¿Se jugará el Open de Australia? “Absolutamente seguro”, dice su director
El sorteo de los cuadros se traslada al viernes, cuando también se reactivarán los eventos preparatorios, y los tenistas ‘sospechosos’ por un positivo en un hotel van conociendo los resultados de las pruebas
En los exteriores de un hotel cercano a la playa de St. Kilda, una larga hilera de tenistas, entrenadores y fisios hacían cola a primera hora de este jueves para someterse a la PCR exigida por las autoridades del estado de Victoria, después de que ayer se disparase la alarma en Melbourne. El gobierno informó de que ...
En los exteriores de un hotel cercano a la playa de St. Kilda, una larga hilera de tenistas, entrenadores y fisios hacían cola a primera hora de este jueves para someterse a la PCR exigida por las autoridades del estado de Victoria, después de que ayer se disparase la alarma en Melbourne. El gobierno informó de que un empleado de uno de los tres hoteles en los que se habían alojado los jugadores y sus equipos durante la cuarentena que tuvieron que hacer al llegar al país había dado positivo, de modo que se aplicó de inmediato el protocolo de seguridad: 150 tenistas y otras 357 personas (entre técnicos, fisios y trabajadores) fueron aisladas.
Entretanto, se suspendieron los seis torneos que se venían disputando esta semana y el runrún sobre una posible cancelación del Open de Australia comenzó a recorrer el ambiente, a solo cinco días del arranque del primer major de la temporada. Ante esta situación, el director del evento, Criag Tiley, salió al paso. “Estamos absolutamente seguros de que el torneo seguirá adelante”, afirmó. “Esperamos que los resultados sean negativos y se pueda seguir jugando mañana [viernes], como se había planeado”, continuó el dirigente australiano; “se consideran contactos casuales, y se nos ha informado de que la probabilidad de que alguno de ellos dé positivo es realmente baja”.
Tiley también adelantaba que el sorteo de los cuadros principales se postergaba un día, al viernes, y que se han acordado una serie de medidas con la ATP y la WTA (reducir los sets y los tie breaks, entre otras) para reanudar la actividad y poder finalizar antes del domingo los torneos preparatorios; entre ellos, la ATP Cup, en la que España debería haberse medido este jueves con Grecia. Todos los miembros del equipo superaron los tests y finalmente se jugará este jueves a las 00.00 (#Vamos), hora española. Eso sí, sin Rafael Nadal, que se autodescartó al continuar con molestias en la espalda. El ganador de 20 grandes no tuvo que aislarse, puesto que él completó la cuarentena en Adelaida y en Melbourne tiene su cuartel general en el hotel Crown Towers.
Los profesionales regresarán a las pistas para disputar un total de 67 partidos: 58 partidos entre los dos ATP 250 y los tres WTA 500, y otros nueve del tercer día de la liguilla de la ATP Cup.
Entretanto, los pronósticos anuncian lluvias en la ciudad estos días, aunque según Tiyley, “el tiempo será perfecto las dos próximas semanas”. Los tenistas que pasaron la cuarentena de 14 días en el Grand Hyatt, mientras, se ordenaban desde las nueve de la mañana donde les había emplazado la organización, y en las horas siguientes algunos de ellos iban confirmando los negativos. “Todos los planes siguen adelante”, subrayaba el mandatario, quien también deslizó que es muy poco probable que el incidente obligue a una reducción del aforo inicial estimado, un 50% menor de lo habitual. Es decir, se prevé que a diario transiten por Melbourne Park unas 30.000 personas en las primeras rondas, y 25.000 a partir de cuartos de final.
Todos ellos deberán llevar mascarillas y los jugadores, expuso Tiley, no serán sometidos a test adicionales una vez que hayan superado las pruebas de este jueves, “excepto si presentan algún tipo de síntoma”.
En paralelo, el primer ministro de Victoria, Daniel Andrews, explicaba que no existe garantía alguna cuando se trata del coronavirus (“las cosas pueden cambiar…”), pero que a priori el Open no debería verse afectado. Eso sí, del mismo modo adelantaba que está preparado para “tomar decisiones difíciles” si debe hacerlo y que la opinión de los expertos en salud pública prevalecerá sobre todas las cosas. En este sentido, el estado de Victoria ha endurecido las restricciones: las visitas domésticas se limitan a 15 personas (antes eran 30), los ciudadanos deberán llevar mascarillas en espacios públicos (antes solo en el transporte y los centros comerciales) y se reducirá un 75% la asistencia a las oficinas de trabajo (antes un 50%).