A medio Madrid le basta con Marcelo
El equipo de Zidane, cargado de bajas, se sacude sin sobresaltos a un Getafe que fue la nada tras un partido con muchos imprevistos locales
Hay partidos que no se explican desde la ortodoxia. Encuentros que remiten, sin más, a lo episódico, a lo circunstancial. Ocurrió en Valdebebas, donde el Real Madrid, con tanta improvisación como eficacia, se sacudió con la uña a un Getafe que fue la nadería. No estaba del todo previsto que Marvin fuera titular. Menos aún que Zidane invirtiera en tres centrales, uno de ellos Mendy. Tampoco entraba en muchos planes que Marcelo fuera el mvp del partido. Ni por asomo podía sospecharse que Vinicius acabara por ser el centinela de toda la banda derecha. Se lesionó Marvin, pero tuvieron carrete Arri...
Hay partidos que no se explican desde la ortodoxia. Encuentros que remiten, sin más, a lo episódico, a lo circunstancial. Ocurrió en Valdebebas, donde el Real Madrid, con tanta improvisación como eficacia, se sacudió con la uña a un Getafe que fue la nadería. No estaba del todo previsto que Marvin fuera titular. Menos aún que Zidane invirtiera en tres centrales, uno de ellos Mendy. Tampoco entraba en muchos planes que Marcelo fuera el mvp del partido. Ni por asomo podía sospecharse que Vinicius acabara por ser el centinela de toda la banda derecha. Se lesionó Marvin, pero tuvieron carrete Arribas y Chust. Para culminar tan súbita jornada, Mendy cazó el anestésico 2-0 asistido por Marcelo. En la semana más afrancesada del Real, antes ya había marcado Benzema, secuencia posterior a los dos goles de Varane en Huesca. Ni antes ni después se enteró el Getafe, un bostezo toda la noche.
Frente a un Madrid rebajado, con sobrecarga en la enfermería, el cuadro azulón resultó tibio, sorprendentemente cálido. Ni rastro de ese equipo de boinas verdes que tantos éxitos como fregados le han costado a Bordalás y su regimiento. Dispuesto a blanquear el modelo de marras, el Getafe alistó en el mercado invernal a Kubo y Aleñá, peloteros de otra academia. No han cuajado todavía y en el Alfredo di Stéfano los dos estuvieron en la grada hasta después del descanso. No hubo cambio de agujas. Con y sin ellos este Getafe ha perdido diente. Hoy está en los huesos, sin divisa alguna. Tanto que bien pudo Zidane evitar un resfriado de Courtois, remitido a ser un espectador en una noche perruna en Madrid.
Forzado por las bajas, ZZ hilvanó la alineación con lo justo. Bueno, y sin Isco, al parecer más allá del camión escoba hasta en jornadas tan apremiantes. El técnico francés dio pista a Marvin, a los 20 años en su tercer partido como becario entre los graduados, el primero como titular. El juvenil, por el costado derecho; el eterno, Marcelo, por la izquierda. Como andamiaje de ambos, tres centrales, con Nacho y Mendy de escoltas de Varane. Asensio remó por el embudo de Benzema, Modric intentó ser Modric y Kroos, Casemiro se fue al ataque y Vinicius pedaleó y pedaleó por la izquierda de la ofensiva local.
Dos jugadas con la pelota detenida arrimaron al Madrid al gol. Casemiro no acertó a un palmo de la red y el cabezazo de Benzema rebotó en el travesaño. Con el Getafe mal abrigado en el juego aéreo y con un abuso estéril del pelotazo, el Real se hizo fuerte por el ataque izquierdo. Por allí se apiñaban Marcelo, Mendy, Vinicius, Benzema... Nadie se ocupaba del tutelaje de Marvin, incomunicado por su banda.
Comedido el balear, todo lo contrario que Marcelo, al que aún le quedan brotes de su recreativa carrera. Máxime si queda más o menos dispensado de la intendencia defensiva. Fue el caso. Tanto por el sistema de los tres centrales blancos como por el fogueo visitante. Menos que fogueo. Ni un vistazo, lejano siquiera, al rancho de Courtois en todo el primer tiempo. Concluido el duelo, cero remates a portería de los chicos de Bordalás. Falto de picante —salvo un zurdazo de Modric—, el Madrid cerró la primera fase de puntillas.
El chaparrón desatado tras el intermedio procuró un encuentro menos parado. Con la lluvia de sonajero, el choque ya no fue tan llano por parte de los blancos. Otra marcha local. Ángel casi caza una chilena, en la primera y única alerta para Courtois. Y Benzema no pudo superar a Soria tras un servicio geométrico de Asensio. Otro ritmo, otro paisaje para el Real.
Poco antes de la hora intervinieron los técnicos. Los dos con miga. ZZ ordenó marcar el cambio de Marvin, pero le alertaron de sus molestias y Vinicius, el señalado, se mantuvo al tajo. Eso sí, obligado a jugar como un lateral de largo recorrido. Chocante la función de Vinicius y chocante la entrada de Arribas. En el otro bando, Bordalás buscó mayor plasticidad e ingenio con Kubo y Aleñá, además de envidar con un ariete más macizo como Jaime Mata. Nada de nada. Entre los ajustes de unos y otros, Vinicius, salvado de milagro del exilio, enroscó la pelota y Benzema cabeceó de forma tan clínica como distendida. Cucurella le dio un mundo al brasileño para el centro. Los centrales azulones no espabilaron ante Benzema.
El gol tuvo un efecto liberador. Tanto se animó el Madrid que Mendy olvidó que era central y se fue de excursión con Marcelo. El capitán, en su partido más sobresaliente en meses, trenzó con el francés, previa intermediación de Arribas, y Mendy hizo bingo. Suficiente para acercar al Madrid a cinco puntos del Atlético, aunque con dos partidos más. El Getafe requiere con urgencia un diván. O más de uno.