Zidane no camina solo
El técnico empieza una semana límite con el respaldo de la plantilla, que también confía en su “flor” y consciente de la fugacidad de su cargo: “Nunca he pensado que soy intocable”
Hay un pedazo de folclore popular que también opera en la caseta del Real Madrid y que explica, en parte, la comunión sentimental de Zinedine Zidane con la mayoría de sus futbolistas. “Saben que Zidane tiene flor, y que en el momento decisivo eso va a aparecer”, dice una fuente con acceso al vestuario. Esta confianza en los fogonazos del francés que iluminan momentos límite aparece de cuando en cuando en las conversaciones entre los jugadores, también co...
Hay un pedazo de folclore popular que también opera en la caseta del Real Madrid y que explica, en parte, la comunión sentimental de Zinedine Zidane con la mayoría de sus futbolistas. “Saben que Zidane tiene flor, y que en el momento decisivo eso va a aparecer”, dice una fuente con acceso al vestuario. Esta confianza en los fogonazos del francés que iluminan momentos límite aparece de cuando en cuando en las conversaciones entre los jugadores, también como explicación de en qué grado sitúan estos días su apoyo al técnico: “A muerte”, según fuentes cercanas a varios jugadores.
Existe también una bolsa de futbolistas que ven algo agotados el encantamiento y el método. Se los puede localizar entre quienes se ven más orillados, aunque ni siquiera entre los menos principales resulta mayoritario el descreimiento. Esto todavía lo nota Zidane, que en 2018, cuando sintió que esos mismos futbolistas habían dejado de seguirle, abandonó después de la final de la Champions de Kiev. Pero ahora todavía es distinto. “Siempre me han demostrado su cariño”, dijo este viernes. “Juntos vamos a sacar esto”.
El club tiene la mirada puesta en el partido del miércoles que viene contra el Borussia Mönchengladbach, en el que se juega el pase a octavos de la Champions, pero para emprender ese asalto Zidane no solo no quiere perder de vista el partido de este sábado en Sevilla (16.15, Movistar LaLiga), sino que lo ve como un paso intermedio en ese camino. Poco después de la última noche en Kiev, en esta ocasión una dura derrota contra el Shakhtar, en Valdebebas ya detectaban la mira del francés fijada sobre ese encuentro: “Se siente con ganas de que empiece ya mismo la acción. No se amilana”, decía una fuente acostumbrada a verle trabajar a diario.
El francés abundó este viernes en esa visión, en la que introdujo el elemento decisivo de su conexión con los futbolistas: “Me siento fuerte para intentar encontrar las soluciones, y mis jugadores me van a dar una oportunidad de hacerlo en un gran partido contra un gran rival. Y esto es muy positivo para nosotros”, dijo sobre el encuentro contra el Sevilla. Para levantar el vuelo, mejor un rival de más enjundia. En sus palabras de este viernes estaba también el eco de una de las reflexiones que dejó después de que el Madrid ganara en San Siro al Inter por primera vez en su historia el 25 de noviembre en la que tal vez ha sido su mejor actuación de la temporada: “Cuando los jugadores se tienen que poner, se ponen”. Todos asumen en la caseta blanca que la flor del técnico y el entusiasmo de la tropa despiertan en tardes señaladas, cada vez menos habituales.
En cualquier caso, eso no resta intensidad a la convicción que les dispone a seguir aguardando el fenómeno mientras se mantienen en la línea trazada. “Lo más importante es que sabemos que juntos vamos a sacar esto, y ya está. Hasta el último día es lo que voy a hacer”, dijo este viernes el entrenador, que aludió varias veces al momento, tan manoseado estos días, en que acabe su estancia en el banquillo. “Nunca he pensado que soy intocable. Nunca. Ni de jugador, ni de entrenador, ni de persona. Cada uno estamos aquí para algo, y yo estoy aquí para algo: vivir una cosa hasta el último día es lo que estoy haciendo”, manifestó el francés.
Pese a rondar varias veces esa idea de su final, el francés había dejado este viernes la gravedad con la que analizó el martes la derrota en Kiev. Reapareció su lado luminoso, esas pistas suyas de manual de mindfulness que deja habitualmente en Valdebebas y con las que suele interpelar a sus jugadores desde la nostalgia del exfutbolista que fue muy feliz: “Es una suerte enorme estar aquí, pelear por este club, y es lo que voy a hacer hasta el último día”, dijo.
El momento predispone a lo emocional más que a lo analítico en Valdebebas. “No es el dibujo”, razonó cuando de lo que se trataba era de explicar las dificultades defensivas. “Un dibujo u otro... Sabemos lo que tenemos que hacer cuando no tenemos el balón”, afirmó. “Tenemos que estar concentrados y metidos para defender”.
En el terreno de lo emocional puede situarse también la aparición de Sergio Ramos este viernes sobre la hierba en los rondos previos al entrenamiento. Muy sonriente, el capitán jugueteó en su habitual círculo de los españoles, que incluye a Toni Kroos, también conocido ahí como el amigo Antonio. Pero luego Zidane no lo incluyó en la lista para viajar a Sevilla. “No quiero un jugador que tiene una molestia o algo para luego hacerse más daño”, había explicado Zidane antes de la práctica. Tampoco volaron a Sevilla ni Jovic, con solo dos sesiones después de pasar el coronavirus, ni Mariano, con una lesión muscular en la pierna izquierda de la que no hubo parte médico. Zidane emprende el camino a los octavos de la Champions este sábado en la Liga de nuevo con Benzema como único nueve.