El Barcelona no puede con el Cádiz
El equipo de Koeman disfruta de tropecientas ocasiones sin éxito y acaba por empatar el duelo, con un penalti en cada área
El Barça no puede ni contra el Cádiz. Y eso que Koeman envió un mensaje diáfano y rotundo al repetir el mismo once al que se le subieron los colores frente al PSG, equipo barrido y sin respuesta, juguete roto a pies de Mbappé. Así, el técnico azulgrana tiene su equipo y jugará manquepierda. “El mejor once posible”, certificó antes del duelo Alfred Schreuder, ayudante del holandés en el banquillo. Y, frente al Cádiz, un equipo que se ha at...
El Barça no puede ni contra el Cádiz. Y eso que Koeman envió un mensaje diáfano y rotundo al repetir el mismo once al que se le subieron los colores frente al PSG, equipo barrido y sin respuesta, juguete roto a pies de Mbappé. Así, el técnico azulgrana tiene su equipo y jugará manquepierda. “El mejor once posible”, certificó antes del duelo Alfred Schreuder, ayudante del holandés en el banquillo. Y, frente al Cádiz, un equipo que se ha atornillado en el lodazal de Primera, ni siquiera fue más que suficiente, una vez más penalizado por su falta de puntería y por los errores individuales defensivos, en esta ocasión de Lenglet.
Se empeñó el Barça, sin embargo, en hacer de nuevo gala de su perenne falta de puntería en la temporada, equipo que genera más ocasiones que nadie al tiempo que tiembla en la definición. Griezmann y Dembélé a las nubes, Messi y Pedri al bulto, una más de Messi de falta y luego otra en un uno contra uno que venció el portero. Resulta que Ledesma tenía guantes de oro, espléndido incluso en otro lanzamiento desde el balcón del área de Leo. Pero todo cambió cuando Iza pisó a Pedri en el área y se decretó penalti, pena máxima para Ledesma y alivio para Messi, de nuevo certero desde los once metros -este año ha marcado siete de los ocho, y en el que falló recogió el rechazo para marcar también- al esperar a que se batiera el guardameta para colocar la pelota suave y al otro costado. 16 tantos de Leo, pichichi del torneo junto a su amigo Luis Suárez (Atlético).
Intentó el Cádiz recomponerse y bien que pudo hacerlo con Sobrino en un remate a la virulé porque no se esperaba una bola que lamió al poste por fuera. Pero poco más del conjunto de Álvaro Cervera, que planteó el duelo para abrigarse en su área y salir a la contra, desnortados todos al encajar el primer tanto. Tanto, que el Barça siguió a lo suyo; fútbol al abordaje y remates torcidos. Aunque cuando atinaba, como en ese chut de De Jong o ese otro de Pedri, los goles fueron anulados por fuera de juego.
Nada cambió en el segundo acto, con el Barcelona asentado en el campo rival y con el Cádiz aguardando a una contra que nunca llegaba. Y el equipo azulgrana, con Messi de capitán general porque no había ataque que no pasara por sus pies, más de lo mismo. Fallo de Dembélé en el remate cruzado, pase de Messi a Griezmann que se quedó en nada cuando la jugada exigía el disparo, un nuevo zigzagueo de Dembélé que se quedó sin final, otra volea de Messi que no cogió portería… Desesperación de los jugadores, que se criticaban tanto como lamentaban, también de Koeman, que no paraba de resoplar en el banquillo.
Pero con tener la pelota, dormirla, cantar una nana y sobre todo no fallar en las vigilancias ofensivas [los zagueros vigilaron a los delanteros rivales aun con la posesión del balón a favor], el Barça se pensó que se llevaría el triunfo…. No fue así porque Lenglet volvió a cometer un fallo tremendo, un penalti que le condenó cuando al partido le quedaban los últimos estertores. Otra bofetada, otro mazazo y el Barça que se empecina en no apretar LaLiga, ahora que el Atlético también se deja puntos a cada jornada.