Jiménez Kasintseva, la luz de Andorra

La tenista, que tiene 14 años, domina cinco idiomas y se entrena en Barcelona, gana el título de las júniors (5-7, 6-2 y 6-2 a la polaca Baszak) y sitúa en el mapa del tenis a un país sin trayectoria

Melbourne -
Jiménez Kasintseva posa con el trofeo de campeona júnior en Melbourne.Dita Alangkara

Al día, tristón en Melbourne porque el termómetro ha descendido 25 grados, cae el agua y el cielo se ha teñido de gris, le sale una sonrisa cuando de repente una adolescente de 14 añitos gana el torneo de las júniors al remontar por 5-7, 6-2 y 6-2 a la polaca Weronika Baszak. Llama la atención la edad, pero hay más cosas. Se llama Victoria Jiménez Kasintseva, pero en contra de lo que se pueda intuir por sus apellidos no es española ni rusa, sino andorrana. “Y muy orgullosa”, dice en una puesta en escena que llama la atención por las tablas tiene a la hora de atender a los periodistas.

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Al día, tristón en Melbourne porque el termómetro ha descendido 25 grados, cae el agua y el cielo se ha teñido de gris, le sale una sonrisa cuando de repente una adolescente de 14 añitos gana el torneo de las júniors al remontar por 5-7, 6-2 y 6-2 a la polaca Weronika Baszak. Llama la atención la edad, pero hay más cosas. Se llama Victoria Jiménez Kasintseva, pero en contra de lo que se pueda intuir por sus apellidos no es española ni rusa, sino andorrana. “Y muy orgullosa”, dice en una puesta en escena que llama la atención por las tablas tiene a la hora de atender a los periodistas.

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Habla perfectamente cinco idiomas –inglés, francés, catalán, español y ruso, la lengua de su madre Yulia–, aunque dice que piensa habitualmente en español o a veces en inglés. “Nunca había jugado en una pista tan grande”, cuenta a los enviados especiales. “Para lo bueno y lo malo, tengo mucha personalidad”, prosigue la campeona, que ha ido superando a rivales siempre mayores que ella. “Y no sé qué ocurrirá, tal vez no llegue a nada. Solo quiero jugar y ser feliz”, cuando se le desliza el paralelismo con Cori Coco Gauff, la estadounidense de 15 años que ya progresa en los cuadros principales de la élite.

Tiene ya una planta considerable (mide 1,79) y se entrena habitualmente en el Club Terramar de Sitges a las órdenes de su padre Juan, que llegó al circuito profesional y se quedó en el peldaño 505 del circuito, en 1999, y de Jordi Arrese, medallista en los Juegos de Barcelona y capitán que dio la alternativa a Rafael Nadal en la Copa Davis. “Me gustan mucho Rafa y también Kvitova, que como yo son zurdos”, dice la chica, que ha exprimido al máximo la experiencia y que ha representado internacionalmente a España en un sub-12 de Roland Garros, por lo que a medio plazo tendrá que decidir por quién jugar.

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