Mal juego y buen triunfo para el Barça
Aunque en la Liga suma dos puntos de los últimos 12 posibles, el equipo de Koeman supera a un Dinamo tan debilitado por el coronavirus como efervescente en las contras
Superó con más problemas de los previstos el Barcelona el envite del Camp Nou frente al Dinamo de Kiev, condicionado de forma superlativa por el coronavirus porque contó hasta 13 bajas. Un triunfo que le deja al equipo de Koeman con pleno de victorias ante los tres rivales del grupo (Ferencvaros, Juve y ahora Dinamo) y que también le da aire para centrarse un poco más en la Liga, donde ha sumado dos empates y dos derrotas en los últimos cuatro envites. Europa, por una vez, es refugio para el Barça. Pero no se marchó muy cont...
Superó con más problemas de los previstos el Barcelona el envite del Camp Nou frente al Dinamo de Kiev, condicionado de forma superlativa por el coronavirus porque contó hasta 13 bajas. Un triunfo que le deja al equipo de Koeman con pleno de victorias ante los tres rivales del grupo (Ferencvaros, Juve y ahora Dinamo) y que también le da aire para centrarse un poco más en la Liga, donde ha sumado dos empates y dos derrotas en los últimos cuatro envites. Europa, por una vez, es refugio para el Barça. Pero no se marchó muy contento el preparador azulgrana, que durante el encuentro no paró de renegar en el área técnica.
Con tantos suplentes e imberbes -la media de edad del equipo era de 22 años-, el Dinamo jugó de inicio de forma timorata, encerrado en su campo a la espera de una contra puntual. Pero duró poco porque ante la nana azulgrana, ante la pasividad del equipo de Koeman, el conjunto de Lucescu se expresó en demasiadas ocasiones para señalar el gran regreso de Ter Stegen, también para evidenciar que el Barça sin tensión no es ni medio Barça.
Para fortuna azulgrana, el Barcelona arrancó de la mejor de las maneras, con un penalti que Messi transformó, el cuarto gol de la temporada y todos en esa suerte de remate. Pero poco más hilvanó el equipo de Koeman, que se atragantó cuando debía imprimir velocidad al pase. Del mismo modo, al jugar con los extremos a pierna cambiada (Ansu en la izquierda; Messi en la derecha), faltó profundidad en el equipo porque Alba y Dest, los laterales, no pueden estar permanentemente atornillados en el campo contrario.
Sin demasiado ritmo, posiblemente confiados los jugadores ante la superioridad que se daba sobre el tapete, el Barça se durmió y el Dinamo arremetió con contras. Buyaslkiy con la cabeza y Tsygankov con la zurda volvieron a probar a Ter Stegen, enorme como en los viejos tiempos. Al final, sin embargo, Tsygankov le ganó la carrera a Lenglet -justo acababa de entrar al campo- y pudo batir al gigante alemán. No fue un entuerto porque minutos antes, Piqué atendió el centro de Ansu y había festejado el segundo tanto azulgrana. Pero con un solo gol de ventaja y un cuarto de hora por delante, el Dinamo recuperó el vigor y la voluntad de atacar. Aunque por una vez, el Barça supo ponerle cloroformo al encuentro y venció un partido tan gris como bueno para sus intereses en la liguilla, hasta ahora con pleno de victorias.