Tuchel sacude al Chelsea
A falta de tiempo para modificar el modelo de juego, el técnico del rival del Atlético en Champions estimula a sus futbolistas mediante la provocación
Pasó por el Mainz y dejó una estela de agotamiento. “Era un dictador”, le categorizó Heinz Müller, el portero. Cuando tres años después le despidieron del Dortmund la directiva no escatimó recursos en difamarle. “Es un entrenador visionario, pero humanamente le fallan cosas”, le disparó el veterano portero borusser Roman Weidenfeller. Durante su estancia en el PSG los propietarios cataríes se quedaron perplejos ante lo que juzgaron conductas próximas al extravío. Thomas Tuchel sembró el desconcierto en todos sus dest...
Pasó por el Mainz y dejó una estela de agotamiento. “Era un dictador”, le categorizó Heinz Müller, el portero. Cuando tres años después le despidieron del Dortmund la directiva no escatimó recursos en difamarle. “Es un entrenador visionario, pero humanamente le fallan cosas”, le disparó el veterano portero borusser Roman Weidenfeller. Durante su estancia en el PSG los propietarios cataríes se quedaron perplejos ante lo que juzgaron conductas próximas al extravío. Thomas Tuchel sembró el desconcierto en todos sus destinos laborales en la misma medida en que hizo que sus equipos jugaran bien al fútbol, generalmente desarrollando dinámicas muy peculiares o inauditas. No ha transcurrido un mes desde su fichaje por el Chelsea y sin haber sufrido una sola derrota en siete partidos el entrenador alemán ya ha provocado un conflicto cuya premura supera con creces los ritmos frenéticos del mismísimo José Mourinho en Stamford Bridge.
Iba por debajo en el marcador (1-0) frente al Southampton el sábado pasado cuando en el descanso sustituyó a Abraham por Hudson-Odoi, a quien a su vez cambió por Ziyech a la media hora de prueba, en un bucle táctico-punitivo que entre los profesionales del fútbol se considera el colmo de la humillación. El Chelsea empató (1-1) y tras el partido los periodistas ingleses, que le vigilan con suspicacia, preguntaron a Tuchel por una decisión que atenta contra la autoestima de su subordinado. No solo no suavizó la respuesta, sino que aprovechó para lanzar una llamarada: “No sentí que Callum [Hudson-Odoi] estuviera totalmente metido en el partido, no lo vi atento en la presión tras pérdida; no podemos permitir ahorrar ni un 5% de energía”.
Tuchel sacude al Chelsea horas antes de enfrentarse al Atlético en la ida de los octavos de final de la Champions. La agitación de cuerpos y mentes forma parte de un método muy calculado que ya le llevó en el Mainz a presumir de haber cambiado de sistema táctico hasta seis veces en 90 minutos. Sin apenas sesiones para adiestrar al equipo según su extenuante modelo de juego, en el Chelsea se ha limitado a desmontar el 4-3-3 de Lampard para estabilizar al equipo con un 5-3-2. De momento, le ha servido para impedir que se siguiera partiendo en el mediocampo cada vez que perdía la pelota. El resultado es una mayor firmeza defensiva. Ahora Werner y sus cómplices son un poco menos punzantes: meten una media de 1,3 goles por partido frente a 1,9 con Lampard. Pero dan más pases —indicio de mayor control de las situaciones— y conceden un promedio menor de goles por partido, de 1,94 a 1,2.
Además de la restitución de Jorginho como gran director del mediocentro, Tuchel procura que las alineaciones sean motivo de incógnita para todos. También para los porteros. Contra los precedentes en Premier, el sábado Mendy perdió la titularidad en favor de Kepa.
Aprendizaje Diferencial
Con todo, Tuchel ha hecho menos alteraciones de las que querría. Él lo ha confesado: la base de su adiestramiento no es la repetición de rutinas sino la creación de problemas nuevos. Comenzando por el campo de prácticas, donde procura sorprender a los futbolistas con juegos y simulaciones en un intento de llevarlos al límite de la carga física y psicológica. Su inspirador es el neurocientífico Wolfgang Schollhorn, autor de la teoría del Aprendizaje Diferencial, en boga en La Masia con Paco Seirul·lo.
Nombrado en pleno invierno tras la traumática destitución de Frank Lampard, ídolo mediático local, Tuchel es consciente de que carece de tiempo y popularidad para activar al equipo por la vía de la ortodoxia. Se impone la necesidad de una terapia de choque. Sin margen para trabajar un cambio sustancial en el estilo de juego, aborda la transformación provocando a los jugadores en el terreno emocional. Después de cinco victorias seguidas, al primer signo de acomodamiento ha pulsado el botón del caos.
“No sé si Tuchel ha hecho lo correcto”, dijo Joe Cole, veterano del Chelsea de Mourinho. “Igual es un genio de la gestión y Callum hace el partido de su vida contra el Atlético. ¡Estará furioso!”.
El City afianza su liderato ante el Arsenal (0-1)
El City de Guardiola sumó su 18ª victoria consecutiva en todas las competiciones —récord británico absoluto— en su visita al Emirates, el estadio del Arsenal (0-1). Un gol inopinado en el minuto cinco, de Sterling, de cabeza entre los dos centrales locales, le sirvió para llevarse los tres puntos ante un rival que parece haber encontrado una línea de juego reconocible. El Arsenal de Arteta crece a pesar de que Xhaka sigue llevando la manija del mediocampo, pero la evolución no le alcanzó para manejarse frente a un líder que gobierna la clasificación con 10 puntos de ventaja (59-49) sobre el segundo, el Leicester.