Unai Vencedor acelera en el Athletic

Hace casi 12 meses, el 16 de febrero de 2020, cuando los estadios de fútbol se llenaban de público, Unai Vencedor (Bilbao, 20 años), debutó en San Mamés frente a Osasuna. Fue titular, pero le quedó el regusto amargo de una derrota en casa, ante su gente. Pudo ser mejor, porque se atrevió con el lanzamiento de una falta al borde del área que estrelló en el poste. Pese a todo, cumplió el sueño de cualquier chaval bilbaíno, el de jugar en el Athletic. “Increíblemente feliz de poder haber hecho mi sueño realidad, una pena el resultado”, escribía en redes sociales tras aquel choque.

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Hace casi 12 meses, el 16 de febrero de 2020, cuando los estadios de fútbol se llenaban de público, Unai Vencedor (Bilbao, 20 años), debutó en San Mamés frente a Osasuna. Fue titular, pero le quedó el regusto amargo de una derrota en casa, ante su gente. Pudo ser mejor, porque se atrevió con el lanzamiento de una falta al borde del área que estrelló en el poste. Pese a todo, cumplió el sueño de cualquier chaval bilbaíno, el de jugar en el Athletic. “Increíblemente feliz de poder haber hecho mi sueño realidad, una pena el resultado”, escribía en redes sociales tras aquel choque.

Después regresó al Bilbao Athletic, jugó tres partidos más hasta que se suspendió la competición y ya no volvió al primer equipo con la reanudación de las ligas profesionales. Cuando Gaizka Garitano, entonces su técnico, hizo la lista de convocados para la pretemporada, Vencedor, que había llegado tres años antes al juvenil rojiblanco procedente del Santutxu, el equipo de uno de los barrios más populares de Bilbao, estaba incluido, aunque el club estudió su cesión. El centrocampista decidió arriesgar y buscar una oportunidad en casa. “En verano hablé con el club y quise quedarme, esperar hasta el mercado invernal. Mi idea era jugar lo máximo posible aquí”.

Todavía no se había abierto la puerta al mercado cuando el 20 de noviembre, una semana después de cumplir 20 años, regresó, casi por sorpresa, a la alineación titular. Había jugado unos pocos minutos en un par de partidos, pero Garitano, presionado por las críticas, montó un equipo, con Unai en el eje, que goleó al Betis (4-0). Los comentarios apelaron a la frescura que había aportado en un centro del campo que parecía apelmazado. Con errores de principiante todavía, su juego convenció desde el principio.

Desde entonces, Vencedor ha sido titular en 11 partidos de LaLiga, los dos de la Supercopa frente al Real Madrid y el Barcelona, y en la Copa contra el Ibiza.

Juego alegre

Y se está haciendo con el puesto. “El míster habló conmigo y me explicó lo que quería de mí. Me pidió que jugase tranquilo, hacia delante, con pases diagonales”, apuntaba el martes, tras firmar la renovación de su contrato, con su correspondiente mejora, hasta 2025, con una cláusula de rescisión que comienza en 40 millones de euros y aumenta hasta los 50 de su última temporada rubricada. “He conseguido llegar y renovar, y espero seguir aquí muchos años. Todo ha ocurrido bastante rápido. Intento adaptarme lo mejor posible a ello. Ojalá todo siga así”, confiesa el futbolista, que, salvo sorpresa, será titular en la semifinal de Copa ante el Levante.

Su juego alegre, ofensivo, pero también con rigor en la retaguardia ha convencido a Marcelino, que sabe que el futbolista de Santutxu, que comenzó en la escuela de fútbol de Otxarkoaga, tiene mucho que aprender todavía. “Lo está haciendo bien, es joven, tiene su primera aparición en Primera esta temporada. Al ser joven y con esa primera experiencia es lógico que pase por altibajos de rendimiento”, asegura el técnico. “Requiere un poco más de tiempo. Estamos muy contentos, tiene un rendimiento muy bueno, a nivel colectivo el equipo también lo está haciendo bien y eso supone un aumento de mejora individual”.

Vencedor es el último de los cachorros de Lezama que llega al primer equipo. Ahora, dicen quienes les conocen, espera a que Zarraga, su compañero de línea en el filial, dé también el salto.