Acto de fe del Sevilla ante el Krasnodar
Los de Lopetegui remontan un 0-2 ante el Krasnodar gracias al acierto de En-Nesyri tras jugar todo el segundo tiempo con un jugador menos por la expulsión de Navas
No se vino abajo el Sevilla. En realidad, casi nunca lo hace por mal que le salgan las cosas y por muchos accidentes que se crucen en su camino. En una noche en la que todo se volvió en contra, el equipo andaluz se rebeló contra su sino para tirar de fe y remontar ante el Krasnodar, que se puso 0-2 y dominaba 1-2 cuando Jesús Navas fue expulsado al filo del descanso. Julen Lopetegui movió bien las piezas y su equipo tiró de orgullo con un Ocampos colosal ejerciendo de lateral y con En-Nesyri muy acertado ante el gol, ...
No se vino abajo el Sevilla. En realidad, casi nunca lo hace por mal que le salgan las cosas y por muchos accidentes que se crucen en su camino. En una noche en la que todo se volvió en contra, el equipo andaluz se rebeló contra su sino para tirar de fe y remontar ante el Krasnodar, que se puso 0-2 y dominaba 1-2 cuando Jesús Navas fue expulsado al filo del descanso. Julen Lopetegui movió bien las piezas y su equipo tiró de orgullo con un Ocampos colosal ejerciendo de lateral y con En-Nesyri muy acertado ante el gol, con dos tantos que sirvieron para plasmar una remontada con tintes épicos. En la primera parte, al Sevilla le pasaron circunstancias propias de equipos en mal momento. Pero jamás perdió la fe. Insistió e insistió para ganar un partido que le deja muy cerca de los octavos de la Champions, la competición en la que disfruta y en la que es feliz este curso. Con el triunfo del Chelsea ante el Rennes (3-0), españoles e ingleses tienen casi asegurado el pase en el Grupo E.
Los analistas de competiciones como la Champions suelen afirmar que la tercera y la cuarta jornada de la fase de grupos son las más importantes en el desarrollo de esta instancia de la competición. Con cuatro puntos a favor y segundo de grupo, Lopetegui era consciente de que un triunfo ante el Krasnodar le abriría las puertas de la clasificación. Por eso no tocó excesivamente la alineación de un Sevilla que sí rotó en la portería con Vaclik, Escudero en el lateral izquierdo y Gudelj en el centro del campo. Ganar al equipo ruso, colista de grupo y en evidente mala racha, permitía concentrar recursos, además, en una Liga donde el Sevilla no funciona tan bien como era de esperar.
Consciente de que en Champions se viven días felices, el equipo sevillista tuvo un inicio prometedor ante el Krasnodar. En realidad, su primer tiempo fue más que aceptable. Metió al rival en su campo y logró un dominio evidente. Como no podía ser de otra forma, volvió a encontrarse con sus problemas ante la portería rival. Jordán falló un gol bajo palos y llegó a continuación la noche más triste de Koundé. El prometedor central francés entró a todo trapo a Berg, un incordio, al borde del área. Suleymanov clavó la falta por la escuadra y sembró el desconcierto. El Sevilla, un equipo seguro y fiable, se descompuso. Koundé, de nuevo, volvió a fallar y cometió un penalti sobre Berg, que hizo el 0-2.
El inicio prometedor se volvió en cinco minutos una realidad negra que el Sevilla, sin embargo, quiso transformar en un escenario más propicio. Lopetegui quitó a Koundé y Escudero, y retrasó a Gudelj, un estorbo para los suyos. Con la entrada de Óscar y Acuña a los 34 minutos ordenó una defensa de tres. El Sevilla se volcó en busca del área del Krasnodar, al que sometió a un asedio. Marcó Rakitic antes del descanso para abrir la puerta a la esperanza. Pero no era la noche del Sevilla, que volvió a emitir preocupantes señales en defensa. Un error en cadena de De Jong, Diego Carlos y Gudelj dejó a Olsson encarando a Vaclik. Navas pisó al sueco al borde del área y vio la roja. Se trataba del más difícil todavía para los andaluces.
El Sevilla tenía una dura empresa por delante. Remontar sin su capitán, en inferioridad y ante un rival crecido. El esfuerzo fue conmovedor, enorme, hasta encontrar los caminos para hacer mucho daño al Krasnodar. En-Nesyri aprovechó un error monumental de Kaio para hacer el empate, pero el Sevilla ya había olido la sangre por la banda derecha, donde Ocampos ofreció un auténtico recital como lateral. De nuevo, En-Nesyri encontró un balón rechazado por el poste para darle con el alma y hacer el 3-2. La remontada, todo un acto de fe, había quedado consumada. Llegó el momento de actuar con inteligencia para guardar el botín. Debutó el central Rekik y Lopetegui ordenó una defensa de tres centrales otra vez. En el tramo final, Diego Carlos emergió para cerrarle todos los caminos a un Krasnodar que lo intentó hasta el final. No llegó el empate y sí la felicidad de un Sevilla que supo sobreponerse a sus errores para obtener un gran triunfo.