Lucas Vázquez y Nacho siguen apretando tuercas
Los dos canteranos del Madrid, a los que se dio por amortizados, vuelven a revalorizarse en este otoño de lesiones y covid
—Lucas, tú trabajas mucho, estás todo el partido corriendo. Yo me acuerdo de que, cuando jugabas conmigo, te costaba un poco más. ¿No te ha quedado otra, no?
—Sí (risas). En el Real Madrid, si estás arribas y abajo ayudando al compañero se te va a valorar. Se sufre al correr detrás de la pelota, pero hay que entender que es necesario.
La charla de Lucas Vázquez con su viejo amigo de la cantera blanca y de la selección Álvaro López Bermejo tiene cuatro años, aunque no ha envejecido nada. En ese clima d...
—Lucas, tú trabajas mucho, estás todo el partido corriendo. Yo me acuerdo de que, cuando jugabas conmigo, te costaba un poco más. ¿No te ha quedado otra, no?
—Sí (risas). En el Real Madrid, si estás arribas y abajo ayudando al compañero se te va a valorar. Se sufre al correr detrás de la pelota, pero hay que entender que es necesario.
La charla de Lucas Vázquez con su viejo amigo de la cantera blanca y de la selección Álvaro López Bermejo tiene cuatro años, aunque no ha envejecido nada. En ese clima de camaradería que se crea entre antiguos compañeros de vestuario, recordando los tiempos en los que el segundo —ya retirado— le ponía firme al gallego, el madridista admite con buena cara, mucha diplomacia y un poco de resignación la única vía que le quedó para sobrevivir en medio de tanta celebridad. Sus dos primeros años como suplente en el Castilla fueron una buena mili.
Su trayectoria de tajo es conocida y, una legislatura después de aquella conversación, el Madrid siempre termina agarrándose a ella en un momento u otro tanto como a la eficiencia de Nacho Fernández. Dos futbolistas de trayectorias similares, a los que se dio por amortizados, que fueron tentados para abandonar el club en busca de una vida mejor que la de ocasionales multigremios, y que este otoño de covid y lesiones les ha revalorizado de nuevo. Sobre todo, por su buen desempeño en San Siro. Pese a la cantidad de jugadores que han llegado para sus posiciones en los últimos años, algunos como fichajes estratégicos, ellos siguen a la que salta. Este sábado ante el Alavés (21.00, Movistar LaLiga) en Valdebebas, los dos apuntan a titulares. El gallego, que ya acumula seis duelos seguidos en el once, podría volver al lateral derecho tras la nueva lesión de Carvajal y la baja de larga duración de Odriozola.
A ojos de Zidane, la plantilla podría dividirse en tres grupos: por los que siente una admiración confesa (Ramos, Kroos, Casemiro, Modric, Benzema…); los que tiene a prueba y no les regala nada por grande que haya sido la apuesta del club (Vinicius, Rodrygo, Militão o Jovic); y un sector veterano de la unidad b al que considera de los suyos por su diligencia y espíritu gregario y obediente. Aquí entran Lucas Vázquez y Nacho. En ellos también se define el zidanato, como se demostró en la bendición del técnico en Milán. “Se merecen quedarse aquí”, proclamó tras la victoria por 0-2. El atacante cumple contrato el próximo junio y el defensa, en 2022.
’One club man’
A Nacho, de 30 años, le gustaría algo que ya no se lleva: ser un one club man, hacer toda la carrera en una entidad. El último que lo consiguió en el Bernabéu fue Manolo Sanchís (antes lo lograron Zárraga, Camacho y Chendo), retirado en 2001, el mismo año que Nacho entró en la Ciudad Deportiva después de superar una prueba con otros 40 niños en un campo de fútbol 7. Ningún entrenador le hizo de menos, pero ninguno le ha dado de más, así que este verano se planteó seriamente la salida. Estuvo muy cerca de Italia, donde buscaba esos 15 partidos consecutivos de titular que nunca ha tenido en su casa. Sin embargo, la lesión de Carvajal a principios de octubre frenó la operación. Primero le tocó cubrir el lateral derecho y, tras recuperarse de la lesión en el Camp Nou, ha debido tapar el descubierto en el centro de la zaga por las ausencias de Ramos y Militão.
El viaje a Milán era de máximo riesgo para el equipo y para él, y salió muy reivindicado. Se comió el marrón de sustituir al capitán, ató en corto al ogro Lukaku y forzó el penalti del 0-1 en una aventura al área contraria insospechada. Demostró también que, pese a ocupar todas las posiciones de la defensa, el centro es su lugar natural.
Cuando tuvo que marcharse del clásico de esta temporada por problemas físicos, quien le relevó fue Lucas Vázquez. El gallego, de 29 años, es cerrajería, electricidad y fontanería. Este curso, tras haber recibido una oferta de Qatar, ha jugado más en el lateral derecho que en su puesto habitual en el ataque. Contra el Inter hizo de todo: en casa apareció atrás y en Milán, arriba. Y en ambos cumplió. En San Siro como en Vila-real y ante la ausencia de Casemiro, Zizou recurrió a él en el medio para hormigonar esa zona en lugar de Asensio, desenfocado en este arranque pese a la continuidad que le dio el francés. Pero la nueva lesión de Carvajal le devolverá probablemente otra vez a la defensa. “Siempre he apreciado su trabajo y esfuerzo”, dijo ZZ del gallego el pasado miércoles. Hace dos años, Solari lo explicó con un verbo más florido: “Tiene las virtudes que más valoro del carácter español: es solidario y valiente”.
A Nacho y a él, como a otros más ilustres del sector admirado por Zidane, se les dio por zanjados hace un tiempo. De momento, siguen apretando tuercas. Reparaciones Vázquez y Fernández.