El Granada frustra a cabezazos al Huesca
Los andaluces igualan un 1-3 en los dos minutos finales ante los oscenses, muy flojos en defensa
A los 82 minutos, el gol de Okazaki había llenado de alegría a los jugadores del Huesca. Parecía que, por fin, el equipo dirigido por Míchel iba a saborear la primera victoria de la temporada después de siete empates y cuatro derrotas. El Granada, que nunca se rinde, tocó a rebato, con todos sus delanteros en el campo, y el Huesca pagó caro su tremenda debilidad defensiva. En dos balones al área, Jorge Molina y Germán Sánchez remataron de forma estupenda de cabeza para frustrar al colista, que había tocado el cielo con las man...
A los 82 minutos, el gol de Okazaki había llenado de alegría a los jugadores del Huesca. Parecía que, por fin, el equipo dirigido por Míchel iba a saborear la primera victoria de la temporada después de siete empates y cuatro derrotas. El Granada, que nunca se rinde, tocó a rebato, con todos sus delanteros en el campo, y el Huesca pagó caro su tremenda debilidad defensiva. En dos balones al área, Jorge Molina y Germán Sánchez remataron de forma estupenda de cabeza para frustrar al colista, que había tocado el cielo con las manos, pero que se marchó con un amargo sabor de boca debido a su ingenuidad en defensa, cercana a la calamidad. Incluso pudo ser peor. Jorge Molina estrelló el balón en el palo en la última jugada del encuentro, cuando el Huesca, incomprensiblemente, fue pillado en un contragolpe. El resultado del intercambio de golpes deja mucho más satisfecho al Granada, que suma un punto con todo perdido y recupera buenas sensaciones en medio de su primera crisis de resultados del campeonato. El Huesca se preguntará toda la semana cómo es posible empatar un partido que tenía ganado a los 82 minutos. Con esa carencia de oficio le será muy complicado abandonar la zona baja, por más que juegue muy bien al fútbol y futbolistas como Borja García, Sandro y Ontiveros muestren talento, velocidad y desborde.
Todo lo hizo mejor el Huesca en un primer tiempo en el que fue superior a un Granada que acusa mucha fatiga competitiva en sus músculos y, también, en su cabeza. Sin embargo, un equipo es colista por alguna razón esencial. O más bien por una mezcla de ellas. La principal, sin duda, es que el Huesca carece de oficio. Después de un primer tiempo donde marcó un buen gol por mediación de un espectacular remate de Rico y gozó de otra gran ocasión tras un disparo de Sandro que repelió Silva, el Granada, frío y dominado por el buen fútbol del Huesca, se trabajó un gol ante la ausencia de contundencia defensiva de los oscenses. Los de Míchel se vieron sorprendidos en un balón a ninguna parte donde Siovas y Mosquera habilitaron la pillería de Puertas. Ni el central ni el medio anduvieron finos y el extremo se llevó el balón para dar un pase de gol a Luis Suárez, que no perdonó y marcó su segundo gol de manera consecutiva en LaLiga tras el anotado la pasada semana en Vigo. El Huesca jugó mejor y llegó mucho al área andaluza, pero no compitió como es debido.
El Granada se encontró con un segundo golpe muy pronto en la reanudación. Una gran acción de Ferreiro en la banda acabó con un centro al área que el fino Borja García remató con el exterior a la red. El Huesca había anotado el segundo gol en otra gran acción. El problema para los de Míchel es conservar todo lo que ganan en ataque. Diego Martínez revolucionó a su equipo con la entrada de un delantero tras otro. Corrió un riesgo tremendo, pero fue muy valiente. El Huesca era incapaz de defender y Soldado gozó de una gran ocasión para que poco después un disparo de Herrera acabara en el palo tras un paradón del meta Álvaro, que jugó su primer partido de titular en sustitución de Andrés. El Huesca solo podía defenderse con el balón y la entrada de Ontiveros le dio mucho aire. El extremo andaluz le cambió la cara al choque con sus regates y cambios de orientación. En uno de ellos, con el Granada volcado, el balón le quedó franco a Okazaki, que hizo el 1-3 con Silva fuera de su marco. El esfuerzo del Granada fue conmovedor. En dos minutos, el 88 y el 90, hizo dos goles de cabeza que frustraron al Huesca, que se quedó otra vez sin ganar. Los andaluces encontraron premio a la valentía de su técnico y a su fe para salvar al menos un punto en un mal día. Lo del Huesca tiene difícil arreglo si no es mucho más contundente en defensa. El fútbol no es solo tocar bien el balón.