El Granada frena el efecto Abelardo

Sufrido triunfo andaluz ante un Espanyol que lo intentó hasta el final castigado por sus errores defensivos

Herrera y Germán acosan a Calleri.Aitor Alcalde (Getty Images)

El Granada frenó en seco al Espanyol, que dio la cara siempre en Los Cármenes y gozó de opciones para conseguir, al menos, un empate. En otras circunstancias, la vida le hubiera sonreído mejor al colista, pero la realidad le golpea de forma dura. El Granada sumó su séptima victoria en casa para acabar con el efecto Abelardo y, de paso, llegar a unos magníficos 30 puntos para casi sellar la salvación. El ambiente de felicidad está declarado en el equipo andaluz, ...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

El Granada frenó en seco al Espanyol, que dio la cara siempre en Los Cármenes y gozó de opciones para conseguir, al menos, un empate. En otras circunstancias, la vida le hubiera sonreído mejor al colista, pero la realidad le golpea de forma dura. El Granada sumó su séptima victoria en casa para acabar con el efecto Abelardo y, de paso, llegar a unos magníficos 30 puntos para casi sellar la salvación. El ambiente de felicidad está declarado en el equipo andaluz, que disfrutará el martes de los cuartos de la Copa en su casa ante el Valencia. Los de Diego Martínez remontaron un 0-1 gracias a su fe, el talento de Carlos Martínez y los errores defensivos de un Espanyol que ha recibido ya 40 goles. Así es imposible por más que futbolistas como Embarba y De Tomás le hayan dado otro aire al equipo. El Granada, además, fue muy efectivo. Prácticamente convirtió en gol sus dos mejores llegadas. El Espanyol lo tuvo en sus manos. Darder tuvo el 0-2 y erró, mientras que con el 2-1 el remate de cabeza de De Tomás dio en el palo con Silva batido. Son, sin duda, los factores negativos que confluyen en la tormenta perfecta para que un equipo sea colista en esta Liga tan igualada.

Perdido en las catacumbas del fútbol, el regate, si se hace en las zonas adecuadas, sigue siendo una opción desequilibrante. Lo hizo De Tomás donde más duele, dentro del área, para desarbolar a Domingos. Probablemente el central apenas rozó al delantero. Pero quedó retratado por el fantástico movimiento del atacante. Cuadra pitó el penalti y De Tomás marcó. Fue la primera y mejor acción que desequilibró a los 26 minutos un partido muy igualado. Incluso algo soso. El Espanyol, colista, estuvo a la espera de un latigazo, que llegó gracias a la calidad de su delantero. El Granada, cansado tras tanto esfuerzo copero, solo se acercó en un remate de Carlos Fernández que salió fuera por poco. El gol activó al Espanyol, que gozó de dos clarísimas ocasiones para hacer el segundo y dejar muy encarrilado el partido. Calleri dejó solos primero a Darder y luego a De Tomás. El centrocampista, a buen nivel, la tiró fuera con todo a favor, mientras que Rui Silva le tapó el disparo a De Tomás.

Se salvó el Granada como también lo hizo Soldado, quien le protestó en la cara al árbitro después de ver la amarilla. Germán, el capitán, se interpuso y el delantero no vio la segunda amarilla. Con un jugador menos y en inferioridad numérica, el partido habría sido un gran muro a superar por los andaluces. Con la grada muy tensionada por las decisiones del colegiado y la histeria del banquillo andaluz, fue Carlos Fernández, otro magnífico solista, el que metió a los suyos en el partido. Aprovechó la alocada anticipación de Javi López para filtrar un pase increíble a Machís, que batió por debajo de las piernas a Diego López. El fútbol, como siempre, es de los futbolistas, sobre todo de los buenos.

Naldo se dejó robar un balón increíble por parte de Machís nada más comenzar la segunda parte. Fue el segundo error grosero en defensa del Espanyol, que vio como Carlos Fernández, puro talento, se inventaba un jugadón para ponerla en la escuadra. El Granada había remontado y, lo que es mejor, se le había puesto el choque como desea en sus partidos en Los Cármenes. Pocos equipos se repliegan mejor que el Granada en su estadio y pocos técnicos lo ven mejor que Diego Martínez. El Espanyol empezó a dar guerra por la banda izquierda con un inquieto Embarba. Allí colocó a Foulquier para taponar el agujero. Luego, los de Abelardo sometieron a un asedio aéreo a los andaluces, con un remate al palo de De Tomás como ocasión más clara. Martínez ordenó entonces una defensa de tres centrales y reforzó su centro del campo con Azeez y Eteki. El problema se solucionó mientras el Espanyol perseguía sin éxito el empate hasta el final. No pudo ser para los catalanes, dignos, pero ingenuos. El Granada sumó su séptima victoria en casa y sueña con la Copa. Un panorama estupendo.

Más información

Archivado En