El Atlético más alegre
Los rojiblancos, con los mejores registros de la era Simeone, reciben al Barça, que medirá el cambio hacia un juego más ambicioso que los jugadores pidieron al técnico argentino
Los caprichos del fútbol son insondables y en ocasiones, crueles. La pandemia ha privado a la hinchada del Atlético de disfrutar en directo del juego que viene desplegando su equipo esta primera parte de la temporada. Con pocas tachas —la primera mitad de Huesca (0-0) y el partido en casa con el Villarreal (0-0)—, la muta de pelaje ha generado un entusiasmo generalizado. Hasta la goleada recibida en Múnich (4-0) ...
Los caprichos del fútbol son insondables y en ocasiones, crueles. La pandemia ha privado a la hinchada del Atlético de disfrutar en directo del juego que viene desplegando su equipo esta primera parte de la temporada. Con pocas tachas —la primera mitad de Huesca (0-0) y el partido en casa con el Villarreal (0-0)—, la muta de pelaje ha generado un entusiasmo generalizado. Hasta la goleada recibida en Múnich (4-0) fue leída como excesiva y analizada bajo la valentía de Simeone. El relato de la transformación del grupo y del entrenador es tan palmario desde los números como desde lo que transmiten para lograr los que hasta ahora son los mejores registros de la era del preparador argentino.
El Barcelona se medirá este sábado en el Wanda Metropolitano (21.00, Movistar LaLiga) a un equipo que promedia 2,43 goles a favor, que encaja 0,29 y que remata 13,71 veces por partido. Ni en el curso 13-14, el del título liguero, el Atlético había alcanzado esos números. El cambio, que ya se dejó ver en el postconfinamiento, salvo el traspié del Leipzig, se ha acentuado esta temporada. Los porcentajes de posesión (55%) y el número de pases completados (470) en esta Liga también son significativos respecto a los del equipo campeón que necesitó menos tenencia de pelota (49%) y pases por encuentro (310). La comparativa refleja dos maneras de interpretar el juego y de ganar. La diferencia entre ambos caminos es que el actual aún necesita refrendarse con títulos.
Los jugadores propagan que han dado un paso adelante al que previamente instaron al técnico. Y este así lo admite. “Juego lo que me transmiten los jugadores”, ha proclamado varias veces ya, aunque con el añadido de que la llegada de Luis Suárez ha sido decisiva para lo que el Cholo denomina “evolución”. La ausencia del delantero charrúa, afectado por la covid-19, como Torreira, puede desembocar en una alineación sin delanteros puros. No sería una novedad en esta campaña. En Pamplona (1-3), por las bajas del propio Suárez y de Diego Costa, jugaron Correa y João Félix en punta. La otra opción tiene que ver con la recuperación de Costa, uno de los adalides ante el entrenador del cambio hacia una propuesta más ambiciosa que invade el campo contrario. “Está para jugar”, anunció este viernes Simeone. Sólo el historial de lesiones del hispanobrasileño puede frenar a Simeone de alinearle de inicio después de un mes inactivo y en un duelo tan exigente.
El Cholo ha admitido el giro emprendido por el equipo, pero nadie lo examina más que él. Los resultados y el fútbol desplegado han consolidado esta nueva versión de los rojiblancos. Simeone la mantuvo, pese a la goleada encajada en Múnich. En otros tiempos, habría ordenado un regreso a las trincheras hasta que hubiera detectado una mejoría. Por ahora, el técnico se fía de sus jugadores para seguir en la misma línea. Los ensayos previos al duelo con el Barcelona hablan de una alineación con Koke y Saúl en el medio por la baja de Herrera, Llorente a la derecha y Carrasco a la izquierda. Con el recurso de Kondogbia a mano por si hubiera cambio de criterio.
Un paso adelante
No es la primera vez que existe una intención de dar un paso adelante. Para Simeone, este viaje contiene el desafío de consagrarse en el fútbol español como un técnico capaz de alcanzar el éxito con dos fórmulas opuestas. En Argentina, sobre todo con el River Plate que hizo campeón, también mezcló en ataque un buen ramillete de jugadores de talento.
En cada una de las últimas pretemporadas, en el Atlético se ensayaban variantes planteadas hacia la reconversión. En esta, por el momento, el paso adelante ha cuajado. El equipo ha desarrollado tanto su clásico 4-4-2 como un 4-3-2-1 o ese 4-3-3 que tanto se había probado en Los Ángeles de San Rafael para después ser aparcado.
Este Atleti viene de tiempos que han llegado a ser duros interna y externamente. En las últimas temporadas quedó la sensación de que entrenador y jugadores pudieron haber hecho más. En los peores momentos, el hastío por el juego fue in crescendo y llegó a generar pitadas y críticas a Simeone y a Koke, los dos grandes símbolos rojiblancos de la actualidad. “Por táctica y por entender las necesidades primero del equipo y luego lo que puede darle él es importantísimo. Ha crecido muchísimo desde la cuarentena. Tiene una velocidad y un paso más dinámico, que se reproduce primero en el equipo y después a la selección. Entiendo que Koke, en algún momento no tan positivo futbolísticamente, es básico tácticamente. Ahora que lo acompaña la intensidad, el juego dinámico y el momento en el que está puede desarrollar todo lo que tiene”, dice Simeone sobre el buen momento por el que atraviesa el capitán.
La metamorfosis ha subido a la ola a la mayoría de jugadores con talante ofensivo. João Félix, el jugador que más ilusión ha despertado desde el regreso de Fernando Torres, ha descorchado un inicio de temporada determinante. Correa, Carrasco, Llorente, el propio Costa antes de lesionarse, Herrera, Vitolo e incluso a ratos Lemar, son los grandes beneficiados de este Atlético más alegre. Y todo apunta a que seguirá así. Siempre que Simeone no detecte que sus jugadores no le transmiten la confianza suficiente.