El pulso entre el Barça y la Generalitat sostiene a Bartomeu
El presidente gana tiempo con las discrepancias por la celebración del voto de censura, reprende a los políticos y asegura que no se plantea dimitir
Josep Maria Bartomeu mantiene su capacidad para sortear cualquier medida de control que le obligue a abandonar su cargo de presidente del FC Barcelona antes del 20 y 21 de marzo, que según su particular calendario son los días previstos para las elecciones en el Camp Nou. El máximo mandatario está convencido de que resistir es vencer y escapa ahora del voto de censura como si fuera Houdini.
El pulso que mantienen el Barça y ...
Josep Maria Bartomeu mantiene su capacidad para sortear cualquier medida de control que le obligue a abandonar su cargo de presidente del FC Barcelona antes del 20 y 21 de marzo, que según su particular calendario son los días previstos para las elecciones en el Camp Nou. El máximo mandatario está convencido de que resistir es vencer y escapa ahora del voto de censura como si fuera Houdini.
El pulso que mantienen el Barça y la Generalitat por la celebración del referéndum, anunciado para el próximo domingo y el lunes, sostiene de momento a Bartomeu en el palco del Camp Nou. El punto de discusión es el protocolo del acto de votación: la directiva azulgrana pretende que se aplace 15 días por cuestiones de logística y descentralización —propone 21 sedes, 13 en Cataluña y ocho en otros puntos de España— y así cumplir la normativa sanitaria provocada por la covid-19. El Govern defiende en cambio que no hay ninguna circunstancia que impida acudir a las urnas el día 1 y 2 de noviembre, que es cuando finaliza precisamente el plazo marcado por los estatutos del Barça.
La directiva de Bartomeu acusa a la Generalitat de romper el jueves pasado de forma unilateral las negociaciones que ambas partes mantenían para alcanzar un consenso y considera que no tendría más alternativa que centralizar el voto en una sede única como el Camp Nou si para su celebración se mantienen las fechas del 1 y 2 de noviembre. Ahora le toca al Procicat (plan de protección civil de Cataluña) responder a la propuesta del Barça formulada a través de una carta enviada al vicepresidente en funciones de la Generalitat, Pere Aragonès.
Hasta que no se conozca la postura de la administración, ni la junta ni el presidente se plantean la posibilidad de dimitir sino que intentan dar una sensación de normalidad y despachan los asuntos más urgentes de los que dio cuenta en su comparecencia de este lunes el propio Bartomeu. El trato del VAR después del polémico penalti de Lenglet a Sergio Ramos en el último clásico y los ingresos del club, así como el próximo presupuesto y las reuniones de la mesa para la adecuación salarial se alternaron en la reunión de la junta celebrada en el Camp Nou.
“La directiva se volverá a reunir cuando conozcamos la respuesta de la Generalitat”, respondió Bartomeu. El presidente reiteró que siempre ha procurado mantener al club a salvo de los poderes políticos, económicos y mediáticos cuando se le demandó si entendía que podía haber un trasfondo político en la actuación de la Generalitat.
“Quiero transmitir la perplejidad de la junta con las decisiones contradictorias”, enfatizó Bartomeu en referencia al Govern. “Sabemos que estamos viviendo tiempos de circunstancias extraordinariamente graves que requieren decisiones valientes que son incompatibles con estrategias partidistas”, dijo en alusión a los políticos y a su malestar con la Generalitat.
Los argumentos de la directiva, razonables para quienes apelan al riesgo que supone movilizar hasta 110.000 socios en un momento en que se ha decretado el estado de alarma y el toque de queda, pierden peso desde que dilató el proceso del voto de censura, que incluso podría haberse celebrado el pasado fin de semana después de que se hubiera iniciado el 7 de octubre.
La asamblea, aplazada
La mesa validó 19.380 firmas de socios cuando las necesarias para el referéndum son 16.521. Una cifra discutida inicialmente desde el club —se denunció a la Guardia Civil la posible falsedad de algunos avales— y que sitúa en una posición muy delicada a Bartomeu. El presidente se ha empeñado en ganar tiempo para cuadrar las cuentas aun cuando la asamblea fue aplazada —se celebrará antes del 31 de diciembre—.
“No hay motivos para dimitir, no sería buen momento para dejar el club en manos de una gestora”, subrayó Bartomeu, que ahora aspira a disponer de 15 días más de margen en contra del criterio de algunos miembros de su junta, que se han planteado irse, como es el caso de Xavier Vilajona, dispuesto a presentarse a las elecciones previstas para marzo de 2021. La Generalitat no parece partidaria de momento de atender la petición del Barcelona y, por tanto, si autoriza el voto de censura para el domingo y el lunes próximos en distintas sedes se volverá a plantear la dimisión de Bartomeu. Quizá para entonces el presidente habrá encontrado una nueva razón para seguir en el palco del Camp Nou.