Betis y Villarreal celebran el empate
Los de Pellegrini se trabajan un punto ante un rival superior técnicamente y castigado por las lesiones
El Betis y el Villarreal celebraron un empate que vino bien a los intereses de los dos equipos. Los de Pellegrini fueron consistentes en defensa y un lío en ataque, sin encontrar jamás la forma de hacerle daño a un rival superior técnicamente, que le quitó el balón al Betis y obligó a sus jugadores a un esfuerzo continuo corriendo detrás de él. Un golazo de Aitor equilibró el tempranero tanto de Pau Torres, por lo que los andaluces, sin ideas y muy romos en ataque, festejaron su primer empate de la temporada ante su ineficacia...
El Betis y el Villarreal celebraron un empate que vino bien a los intereses de los dos equipos. Los de Pellegrini fueron consistentes en defensa y un lío en ataque, sin encontrar jamás la forma de hacerle daño a un rival superior técnicamente, que le quitó el balón al Betis y obligó a sus jugadores a un esfuerzo continuo corriendo detrás de él. Un golazo de Aitor equilibró el tempranero tanto de Pau Torres, por lo que los andaluces, sin ideas y muy romos en ataque, festejaron su primer empate de la temporada ante su ineficacia frente al Villarreal. Los de Emery desaprovecharon su gran manejo del balón, una virtud que casi nunca convirtieron en peligro ante un rival metido atrás y con escasos recursos. Sin embargo, el empate, el cuarto consecutivo en LaLiga, es bienvenido ante la plaga de lesiones que lo mermaron en el desarrollo del encuentro en el Villamarín. Iborra, Estupiñán y Coquelin se tuvieron que marchar tocados del partido. Curiosamente, las lesiones llegaron en la semana donde los de Emery no jugaron su partido del jueves por el aplazamiento del choque de la Liga Europa ante el Qarabag. La igualada suma en la gran racha de un equipo que acumula ya 15 partidos sin perder y se consolida en los mejores puestos de la clasificación.
Resulta inquietante la facilidad con la que el Betis concede goles. Una semana de trabajo tras el sufrido triunfo contra Osasuna se fue al garete justo en cinco minutos. Un saque de esquina bien sacado por Parejo fue perfectamente rematado por Pau Torres prácticamente en el área pequeña del conjunto verdiblanco. El internacional del Villarreal remató con absoluta comodidad tras el error en el salto de Víctor Ruiz, un defensa cuya mayor virtud, precisamente, es la de cortar ese tipo de balones. Concediendo un gol de manera tan fácil es muy difícil competir en LaLiga. El Betis empezó el partido con el marcador en contra ante un rival que toca de maravilla el balón, cualidad que adquiere mayores dimensiones positivas cuando se está en ventaja en el marcador.
El Betis, no obstante, no le perdió la cara al partido. Le costaba una enormidad hacerle daño al Villarreal, pero no se desesperó en busca de su oportunidad. Fekir empezó a entrar en juego, y aunque William y Guido sufrían una barbaridad, las acciones del campeón del mundo actuando de segundo punta daban opciones a los verdiblancos. De las botas de Fekir nació un perfecto pase al segundo palo que Aitor Ruibal remató con fuerza. El paradón de Asenjo frustró la mejor ocasión del Betis en un primer tiempo que acabó de forma accidentada. El Villarreal, muy al estilo Emery, comenzó a jugar a que no pasara nada mientras iba perdiendo elementos. Primero Iborra y luego Estupiñán. El Betis, digno, apenas se daba cuenta de que la única forma de generar superioridad estaba en las bandas ante un Villarreal blindado por el centro. En ese embudo se perdían William y Guido, mientras que Borja, un náufrago, era incapaz de generar el más mínimo peligro.
Cegado en ataque, el Betis encontró salida en un balón al área que despejó Pau Torres y embocó Aitor Ruibal desde el borde del área. El primer gol en Primera del extremo verdiblanco fue todo un golazo. El tanto igualó el marcador, pero no desniveló un juego que siguió siendo dominado por un Villarreal muy superior técnicamente y que también perdió a Coquelin por lesión. El dominio del juego fue absoluto por parte de los de Emery, que, sin embargo, apenas encontraron los caminos para crearle peligro al Betis. Pellegrini buscó la velocidad con la entrada de Tello, pero lo mejor de su equipo fue el oficio que mostró para defenderse con cierto orden. El Villarreal, muy castigado, se fue conformando con el punto, mientras que el Betis, fatigado y sin ideas, también vio buena la idea de conservar la igualada. El empate lo mantiene en la zona templada de la clasificación y fue dado por bueno frente a un rival superior. Cuando no se puede ganar, es conveniente amarrar al menos un punto.