Piqué está de vuelta

Aunque todavía tiene unas pocas molestias y quizá es una carga de trabajo excesiva, Gerard Piqué (Barcelona, 34 años) no podía esperar más. “Ha acortado los plazos a lo loco”, cuentan desde su entorno, asombrados por la capacidad de recuperación del jugador, que sufrió un esguince de grado tres en el ligamento lateral interno y una lesión parcial del ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha. Apuntaba al quirófano. Pero eso era perder la temporada, por lo que el central apostó por un tratamiento conservador, que nadie cifró, pero q...

Aunque todavía tiene unas pocas molestias y quizá es una carga de trabajo excesiva, Gerard Piqué (Barcelona, 34 años) no podía esperar más. “Ha acortado los plazos a lo loco”, cuentan desde su entorno, asombrados por la capacidad de recuperación del jugador, que sufrió un esguince de grado tres en el ligamento lateral interno y una lesión parcial del ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha. Apuntaba al quirófano. Pero eso era perder la temporada, por lo que el central apostó por un tratamiento conservador, que nadie cifró, pero que se entendía le dejaría fuera cinco meses. Ahora, solo cuatro meses después, Piqué ya está listo. O, al menos, está citado en la convocatoria para medirse con el PSG en la ida de los octavos de final de la Champions de esta noche (a las 21.00, en Movistar Liga de Campeones).

A Piqué se le cayó el mundo encima en ese encuentro ante el Atlético, cuando Ángel Correa, sin querer, se abalanzó sobre su pierna y le hizo crujir la rodilla. Más que nada porque nunca había contado una lesión grave, acaso una fisura en la cadera tras un fuerte topetazo con Diego Costa en 2014. Pero aunque de inicio se temió lo peor, Piqué decidió que simplemente sería un punto seguido. “¡Nos levantaremos, como siempre!”, escribió esa misma noche a los amigos que le preguntaron por su salud. Sorprendentemente, ya está de pie.

Poco acostumbrado a estar quieto, al central se le caían las paredes en enero, cuando estuvo 10 días encerrado en casa porque unos familiares cercanos cogieron la covid. Un pequeño paréntesis que subsanó con el gimnasio de casa, siempre con la rehabilitación por la tarde y algún ejercicio de más por la noche para acortar los tiempos. “Sin jugar no quemaba adrenalina... Por lo que se lo ha tomado muy en serio. Quiere disfrutar al máximo nivel lo que le queda”, dicen desde su entorno íntimo.

Pero tampoco le sobraban horas, ocupado con sus negocios en restauración, alimentación y, sobre todo, Kosmos, empresa que gestiona la Davis de tenis y el Andorra de fútbol, por ejemplo. Se reunió en Madrid para ayudar a celebrar la Supercopa en Andalucía, viajó a Suiza con su familia unos días antes de fin de año, cerró el fichaje de Eder Sarabia para el Andorra, se unió al proyecto Sorare —plataforma de fútbol virtual que lanza cromos digitales—, y tropecientos enredos más. Pero necesitaba jugar. Piqué está listo.