Nakagami, el primer japonés en la ‘pole’ de MotoGP en 16 años
El piloto de Honda logra el mejor tiempo en Alcañiz por delante de Morbidelli y Rins. Mir, el líder, termina 12º
Dice Takaaki Nakagami (LCR), cuarto en Jerez, quinto de la general, que no oculta ningún secreto. Que la mejora de la Honda en este tramo final del campeonato, tanto de su Honda, una satélite, como la de Álex Márquez, la oficial, no responde más que a la evolución normal de un piloto y de su moto. Asegura Honda, también, que no ha revolucionado el concepto de su RC213V, de la que tanto se ha escrito en los últimos años por ser considerada crítica en términos de usabilidad. Rapidísima, fortísima en frenada y con una aceleración tan bruta que comprometía la salida de las curvas. Hoy quizá haya s...
Dice Takaaki Nakagami (LCR), cuarto en Jerez, quinto de la general, que no oculta ningún secreto. Que la mejora de la Honda en este tramo final del campeonato, tanto de su Honda, una satélite, como la de Álex Márquez, la oficial, no responde más que a la evolución normal de un piloto y de su moto. Asegura Honda, también, que no ha revolucionado el concepto de su RC213V, de la que tanto se ha escrito en los últimos años por ser considerada crítica en términos de usabilidad. Rapidísima, fortísima en frenada y con una aceleración tan bruta que comprometía la salida de las curvas. Hoy quizá haya sacrificado unos km/h de punta para mejorar esa manejabilidad, más necesaria que nunca al haber perdido al hombre que mejor ha sabido llevarla y el que ha exprimido todo su jugo: Marc Márquez, lesionado desde que se cayó en la primera carrera del año.
Explicó Álex Márquez, el debutante, dos podios en las últimas dos citas, que ha entendido que la manera de ser veloz con la Honda pasa por buscar la perfección en todas las facetas del pilotaje: en las frenadas a la entrada de curva, en plena inclinación, en la salida tirando de aceleración. En sus manos, la Honda parece otra. Hasta fluye en las líneas curvas. Lo certificaba este viernes Nakagami, apenas unas horas antes de llevarse la pole (1m,46′8s), la primera pole position en los tres cursos que lleva en MotoGP, la primera para un piloto japonés en 16 años –el último japonés en lograrlo fue Makoto Tamada, también piloto de Honda, el año 2004–: “Tienes que dar el 100% en cada área, si te relajas, si no te concentras al máximo, es una moto con la que te vas fácilmente al suelo, con ella estás siempre cerca del límite; pero si logras llevarla al 100% tiene muchísimo potencial”. Y eso hizo este sábado, la mente liberada después de renovar su contrato con la fábrica de sus sueños. Y saldrá primero, con Morbidelli y Rins –por fin una Suzuki alcanza la primera línea de la parrilla– a su lado.
Repetir fin de semana en el mismo circuito en que se corrió la carrera el domingo pasado ayudó a algunos a dar ese último paso que no alcanzaron a dar en las tres jornada precedentes. Fue el caso de Nakagami, uno de los dominadores de los entrenamientos libres estos días en el circuito de Alcañiz, super constante en carrera –es el único piloto que ha puntuado en todas las carreras este–, impulsado seguramente en Alcañiz por las buenas maneras y los buenos resultados de Álex Márquez –décimo este sábado– en el último gran premio.
También han aprovechado algunos para intentar solucionar los problemas de la última prueba en Alcañiz, caso de los tres principales aspirantes al título de MotoGP: Mir, Quartararo o Viñales, que sufrieron una semana atrás para colarse en el top 10 de la carrera, complicado su rendimiento por la falta de agarre o la caída del neumático delantero. Claro que en el caso de Mir, líder del campeonato pese a no haber logrado todavía una victoria, la clasificación es todavía una asignatura pendiente. A duras penas alcanza el aprobado los sábados, incapaz de hacer de esa Suzuki tan consistente los domingos una máquina con la que también atacar los primeros puestos de la parrilla con una vuelta rápida. Terminó 12º este sábado.
A otros, sin embargo, les ha servido para certificar el escaso rendimiento de su moto en un trazado que premia la buena aceleración. Y eso, que hace no tanto fue uno de los puntos fuertes de la Desmosedici, este curso se ha complicado con la llegada de los nuevos Michelín. Si en el pasado gran premio de Aragón, en el mismo escenario, fue solo Dovizioso el que se quedó fuera de los 12 pilotos más rápidos –salió 13º, acabó la carrera séptimo–, esta vez las tres Ducati pata negra, esto es, las dos del equipo oficial que pilotan Dovizioso y Petrucci, así como la de Miller en el equipo Pramac, se quedaron fuera de la Q2, incapaces de cuadrar una buena vuelta lanzada. Es más, en los últimos parpadeos de la Q1 de este fin de semana el que se coló entre los dos primeros para lograr el pase a la sesión de clasificación definitiva fue Zarco, del Esponsorama, con una Ducati satélite, una moto del año pasado. Saldrá desde la quinta posición, entre las motos de Viñales, cuarto, y Quartararo, sexto.