“Las hazañas impensables de Jordi Llopart”
Las figuras del atletismo ensalzan al marchador, fallecido a los 68 años, como un pionero que abrió camino con el primer oro y la primera medalla olímpica
Jordi Llopart reunió el doble mérito de alcanzar la élite mundial y romper esquemas en el atletismo y en el deporte español. Por dos veces obtuvo lo que ningún otro atleta español: la primera medalla de oro en una gran competición internacional, en los Campeonatos de Europa en 1978, y la primera medalla olímpica, la plata, en los Juegos de Moscú en 1980, ambas en los 50 km marcha. El reconocimiento de lo mucho que significó afloró este miércoles una vez que ...
Jordi Llopart reunió el doble mérito de alcanzar la élite mundial y romper esquemas en el atletismo y en el deporte español. Por dos veces obtuvo lo que ningún otro atleta español: la primera medalla de oro en una gran competición internacional, en los Campeonatos de Europa en 1978, y la primera medalla olímpica, la plata, en los Juegos de Moscú en 1980, ambas en los 50 km marcha. El reconocimiento de lo mucho que significó afloró este miércoles una vez que su familia informó de su fallecimiento. El legendario marchador tenía 68 años. Estaba ingresado en el hospital Can Ruti de Badalona desde hace varios días. Cayó en coma profundo el martes. Había decidido donar sus órganos una vez que falleciera.
“Consiguió auténticas hazañas, impensables para un atleta español en su época. No era un súper clase, pero visualizaba sus objetivos muy bien, se lo creía y por eso consiguió lo que consiguió”, sentencia Jesús Ángel García Bragado. El marchador madrileño afincado en Cataluña, que a los 51 años se prepara para competir en sus octavos Juegos Olímpicos, conocía muy bien a Jordi Llopart, que lo entrenó durante varios años. “Aprendí mucho de él y le agradeceré eternamente que me recuperara como atleta. Venía de ser campeón del mundo en 1993 y pensando que iba a por todas en los Juegos de Atlanta \[1996\], pero me retiré y acabé peleado con la federación. Él creyó en mí, me hizo volver a ser el mismo que había sido y al año siguiente estuve a punto de ser campeón del mundo [en Atenas, 1997]. Lo hubiera sido de no ser por un señor que se llamaba Korzeniowski. Aprendí mucho de Jordi. Es historia del atletismo español, un as, un pionero. Su secreto era psicológico. Hacía que te creyeras buenísimo, como hacía él en su época, y que llegaras como una moto a la competición”.
“Todo empezó con Jordi Llopart. Allanó el camino para los corredores españoles”, afirmó el actual subcampeón europeo de los 20 km marcha, el madrileño Diego García. “Fue la chispa que incendió la marcha española”, apostilló en declaraciones a Efe Valentí Massana, otro de los grandes destacados en esta modalidad, campeón mundial en 1993. “Es una gran pérdida como atleta y entrenador. Su legado es muy importante porque él y Josep Marín abrieron camino a los demás. Sin ellos no hubieran llegado otros éxitos como los de Dani Plaza o los míos”.
“Capaces de todo”
Plaza, dirigido también por Jordi Llopart, logró el primer oro olímpico para el atletismo español, en Barcelona 92. “Dani, si quieres hacer historia tienes que quedar primero. Si no, siempre estaré por delante”, le espoleaba Llopart, en referencia al listón que él había situado en lo más alto con su plata olímpica, 12 años antes en Moscú. El campeón en esa cita, el alemán Hartwig Gauder falleció en abril, a los 65 años, y el tercer clasificado, el soviético Yevgueni Ivchenko, murió en 1999, a los 60 años.
“Desgraciadamente se nos ha ido demasiado pronto nuestro primer medallista olímpico, un grande entre los grandes del atletismo. Iluminó nuestro camino en la oscuridad. Siempre en nuestro recuerdo”, escribió en un tuit el presidente de la federación española, Raúl Chapado, en referencia al atleta que participó en tres Juegos, tres Mundiales y cuatro Europeos, ocho veces campeón de España de los 50 km, distancia en la que poseyó el récord de Europa con 3h 44m 33s.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, elogió la figura del marchador del Prat: “Primer medallista olímpico del atletismo español, pionero de la marcha en nuestro país, sirvió de referente a muchos de los deportistas que llegaron tras él”. Irene Lozano, presidenta del Consejo Superior de Deportes (CSD), indicó: “Es una leyenda que nos descubrió que éramos capaces de todo. Nuestros deportistas tienen en él a un referente de talento y esfuerzo”.
El mentor de Jordi y de otros muchos marchadores españoles fue su padre, Moisés Llopart. Tras la guerra trabajó en la fábrica de tejidos La Seda del Prat. Allí fundó el club en el que se gestó la marcha española de élite. Jordi tuvo dos hijas con su primera esposa, María del Carmen, y dos hijas con su segunda esposa, la corredora olímpica lituana Sonata Milusauskaite. Pasó por una mala situación económica en 2013 cuando se quedó en el paro y sobrevivió con un subsidio de 426 euros. Tiempo después trabajó para Bluebonnet, una empresa dedicada a la nutrición y el estilo de vida saludable, además de entrenar a jóvenes promesas en Canet y asesorar técnicamente al equipo japonés de marcha.
Se mantuvo activo hasta el final de su vida y caminaba de 30 a 45 minutos cada mañana por la Costa del Maresme en Canet del Mar, donde vivía.