Iribar y la operación retorno
A principios de los setenta, el Athletic comenzó a mirar fuera de Bizkaia
—El Madrid vuelve a la carga por ti. Si te interesa, les pido una oferta.
—Ni lo muevas.
La conversación se produjo entre Iribar y Eguidazu, presidente del Athletic. Fue la única vez que el Athletic estuvo tentado de aceptar tratos por Iribar con el Madrid, que le persiguió siempre. ¿Por qué estuvo Eguidazu a punto de ceder, cuando Iribar ya era un mito? La explicación sólo puede encontrarse en la Operación Retorno.
A primeros de los setenta la Liga vivió una avalancha de oriundos, verdaderos o falsos. Félix Oráa, presidente anterior a Eguidazu, tomó dos iniciativa...
—El Madrid vuelve a la carga por ti. Si te interesa, les pido una oferta.
—Ni lo muevas.
La conversación se produjo entre Iribar y Eguidazu, presidente del Athletic. Fue la única vez que el Athletic estuvo tentado de aceptar tratos por Iribar con el Madrid, que le persiguió siempre. ¿Por qué estuvo Eguidazu a punto de ceder, cuando Iribar ya era un mito? La explicación sólo puede encontrarse en la Operación Retorno.
A primeros de los setenta la Liga vivió una avalancha de oriundos, verdaderos o falsos. Félix Oráa, presidente anterior a Eguidazu, tomó dos iniciativas para a mantener el nivel competitivo del club: crear Lezama y mirar fuera de Bizkaia.
Hasta entonces, el Athletic se había limitado prácticamente al espacio vizcaíno. Lo que llamamos su filosofía no es sino un hábito al que llegó de forma natural porque Bizkaia daba tanto que no había por qué mirar fuera. Los once aldeanos que le ganaron al Madrid de Di Stéfano la final de Copa de 1958 eran todos vizcaínos. Jugadores de fuera de la provincia, vascos o navarros, los hubo, pero criados futbolísticamente en Bizkaia, en clubes convenidos. Pagar traspasos ni se concebía. Cuando en 1962 el Basconia exigió un millón por Iribar se montó cierto revuelo, pero es que el Barça ofrecía dos.
Félix Oráa ya había fichado, sin gran alharaca, a Guisasola del Eibar y Astrain del Oberena cuando llegó el aldabonazo: José María Lasa, comprado al Granada por ocho millones. Fue polémico.
A Félix Oráa le sucedió José Antonio Eguidazu en la 73-74, cuando se reabría la importación de extranjeros. Vinieron los Cruyff, Netzer, Ayala, Keita… Abierto el melón por Oráa, se echó decididamente a una Operación Retorno, recuperando vasconavarros que jugaban fuera de allí: Zabalza, del Barça, Irureta, del Atlético, Churruca, del Sporting, Tirapu, del Valencia, y Aitor Aguirre, del Racing. Con Lasa, tres guipuzcoanos, dos navarros y un vizcaíno. 133 millones pagados en cinco temporadas. Y hasta se tanteó a Christian Sarramagna, un extremo vascofrancés del Saint Etienne. Gárate, del Atlético, fue inabordable.
El caso más sonado fue el de Churruca, figura en el Sporting casi en pie de igualdad con Quini. Costó 50 millones (cuatro años antes el Barça pagó 100 por Cruyff) que el Sporting invirtió en la creación de Mareo. La directiva asturiana tuvo que pasar la decisión por la Asamblea.
Aquel tiempo aún se discute. Para muchos, el Athletic perdió encanto al pasar de club de cantera a club depredador. Otros agradecieron la creación de un equipo brillante que alcanzó sus máximos en la 76-77: tercero en la Liga y finalista de la Copa y de la Copa de la UEFA, aunque la derrota en ambas, ante el Betis y la Juventus, enfría el recuerdo. Pero como eran jugadores fichados en su cénit todos vivieron en el club su curva de bajada. Para cuando en 1980 plegó Iribar, ya sólo seguía Tirapu.
Y, ya sin ellos, el Athletic ganaría a primeros de los ochenta dos Ligas y una Copa con un equipo muy Lezama, muy del terruño.
Eso sí, roto el complejo, el Athletic se abrió a fichajes exteriores, bien de la Real, siempre muy polémicos, o navarros, que le han servido para apuntalarse en los últimos cuarenta años.
Estas fueron las seis caras de la Operación Retorno:
1972-73: José María Lasa (Andoain, Gipuzkoa). Internacional sub-23, 24 años, ocho millones. Clubes anteriores: Euskalduna, Logroñés, Valladolid y Granada. Posteriores: Zaragoza. Llegó como extremo, pasó a lateral cuando apareció Dani. Seis temporadas, cinco como titular. Campeón de Copa en 1973. 222 partidos y 23 goles.
1973-74: Pedro Mari Zabalza (Pamplona). Internacional, 29 años, siete millones. Clubes anteriores, Osasuna y Barcelona. Posteriores: Osasuna. Centrocampista. Tres temporadas, dos titular. 66 partidos y tres goles.
1975-76: Jabo Irureta (Irún, Gipuzkoa). Internacional, 27 años. 25 millones. Clubes anteriores, Real Unión y Atlético de Madrid. Se retiró en el Athletic. Centrocampista. Cuatro temporadas muy buenas, la quinta jugó poco. 170 partidos, 29 goles. Finalista de la Copa y de la Copa de la UEFA en la 76-77.
1976-77: Iñaki Churruca (Zarauz, Gipuzkoa). Internacional, 27 años, 50 millones. Club anterior: Sporting. Posteriores: Hércules y Lorca. Extremo izquierda. Dos temporadas muy buenas, tercera regular, cuarta suplente. 115 partidos y 26 goles. Clubes posteriores, Hércules y Lorca. Finalista de Copa y de Copa de la UEFA en la 76-77.
1977-78: Fernando Tirapu (Pamplona). 26 años, 23 millones. Clubes anteriores: Osasuna y Valencia. Posterior: Osasuna. Cinco años muy buenos, sexto suplente. Centrocampista. 202 partidos, cinco goles. Club posterior, Osasuna. Campeón de Liga en la 82-83, con un solo partido jugado.
1977-78: Aitor Aguirre (Sondika, Bizkaia). Internacional sub-23, 28 años, 20 millones. Clubes anteriores: Sestao, Sevilla (con cesiones a Córdoba y Langreo), Burgos y Racing. Posteriores: Recreativo y Sestao. Delantero centro. Dos temporadas muy discretas. 35 partidos, 10 goles. Posteriores, Recreativo y Sestao. Delantero centro.