Kodro regresa de las tinieblas para rescatar al Athletic
El delantero, que había jugado 12 minutos de Liga, provoca un penalti y anula la aseada propuesta del Huesca
Kodro desenredó la madeja. Regresó de las tinieblas del banquillo, en el que había permanecido sentado durante todo el campeonato, y rescató al Athletic cuando el reloj se acercaba al minuto 90 y el conjunto rojiblanco se resignaba ya a perder dos puntos en un partido indescifrable.
Garitano es un conservador, y frente al Huesca volvió a las costumbres de siempre. Sacó a su vieja guardia al campo –salvo el sancionado Raúl García–, y se encomendó a su suerte. Eliminó de la ecuación a Vencedor, cuyo apellido ya dice mucho, y montó un medio campo con Vesga y Dani García. El técnico se empe...
Kodro desenredó la madeja. Regresó de las tinieblas del banquillo, en el que había permanecido sentado durante todo el campeonato, y rescató al Athletic cuando el reloj se acercaba al minuto 90 y el conjunto rojiblanco se resignaba ya a perder dos puntos en un partido indescifrable.
Garitano es un conservador, y frente al Huesca volvió a las costumbres de siempre. Sacó a su vieja guardia al campo –salvo el sancionado Raúl García–, y se encomendó a su suerte. Eliminó de la ecuación a Vencedor, cuyo apellido ya dice mucho, y montó un medio campo con Vesga y Dani García. El técnico se empeña con la pareja, pero las estadísticas son contundentes. El Athletic sólo ha ganado un partido de los once que jugó con esa combinación. Por lo que sea, no funciona, aunque el técnico insiste terco.
El Athletic es un equipo que sólo carbura con valentía, como en la segunda mitad de Valdebebas, cuando con todo perdido, se lanzó al abordaje del Real Madrid y estuvo a punto de igualar en el descuento, y con el medio campo de Garitano, se aseguran otras cosas, pero no el descaro necesario como para abordar al rival. Así que en el descanso tuvo que rectificar. El Huesca jugó a sus anchas durante 45 minutos. Sin demasiado peligro, pero exento de agobios. Hubo escaramuzas, sí, cerca de ambas porterías, pero el partido discurrió aburrido, de los de cambiar de canal para los que no son muy cafeteros.
Tuvo que rectificar Garitano. Reconocía de manera implícita que había desperdiciado medio partido, así que puso el contador a cero y desde ese instante, con Vencedor en el césped, no lo tuvo tan cómodo el Huesca. No encontraba caminos como en el primer acto, ni a Ontiveros para airear el juego de su equipo. El autor del gol que dio la primera victoria al equipo aragonés hace una semana, exhibió pinceladas de su clase indudable, aunque le faltó continuidad.
Como al Athletic de la segunda mitad, que con el rival metido atrás, careció de la constancia suficiente. Lo aprovechó el Huesca para estirarse en la última media hora. A ratitos, eso sí, sin demasiado interés por dejar desguarnecida su zaga. Los centros laterales de Galán no encontraban casi nunca rematador, y sí a los centrales del Athletic, que con un fútbol bajo mínimos se esforzaba en buscar un gol que aliviara sus penas.
Salió al campo Kodro para sustituir a Villalibre, que había recibido golpes en todas las partes de su cuerpo. El jugador donostiarra había disputado 12 minutos desde que comenzó LaLiga, pero su participación resultó determinante para el resultado final. También apareció Morcillo, que sentó a Williams, inoperante, a falta de diez minutos. Kodro apenas había tenido participación en los veinte minutos que llevaba en el campo, pero supo buscar el desmarque a la asistencia de Morcillo, para situarse delante de Álvaro y recibir el agarrón de Pulido en el momento de disparar a puerta. Fue penalti y expulsión, y el mismo Kodro se encargó de convertirlo engañando al portero.
Faltaban cinco minutos y al Huesca sólo le quedaba la desesperación de saber que había completado un partido aseado que se despeñaba por el precipicio. Ya en el descuento, Unai Núñez, de cabeza a la salida de un córner, anotó el segundo, cuando el reloj corría inexorable en contra del equipo aragonés.