el gigante de 20 años, que no es poco.
Frente al Bayern, en menos de diez minutos, Haaland hizo dos goles. La arremetida se produjo en parte debido a la distensión del equipo local en la presión, y en parte a la la habilidad del noruego para enfilar la portería rival con muy poco. En el 0-1 le bastó con un desplazamiento largo de Hummels a Meunier, que colgó un centro llovido. En el 0-2 se las apañó para resolver a un toque una jugada que Dahoud aclaró con un pase largo a Schulz. Dos balones largos a los laterales, dos contragolpes simplísimos, y dos goles que pillaron por sorpresa a la defensa adelantada del séxtuple campeón de la temporada pasada. Dos goles que, más que la consecuencia de un gran plan, fueron la diferencia entre tener o no tener a un delantero formidable en el arte de resolver problemas imposibles. No por nada suma 29 goles en 28 partidos esta temporada y con este entrenador.
Como si concibiera la posibilidad de resistir al Bayern metiéndose en su área, el Dortmund se replegó todo lo profundamente que cabe hacer un repliegue. Con Can oficiando de central por la derecha, Terzic dispuso una línea de cinco defensas recubierta por otra línea de cuatro medios y mediaspuntas separadas por 15 metros. Pura ortopedia para jugadores que, como Hazard, Reus o Dahoud, no se encuentran cómodos en la basculación si se prolonga demasiado. Pasaron los minutos y el Dortmund, sin balón ni esperanzas de recuperarlo, comenzó a deformarse y a hundirse. Antes del descanso, ante la ceguera de Dahoud y Delaney en el primer pase, el Bayern avanzó sin freno. Lewandowski honró un centro de Sané en el 1-2 y ejecutó el penalti del 2-2 tras una imprudencia de Dahoud.
Contra el Sevilla el martes
Lejos de reaccionar, después del descanso Terzic redobló su apuesta por el contragolpe. Cuando Boateng lesionó a Haaland, el técnico se apresuró a sustituir a su estrella, que cojeaba, en previsión de la vuelta de los octavos de Champions que debe jugar contra el Sevilla el próximo martes en el Westfalenstadion. No se sabe si Haaland llegará bien al partido. Por si acaso, el entrenador mandó retirada: quitó a Hazard, a Reus, a Delaney y a Zagadou, y pobló el equipo con suplentes habituales como Reinier Jesus, Tiggers, Morey y Brandt.
En lugar de defender el punto que le metía en competiciones europeas, el Dortmund se abocó a lo peor. Enterrado en el pozo de Hummels con una guardia de chavales, fue castigado por Goretzka desde fuera del área (3-2) y por Lewandowski en el último minuto (4-2). El polaco contabiliza 37 goles en 33 partidos y es, un año más, el mascarón de proa del líder pertinaz de la Bundesliga. El Dortmund ocupa el sexto puesto de la clasificación.