El Athletic se salva en el límite

Núñez culmina la remontada ante el Ibiza en el minuto 91

Unai Núñez celebra el gol del triunfo del AthleticSergio G. Cañizares (EFE)

Otra vez el límite, como en la Supercopa, aunque esta vez no contra el Barcelona sino contra un Segunda B en la Copa. Frente a un Ibiza que se las puso tiesas, el Athletic superó el trago que supone enfrentarse a domicilio a un equipo de inferior categoría, pero que ya había goleado a otro conjunto de Primera (5-2 al Celta). Un gol de Unai Núñez pasaportó a los rojiblancos a los octavos de final.

Ibiza es territorio conocido para los jugadores del Athletic. Es allí donde, de forma grupal, despidieron la anterior temporada con una comida multitudinaria con sus parejas y desde donde publi...

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Otra vez el límite, como en la Supercopa, aunque esta vez no contra el Barcelona sino contra un Segunda B en la Copa. Frente a un Ibiza que se las puso tiesas, el Athletic superó el trago que supone enfrentarse a domicilio a un equipo de inferior categoría, pero que ya había goleado a otro conjunto de Primera (5-2 al Celta). Un gol de Unai Núñez pasaportó a los rojiblancos a los octavos de final.

Ibiza es territorio conocido para los jugadores del Athletic. Es allí donde, de forma grupal, despidieron la anterior temporada con una comida multitudinaria con sus parejas y desde donde publicaron una polémica fotografía besándose en grupo, que indignó a muchos aficionados al conocerse que seis de los futbolistas que allí estuvieron se contagiaron con el coronavirus. Pero aquello ya es pasado, han sucedido muchas cosas, una Supercopa entre ellas, y la visita a Ibiza esta vez era por cuestiones de trabajo, que no hay que mezclar las cosas.

Y así como a la fiesta es fácil adaptarse, no es tan sencillo acostumbrarse a la hierba artificial de Can Misses, ni al ritmo del Ibiza sobre ese terreno. Los jugadores del Athletic parecían desconcertados en el inicio con los botes del balón, con los controles, y eso que Marcelino optó por jugar con un equipo muy joven, con futbolistas que tienen más fresco el recuerdo de sus tiempos juveniles.

Pero fue uno de esos chavales, Vencedor, el que se equivocó en el minuto 12, cuando, sin mirar, dejó un balón atrás que recogió Javi Pérez, y antes de entrar al área, lanzó un zapatazo con la derecha que batió a Ezkieta. El Ibiza volvía a sorprender, y pasó por el campo la sombra del Celta errante.

Desconcertado el Athletic, temeroso para no cometer otro error fatal, no dio pie con bola a la hora de proponer juego o de imponer su categoría. El Ibiza jugaba cómodo pese al viento, que era otra dificultad. Hasta el descanso no pasó apuros, salvo en una acción de Lekue, que se coló hasta la línea de fondo para centrar atrás sin que nadie pudiera rematar. Habían pasado 43 minutos hasta ese primer acercamiento peligroso.

Ante ese panorama, Marcelino se dejó de experimentos y recurrió a la artillería pesada. Tras el descanso puso en el campo a Muniain y Raúl García, y la pareja tardó cinco minutos en conectar con éxito. Fue en un córner que sacó el primero y remató de cabeza el segundo. El partido tomó otro color, porque el Athletic se apropió del balón y se acercó mucho más a la portería de Germán.

Pero el Ibiza todavía tenía capacidad para intimidar a los rojiblancos. Lo hizo en el minuto 64, cuando Kike López remató impecable un saque de esquina, batió a Ezkieta, lo celebró con su equipo y se llevó el chasco de ver que González Fuertes lo anulaba bastante tiempo después, al parecer por fuera de juego de Sibo. El susto fue sideral para Marcelino y sus hombres.

Tanto que se pertrecharon para evitar que los isleños volvieran a gozar de oportunidades. El Athletic dio un pasito atrás por precaución y durante algún tiempo perdió el dominio que había comenzado a ejercer tras la pausa. El cansancio hizo mella en el Ibiza en los últimos minutos, cuando los rojiblancos tenían sobre el césped un equipo totalmente reconocible. Tras un disparo que atrapó Ezkieta, la última que tuvieron los de casa, y ya en el descuento, Unai Núñez rebañó desde cerca un pase profundo de Raúl García para clasificar a su equipo, que sigue la aventura copera. Junto a la Real, todavía sigue vivo en dos ediciones del torneo que proclama al campeón de España.

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