Koeman: “Lo mejor es la actitud”

El técnico del Barcelona destaca el trabajo físico y la mentalidad de sus futbolistas en un choque en el que remataron 36 veces a puerta

Soldado se va de Umtiti en la acción del segundo gol.Pepe Torres (EFE)

Con una sonrisa por superar una eliminatoria que parecía perdida, Koeman lo explicó sencillo. “Esto se notaba en el ambiente del vestuario después del partido; estamos en el camino que todos queremos estar”, resolvió el técnico.

Pero le faltó poco al Barça para no caer, pues hasta casi el final del choque se enredó en el remate o chocó con los guantes de Aarón, incapaz de redondear un fútbol de salón que recordó a viejos y buenos tiempos con un 79%...

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Con una sonrisa por superar una eliminatoria que parecía perdida, Koeman lo explicó sencillo. “Esto se notaba en el ambiente del vestuario después del partido; estamos en el camino que todos queremos estar”, resolvió el técnico.

Pero le faltó poco al Barça para no caer, pues hasta casi el final del choque se enredó en el remate o chocó con los guantes de Aarón, incapaz de redondear un fútbol de salón que recordó a viejos y buenos tiempos con un 79% de posesión. Disparó 36 veces (11 de Messi, que no vio puerta) por siete del Granada. Una debilidad grotesca hasta que Griezmann puso la puntera en un pase de Leo y provocó el gol en propia del portero del Granada. “Ese gol nos ha hecho creer”, señaló De Jong.

Granada GRA
3
Kenedy 32', Soldado 46', Fede Vico 102' (p)
Barcelona BCN
5
Griezmann 87', 99', Alba 91', 112', Frenkie De Jong 107'
Finalizado

Alba también contribuyó lo suyo con el empate sobre la bocina, también con un centro para Griezmann que acabó en premio y una volea que cerró el choque. “No recuerdo haber marcado ningún gol de cabeza…”, se arrancó el lateral sobre su primera diana; “es una jugada que suelo hacer con Leo pero le he dejado espacio a Antoine. Luego he visto que no podía rematar y he entrado con todo”. De eso, de llegadas desde la segunda línea, dominan como poco Griezmann y De Jong, que llevan un 2021 maravilloso. El francés suma seis goles y cinco asistencias por los cuatro y dos del holandés.

“Estoy muy bien desde enero, con la confianza de los compañeros y del míster es más fácil. Son rachas y hay que aprovecharlas”, aceptó Griezmann. “Está a tope”, le elogió De Jong. “Estoy contento por él porque siempre ha trabajado al máximo para cambiar el chip y es importante para el equipo. Con su efectividad somos más peligrosos”, se sumó Koeman.

A todos los del Barça se les escapaba la sonrisa, henchidos de orgullo por voltear el envite. “Hemos sufrido mucho. Quizá nos relajamos con el tercer gol y luego apareció Frenkie a lo Pippo Inzaghi [ex delantero del Milan, entre otros] para marcar. Esto es la Copa y demostramos nuestra mentalidad ganadora”, resumió Griezmann. “Hemos hecho un gran partido pero lo mejor de todo ha sido la actitud del equipo”, reseñó Alba. Koeman les dio la razón: “Lo hemos hecho realmente bien. El fútbol es increíble. Hemos tenido muchas ocasiones, lo hemos intentado y se logró. El equipo ha estado enorme. Gran trabajo físico y mental de todos”. Y profundizó: “Hay que destacar la mentalidad. No hemos parado de intentarlo. No teníamos suerte y no aprovechábamos grandes oportunidades. Parecía que íbamos a perder... pero no”. De Jong añadió: “Creo que ya estábamos creciendo y que está victoria nos refuerza”.

Todo era felicidad en Koeman hasta que le dijeron que el argentino Di María, del PSG y rival próximo en la Champions, soltó: “Hay muchas posibilidades de que Messi juegue con nosotros”. El técnico holandés replicó: “Se puede equivocar y no calentar más... No es respetuoso porque Leo todavía es del Barça. Es una falta de respeto hablar tanto de él, que está jugando en el Barça y que es su próximo rival en Europa”. Alba, en cualquier caso, aplicará su receta: “Éramos una piña y creímos en lo que hacíamos”. Y funcionó.

Umtiti desaprovecha su ocasión

Salió de nuevo Umtiti de partida —repetía tras medirse al Athletic—, titular en los tres últimos duelos ligueros. Pero casi resultó una condena para el Barcelona. “Se está entrenando muy bien”, resumía Koeman el día anterior, feliz por contar con un jugador de 27 años que apenas ha tenido continuidad en dos cursos por unas rodillas que le llevan a maltraer. Pero no fue la noche de Umtiti, retratado en los dos primeros goles que encajó el equipo azulgrana.

El Barcelona jugó un fútbol coral. Subían los laterales, los medios repartían el juego, Pedri desequilibraba con el quiebro y Messi con la conducción al tiempo que el fútbol al abordaje se expresaba con disparos y más disparos. Pero no llegaba el tanto y Umtiti dio dos sobresaltos al equipo. El primero llegó en un balón muerto en el área que recogió el francés, que no supo sacudirse la presión sino que intentó un pase que acabó por perder. Enredo que aprovechó Soro para soltar un centro raso que Kenedy embocó casi en la línea de gol para disgusto de Ter Stegen, titular también en la Copa.

En el segundo tanto se vieron sus debilidades. Un balón desde la defensa del Granada recorrió todo el campo para pasarle sobre la cabeza y validar la carrera de Soldado, delantero de 35 años que nunca brilló por su velocidad sino por su definición. El central francés, sonrojado y lento, fue incapaz de echar el lazo al delantero rival, que conducía el balón y que tuvo tiempo de levantar la cabeza antes de batir a Ter Stegen. “Hemos cometido fallos en defensa en los dos goles”, aceptó Koeman, que tampoco quiso profundizar, contento por estar en semifinales.

Mala actuación del central zurdo, que no aprovechó el bajón reciente de Lenglet y que se ve superado por Araujo, que no da motivos para no echar en falta al central no fichado: Eric García.

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